El amor de Jesús . El amor de Dios es incomparable

El amor de Jesús

El amor de Dios es incomparable, único y fuerte que dió a su hijo para salvarnos del pecado y ese hijo es Jesús, nuestro salvador. La humanidad debe de tener en cuenta que la vida nos enseña a aprender de todo lo que está a nuestro alrededor como la cruz que es el signo, la gracia es el fruto del amor, la palabra es la paz en la comunicación, “con el padre, en el hijo, por el don del espíritu”; que nos lleva a comprendernos y a tener una sola idea de lo que es la espiritualidad o la fe en Dios.

Dios nos da oportunidades favorables a nuestro beneficio pero nuestra mente nos guía hacer otras cosas y nos lleva a  no estar bien con  nosotros mismos. “Porque aquí conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.” Y Dios nos dice amémonos unos a otros que no exista diferencia entre nosotros.

El amor de Dios es solidario porque esta con todos los seres humanos sea pobre o rico, él siempre nos acobija y nos llena de mucha felicidad, el amor de Dios es tan grande que por eso existen personas santas como San Francisco de Asis, hombre que sufrió en este mundo, pasando por muchas calamidades y dando su vida a Dios  paso a ser “Santo”. Esto lleno de esperanza a los católicos.

Tenemos a San Juan Bautista que cura a los enfermos por una señal de Cristo “Los ciegos ve, los sordos escuchan, los cojos anda, los leprosos quedan limpios y los pobres son evangelizados y bienaventurados quien no se escandaliza de mi” así consiguen la felicidad los pobres y todo aquel que siente la fe católica a través de la solidaridad y amor de Jesús.

Encontramos a Jesús en todos los niveles, (altos y bajos) que nos lleva a darnos cuenta que hay un solo Dios y está en todas partes, debemos  aceptarnos a nosotros mismo y respetarnos para ser un buen ser humano y amar a Dios, como él nos ama a nosotros, sabiendo que él, que no conoce de amor, no conoce a Dios porque amor es respetar  al otro, como quien venera lo sagrado, amar es perdonar y reflexionar con las personas.

La vida eterna que da Jesús es la fe que llena de sabiduría al alma y desde tiempos atrás nos han enseñado  a los católicos que Jesús da la creación natural  y por medio de su palabras: la bondad, lo justo, lo sabio, lo bueno, y lo veraz   así vamos         madurando  e imaginando la vida eterna por medio de él,   pensamos que no podemos ser perfectos pero si acercarnos cada día a Dios  y confiar en nosotros mismos que somos guiados por nuestro Dios, debemos amarnos, respetándonos y ayunándonos unos a otros para encontrar la paz,  la felicidad y el amor que nos da Jesús porque él nos dice “amémonos unos a los otros, ya que él nos amo primero” y al mismo tiempo amar al creyente con un amor especial, ya que todos somos hijos espirituales de Cristo.

La vida  está llena de cosas buenas y malas pero así es la humanidad que expresa ambición, envidia, odio, estos elementos forma la vanidad en una comunidad que al no desecharlos se convierte hábitos  de conflictos en las personas para no lograr los sueños, metas trazadas para pasar a ser  pecadores.

Debemos compartir la enseñanza a quien podamos háblales  de un amor  humano que sea eterno, singular, independiente inalterable pensando en la gracia, la misericordia de Dios, “como vemos Dios no se cansa de amar, lo demuestra en su gran misericordia de Dios.”

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