El Misterio como el sentido de la vida

La búsqueda del misterio es el sentido más hondo de la vida…

Personalmente, para mí la búsqueda del misterio es lo que nos mantiene vivos. Es aquello por lo que nos mantenemos cada día, lo que da sentido a la vida en sí, y creo que ese misterio está en ser (y antes de ello, encontrarse a) uno mismo, en ayudar a los demás, en considerarse buena persona y en estar a gusto consigo mismo.

Ese sentido que todo el mundo, en algún momento de su vida persigue y trata de alcanzar, es muy subjetivo y difícil de encontrar. La vida en sí es inexplicable y eso, paradójicamente, viene a explicar que el misterio sea el sentido más hondo de la vida; nunca lo encontraremos, siempre trataremos de encontrarlo y dentro de ese círculo vicioso seguiremos tratando de saber cuál es sin encontrar ninguna respuesta.

Es por eso por lo que encontrar algo que te llene, algo que calme tu conciencia y tus ganas de entender en qué consiste la vida, de conocer su sentido, es tan importante para no querer dejar de vivir.

Las personas nos aferramos a esas cosas que nos motivan para seguir haciéndolas para tratar de obtener las respuestas que nos hacemos acerca del sentido de la vida y eso, en la mayoría de las ocasiones complica y dificulta encontrar el mismo. Normalmente, uno puede pensar en que su sentido en la vida está en trabajar para conseguir dinero y poder mantenerse, tener una familia, poder irse de compras o tomarse algo con los amigos, y eso obviamente está muy bien (que a veces también hay que pensar en uno mismo y tratar de divertirse, siempre siendo agradecidos por esas capacidades y posibilidades que, ya sea Dios, la vida o lo que sea, nos brinda), pero para mí, ese sentido lo alcanzaremos cuando todo el mundo a nuestro alrededor esté bien. Cuando todo el mundo tenga las mismas posibilidades de desarrollo, de educación, de ocio, de obtener las necesidades básicas humanas, podremos entonces desarrollar todos como sociedad nuestras capacidades individuales y encontrar así el misterio.

Por otro lado, no podemos (o debemos) depender siempre de esa necesidad de encontrar el misterio de la vida o de aquello que creemos que es éste. Todas las cosas son finitas, y más importante aún, la vida misma lo es, por lo que deberíamos ser capaces de seguir viviendo, teniendo en cuenta que la posibilidad de perder aquello que creíamos que era el sentido de nuestra vida, lo cual incluye obviamente el misterio, está ahí presente.

Para concluir este pensamiento acerca del misterio como el sentido más profundo de la vida, me gustaría añadir que la mayoría de la gente se centra en alcanzar el misterio para darle sentido a sus vidas y se olvida de vivir la misma tratando de ser la mejor versión de sí mismo. Quizás ahí es donde se encuentre el problema y la cosa que nos impida alcanzar el sentido ansiado. Por eso, tal vez deberíamos parar de obcecarnos en encontrarlo inmediatamente y dejar que la vida misma nos enseñe cuál es ese sentido para cada uno de nosotros.

...