Terapia de la tercera generacion
Enviado por lquinterov1 • 20 de Octubre de 2017 • Resumen • 2.614 Palabras (11 Páginas) • 710 Visitas
TERAPIA DE LA TERCERA GENERACIÒN
ARTICULO DE REVISIÒN
TUTORA
ERIKA CABALLERO
PROGRAMA DE PSICOLOGIA
UNIVERSIDAD UNIMINUTO
IBAGUE
2017
Terapia cognitivo – conductual, Terapia de la tercera generación
Resumen
En efecto, el presente trabajo tuvo como objetivo realizar una revisión sobre la evidencia de las Terapias Cognitivo conductuales de Tercera Generación. Se seleccionaron algunas de estas terapias como lo son: la Terapia de Aceptación y Compromiso (TAC), Terapia conductual integrada de pareja (TCIP) y la Psicoterapia Analítica Funcional (PAF). En primer lugar se presenta un breve recorrido de la Terapia Comportamental con el fin de apreciar las diferencias y las similitudes de la Terapia Comportamental de las demás terapias. Posteriormente se presenta cada una de las tres terapias seleccionadas, contextualizándolas en cuanto a sus objetivos y evidencia empírica.
Palabras clave: Terapias de Tercera Generación; Terapia de Aceptación y Compromiso; Terapia conductual integrada de pareja; Psicoterapia Analítica Funcional.
Abstract
In fact, the present work had as objective to make a review of the literature found in the specialized databases, on the evidence of Cognitive - behavioral Therapies of Third Generation. Three of these therapies were selected: Acceptance and Commitment Therapy (TAC), Integrated Couples Behavior Therapy (TCIP) and Functional Analytic Psychotherapy (PAF). First, we present a brief historical review of Behavioral Therapy in order to appreciate the differences and similarities of Behavioral Therapy in its three generations. Subsequently we present each of the three selected therapies, contextualizing them in terms of their objectives and empirical evidence.
Key words: Third Generation Therapies; Acceptance and Commitment Therapy; Integrated behavioral couple therapy; Functional Analytical Psychotherapy.
INTRODUCCIÓN
La terapia de conducta, se aprecia en la aparición en los últimos años de una serie de terapias con nombre propio dentro del ámbito de la terapia de conducta o terapia cognitivo conductual. Por lo demás, la nueva generación o, para ser más precisos, la 'tercera generación' o como también se dice la 'tercera ola' existe al menos de forma deíctica, al ser señalada como tal en un artículo de 2004 de la revista Behavior Therapy (Hayes, 2004)
Las Terapias de Tercera Generación se han venido posicionando en el campo de la Psicología aproximadamente hace quince años, dejando en el plano las anteriores generaciones u olas de la terapia psicológica. El nombramiento de una tercera generación ratifica la existencia de dos anteriores, las cuales es necesario suponer por el hecho mismo de la auto proclamación de una tercera. Se empezará por identificar estas primeras. No se trata de hacer aquí una presentación histórica de la terapia de conducta, la cual cuenta por lo demás con excelentes exposiciones, sino de recordar algunos de sus momentos, aquí figurados como generaciones u olas, en orden a percibir su evolución.
A saber, el conductismo y el cognoscitivismo generando, por lo menos en el contexto clínico terapéutico, un especial interés. Específicamente, Mañas (2007) señala que dentro de estas terapias vanguardistas se encuentran la terapia de Aceptación y Compromiso, la Psicoterapia Analítica Funcional, la terapia de Conducta Dialéctica, la terapia Integral de Pareja y la Terapia Cognoscitiva Basada en Mindfulness.
Hayes (2004) explica que el nombre de “Tercera Generación” o “Nueva Ola” se debe al surgimiento de abordajes psicológicos diferentes a los tradicionalmente manejados en las terapias cognoscitivas, conductuales y cognoscitivo conductuales. Por ejemplo, esta Nueva Ola se separara del enfoque cognoscitivo-comportamental, en que no se trata principalmente de cambiar los contenidos de los pensamientos, sino la relación que tiene el consultante con sus pasamientos y su experiencia como un todo (Claessens, 2010).
Al ser la TCIP un modelo contextual, se hace crítico tomar en cuenta los “determinantes ambientales del comportamiento tanto presentes como históricos”, así como, las “variables personales de los miembros de la pareja” (Jacobson y Christensen, 1996; Jacobson et ál., 2000).
PRIMERA GENERACIÓN
La primera generación se refiere a la fundación de la terapia de conducta en la década de 1950. La afluencia de dos circunstancias dio lugar al surgimiento de esta nueva" marca" de terapia, cuyo nombre tiene su aspecto distintivo. Uno de estos escenarios tiene que ver con las dudas que empezaron a surgir acerca de la eficacia del psicoanálisis, como la psicoterapia por antonomasia. Los clásicos estudios de H. J. Eysenck ponían de relieve que la eficacia que se suele atribuir a la psicoterapia psicoanalítica, caracterizada por su larga duración, no se podían diferenciar de la "remisión espontánea" que ocurre en pacientes similares no tratados, a lo largo de tanto tiempo. Ciertamente, la mejoría sin tratamiento formal es más probable que la permanencia del problema o su empeoramiento (como un catarro o una herida tienen más probabilidad de curarse solos, que de empeorar o morir de ello).
El término "terapia de conducta" tiene una denotación descriptiva, por centrarse en la conducta, y una connotación negativa, para contraponerse a "psicoterapia", centrada en la psique. La terapia de conducta no es psicoterapia, ni en la letra ni en el espíritu de los terapeutas de conducta. Sin embargo, el término "psicoterapia" tiene un uso general – como terapia psicológica - que incluye a la propia terapia de conducta. Como contra-distinta de la psicoterapia, la terapia de conducta presenta en su origen o primera generación, dos aspectos distintivos: Enfoque ambientalista, Evaluación de la eficacia.
El enfoque ambientalista enfatiza el carácter condicionado, aprendido, de las respuestas neuróticas a estímulos o condiciones del medio, explicable por la historia del aprendizaje, distinto del enfoque intrapsíquico, típicamente, el psicoanálisis. La evaluación de la eficacia, en contraste también con la psicoterapia tradicional que la daba por hecho, sería
otro distintivo que marcaría en adelante el futuro no sólo de la terapia de conducta, sino el de la psicoterapia en general.
El análisis funcional de la conducta es una de las mayores aportaciones del conductismo radical a la ciencia de la conducta y sus aplicaciones prácticas, incluyendo la clínica. Si bien el análisis funcional es característico de la línea operante, donde constituye toda una especialidad, está integrado en la terapia de conducta. El análisis funcional lleva a las técnicas de modificación de conducta, las cuales consisten en alterar las condiciones antecedentes (control de estímulo) y consecuentes (manejo de contingencias.
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