Resumen ''el aparato psiquico''

Resumen: El aparato psíquico – Tomo XXIII

• Un punto medio entre lo corporal (encéfalo, sistema nervioso) y lo consiente (acciones, actos), en medio de esos dos está el aparato psíquico.

• Se compone por el ello, el yo y el superyó.

• Ello: el más antiguo, contiene todo lo heredado, se trae desde el nacimiento, lo establecido institucionalmente, las pulsiones que vienen de lo corporal, sin forma conocida para nosotros.

• Yo: mediador entre el ello y el mundo exterior, es una parte del ello que se desarrolla particularmente. Responde por los movimientos voluntarios, se forma entre la percepción sensorial y la acción muscular. Su objetivo es la supervivencia y auto conservación; y la cumple tomando hacia afuera noticia de los estímulos, almacenando experiencias sobre ellos (en la memoria), evitando estímulos hipertensos (mediante la huida), enfrentando estímulos moderados (mediante la adaptación) y, por fin, aprendiendo a alterar el mundo exterior de una maneta acorde a fines para su ventaja (actividad); y hacia adentro, hacia el ello, ganando imperio sobre las exigencias pulsionales, decidiendo si debe consentírseles la satisfacción, desplazando esta última a los tiempos y circunstancias favorables en el mundo exterior, o sofocando totalmente sus excitaciones. La variación de los estímulos presentes se registra como placer o displacer, dependiendo también de su ritmo de variación. El yo siempre buscara el placer y se alejara del displacer, percibiendo este con angustia, miedo, o como un peligro. Su actividad queda relegada cuando se está durmiendo, desatando su conexión con el mundo exterior.

• Superyó: se crea tras la dependencia en nuestros padres durante la infancia, dentro del yo, donde se prolonga la influencia de estos. Es la tercera fuerza que puede separarse y contraponerse al yo. En él no está solo la influencia personal de los padres sino también ña tradición de la familia, la raza y el pueblo, y los requerimientos del medio social, estos se propagan al individuo por medio de los padres. Además, se nutre constantemente durante el desarrollo del individuo, recogiendo aportes de posteriores continuadores de los progenitores, como pedagogos, arquetipos públicos, ideales venerados en la sociedad.

• Las acciones del yo son correctas cuando logra reconciliar a las tres fuerzas: superyó, ello y realidad objetiva. Cuando cumple sus requisitos y exigencias.

• El ello y superyó coinciden en que son representaciones de influjos pasados; el ello, de lo heredado y el superyó de lo esencial del pasado de otros. En cambio, el yo esta comendado por sus experiencias previas, accidentales y actuales.

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