Adolescencia
Enviado por MAYRAPONSC • 28 de Abril de 2013 • 3.545 Palabras (15 Páginas) • 362 Visitas
Adolescencia, crisis y Discursos Sociales
Elsa S. Emmanuele
Este artículo corresponde a la Ponencia desplegada por su autora, en el Panel: Adolescencia y Escuela Media, durante el Primer Encuentro Nacional y Latinoamericano de Enseñanza Media, organizado en agosto de 1992 por la Universidad Nacional de Rosario. Ha sido publicado en Encuentros 1, Publicaciones UNR en abril de 1993. En los acontecimientos histórico políticos que atraviesan el territorio nacional e internacional, siendo agosto del 2001, este artículo preserva su total vigencia.
Indomable sociedad de consumo que acorrala cada vez más a los jóvenes mediante esa vorágine de mercados curiosamente interesados en su captura dentro de los atroces modelos identificatorios de la época: bulimia, anorexia, drogas, alcohol, violencia cotidiana, ataques de pánico, desafiliaciones diversas y etcétera. Celdas recicladas por distintos campos del saber -avalados por el Discurso Científico- que la lógica clasificatoria del pensamiento actual no cesa de producir como lúgubre efecto de un capitalismo salvaje, sin fronteras, donde no por azar el golpe de mercado se instaura a modo de estrategia siniestra de un poder político que desdeña la subjetividad humana al tiempo que paradójicamente, la invoca.
La Psicología Evolutiva y su concepción de Humano
La problemática adolescente remite a diversas dimensiones convergentes que se anudan en una verdadera encrucijada difícil de dilucidar.
Desde el enfoque tradicional, la adolescencia constituye un período de transición de un momento a otro, un paso de la niñez a la adultez, un período crítico y conflictivo. Desde esta mirada evolutiva del humano que crece atravesando una secuencia de etapas sucesivas, se derivan imágenes en cierto modo estáticas y básicamente descriptivas acerca del cómo es en cada tramo del recorrido, en cada etapa o período.
Las llamadas Psicologías Evolutivas albergan en su interior concepciones diversas que no obstante sus matices diferenciales, asientan en la postulación de un humano acabado, capaz de alcanzar la plenitud y de progresar hacia una madurez que culmina en el logro de una Identidad propia sellada alguna vez y para siempre. Obviamente, requieren de una lectura crítica más profunda a través del recorrido de autores y textos, tarea minuciosa que excede los límites del presente trabajo pero que -sin embargo- no puede soslayarse en esta introducción a la temática.
En términos generales, se distinguen dos grandes líneas o posturas que en principio parecen enfrentarse en un versus ciertamente falaz: las concepciones monádicas y las concepciones diádicas.
Las primeras enfatizan la noción de un des / arrollo humano que supone el progresivo y espontáneo despliegue de algo indudablemente arrollado que sale a luz como efecto de fuerzas evolutivas biológicas, propias de los seres de la especie humana. Tal proceso endógeno evoluciona hacia una madurez plena según las influencias ejercidas desde un medio ambiente que interviene ora favoreciendo, ora obstaculizando el desarrollo de potencialidades en germen.
Dentro de las concepciones monádicas se pueden distinguir aquellas corrientes que consolidan un empirismo descriptivo ya sea enfatizando la maduración biológica (por ej. autores como E. Hurlock; Stone y Church; etc.) o bien, de tendencia psicologista como por ej. ArnoldGesell, autor que describe conductas y comportamientos asignados a cada edad: diez, once, etc.
Otras líneas -dentro de las concepciones monádicas- centradas más en la génesis del psiquismo, asientan en una determinada lectura de las obras de S. Freud y colocan al Psicoanálisis en la perspectiva de una Psicología Evolutiva en tanto presuponen al humano como un ser básicamente instintivo que alcanza la plenitud genital luego de atravesar cronológicamente las sucesivas fases o estadios de la libido: oral, anal, fálica, latencia. Autores como Anna Freud y Melanie Klein se pueden ubicar en esta perspectiva con matices muy diversos y controvertidos. Las contribuciones de M. Klein a la teoría psicoanalítica de Freud, derivan de investigaciones sobre las primeras experiencias y los estadios más tempranos del desarrollo del Yo, conocimiento cuya profundización resulta esclarecedora del desarrollo posterior de la personalidad humana. Sus aportes nutren las formulaciones de autores como ArmindaAberastury, Peter Blos, Mauricio Knobel, Eduardo Kalina, Raquel Soifer, etc. -entre muchos otros- que conceptualizan a la adolescencia en términos de: momento crucial de la vida; etapa decisiva de un proceso de desprendimiento; segundo proceso de individuación; etc.
Las concepciones diádicas se formulan a partir de la influencia y de los aportes de la Antropología Cultural, en oposición a la universalidad de los conceptos freudianos que exaltan el desarrollo humano como un proceso endógeno.
La Antropología Cultural postula un determinismo cultural. Las investigaciones comparativas (de M. Mead, por ej.) de la adolescencia, con sociedades primitivas donde la problemática se considera ausente o bien, enfrenta opciones simples de resolución, concluyen en que la conflictiva adolescente se deriva básicamente de nuestra organización socio cultural que promueve la discontinuidad de la sexualidad, ya que las experiencias sexuales infantiles son censuradas y los niños son mirados como seres asexuados.
Pero tal como expresa RolfMuuss "(...) las posiciones extremas del determinismo ambiental y del universalismo genético han cedido lugar a una posición en que los factores biogenéticos y las fuerzas ambientales son estudiados más cuidadosamente y donde se reconoce su mutua interacción" .
Dentro de las corrientes Diádicas se ubican autores como Erikson cuya línea de culturalismonormativizante y rigurosamente moralista, no obstante su auge de divulgación tres décadas atrás, aún preserva residuos de vigencia en arcaicos imaginarios del Discurso Pedagógico. Basta recordar, a modo de ejemplo, un breve fragmento de su obra donde fundamenta "Identidad versus Confusión de Rol":
"La mente adolescente es (...) una etapa psicosocial entre la infancia y la adultez y entre la moral aprendida por el niño y la ética que ha de desarrollar el adulto. Es una mente ideológica y, de hecho es la visión ideológica de la sociedad la que habla más claramente al adolescente (...) Por lo tanto, al buscar los valores sociales que guían la identidad, uno enfrenta los problemas de la ideología y la aristocracia, ambos en su sentido más amplio posible, según el cual, dentro de una imagen definida del mundo y un curso predestinado de la Historia, los mejores individuos llegarán al poder y éste desarrolla lo mejor que hay en la gente. Para no caer en el cinismo o en la apatía, los jóvenes
...