ACOSO ESCOLAR

Causas

El agresor: características psicológicas

El acosador escolar no padece alguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, aunque sí presenta generalmente algún tipo de psicopatología como distorsión cognitiva o ausencia de empatía que explica su incapacidad para colocarse en el lugar del acosado y ser insensible al su sufrimiento.

El entorno escolar

La ausencia de un clima adecuado de convivencia en la clase o escuela puede favorecer el surgimiento del acoso. Esta condición es responsabilidad de los profesores, quienes deben contar con formación específica para la mediación de situaciones escolares conflictivas y reflexionar sobre su perfil de autoridad dentro en la sociedad actual.

Evolución del acoso escolar

Como patrón predominante de relación social con los demás el acosador escolar actúa sobre la víctima para obtener algún resultado favorable o satisfacer una necesidad imperiosa de dominarlos.

En general un hostigador busca, mediante el método de «ensayo-error» obtener el reconocimiento y la atención de que carece, mediante un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de los otros.

Casi siempre un acosador o acosadora suele rodearse de un grupo que se suma de manera unánime y gregaria al hostigamiento contra la víctima, ante la falta de una autoridad exterior (profesor, familiar, etc.) que imponga límites, proyectando el acosador principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores.

A menudo la violencia se canaliza socialmente mediante un mecanismo de regulación en crisis: destruir al que no es seguidor, que resiste, es diferente, muestra principios morales, sobresale académicamente, etc.

Consecuencias

El acoso escolar produce secuelas biológicas y mentales. Especialistas del Centro de Estudios sobre el Estrés Humano (CSHS) del Hospital Louis-H. Lafontaine en Canadá, sugieren que los acosados son más propensos a padecer problemas mentales como depresión, trastorno por estrés postraumático y del ánimo, a medida que envejecen.

Acoso escolar homofóbico

Se refiere a los daños psicológicos, físicos y morales que se infringen a las personas por tener o aparentar tener una orientación sexual diferente obstaculizando se integración social y aislándolos, en: “El fenómeno de la exclusión social” Ángela Gabás Gasa describe esta exclusión como: “los obstáculos que encuentran determinadas personas para participar plenamente en la vida social, viéndose privadas de alguna o varias de las opciones consideradas como fundamentales para su desarrollo humano”.

Prevención

La intervención simultánea y decidida sobre factores individuales, familiares y socioculturales es la única vía para prevenir el acoso escolar y se puede realizar en distintos niveles.

Prevención primaria, es responsabilidad de los padres y la sociedad mediante una formación democrática no autoritaria y de los medios de comunicación autorregulando sus contenidos.

Prevención secundaria, es actuar sobre los adolescentes como población de riesgo, promoviendo una mentalidad de denuncia de todos los casos de acoso escolar que viven o presencian y sobre los profesores fortaleciendo sus habilidades para la anticipar y resolver pacíficamente conflictos escolares.

Prevención terciaria, se refiere a las medidas de ayuda a quienes protagonizan casos específicos.

Acoso escolar

El acoso escolar puede ser físico.

El acoso escolar también es conocido como hostigamiento escolar o en inglés como bullying, se refiere a cualquier forma de maltrato (psicológico, verbal o físico) que se produce entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado en el aula, la escuela o las redes sociales (cyberacoso). Estadísticamente, el tipo de violencia que más se presenta es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de las escuelas. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada a la adolescencia, en el perfil de víctima es ligeramente mayor el porcentaje de niñas.

El acoso es una forma característica y extrema de violencia escolar, una especie de tortura, metódica y sistemática en la que el agresor actúa sobre su víctima, contando con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.

Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (fortaleza que puede ser real o percibida subjetivamente). El sujeto agredido queda expuesto física y emocionalmente ante el sujeto agresor, lo que genera una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos sin importar la edad, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos asociados con el suicidio y su materialización como consecuencia propia del hostigamiento hacia las personas.

Los niños que enfrentan diversidad funcional, entre la que se pueden contar los síndromes de Down y Asperger, el autismo, etc., son más propensos a ser víctimas de acoso escolar

Historia

El psicólogo Dan Olweus es el primer estudioso del tema, en 1973 comienza a preocuparse de la violencia escolar como tal en su país, Noruega, profundiza su trabajo tras el suicidio de tres jóvenes en 1982.

Existen programas de prevención en muchos países de Europa, en Estados Unidos y en España han sido pioneros en Sevilla, con un programa educativo de prevención al que aludiremos en esta información que han llevado a cabo desde 1997.

Tipos de acoso escolar

Diversos estudios realizados en escuelas reflejan la siguiente incidencia promedio entre las víctimas:

Bloqueo social (29,3%)

Hostigamiento (16,1%)

Manipulación (12,9%)

Coacciones (10,4%)

Exclusión social (9,0%)

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