El orgulloso faraón ayudo sin saberlo a que se cumpliera el propósito de Dios

“El orgulloso faraón ayudó sin saberlo a que se cumpliera el propósito de Dios” (10 mins.)

El faraón era un gobernante muy poderoso, sus súbditos y el mismo lo consideraban un Dios, el hijo del dios sol Ra. Cierta obra comenta que además creían que superaba en sabiduría y fuerza a todo otro ser, y recibía títulos ostentosos, como el sol de los dos mundos, el dios todo poderoso o el eterno.

Hay escenas egipcias en las que aparece el faraón inclinándose o adorando a su propia imagen.

Pues imaginemos frente a este poderoso gobernante, a un pastor, de unos 80 años, Moisés y a su hermano mayor Aaron, que servía como esclavo en Egipto.

Ninguno adoraba al faraón, sino a Jehová, un Dios que este gobernante negaba conocer

La pregunta que surge es ¿escucharía el faraón a estos dos hombres?

Bueno veamos la respuesta en Éxodo 8:15 (LEER)

15 Cuando el faraón vio que se había aliviado la situación, se puso terco y se negó a escuchar a Moisés y a Aarón, tal como había dicho Jehová.

Como vemos en la imagen en la guía de actividades, aunque ya habían sufrido dos plagas el faraón se puso terco y no quiso escuchar a Moisés y a Aaron.

Pero aun quedaba una ultima esperanza, el libro perspicacia indica que el poder absoluto del faraón estaba limitado de manera considerable por otras fuerzas del imperio. Entre ellas estaba el sacerdocio, ¿y qué consejo le darían los sacerdotes? ¿Los escucharía a ellos?

Leamos la respuesta en los versículos 18, 19 (LEER)

18 Los sacerdotes-magos trataron de imitarlos y producir mosquitos con sus artes ocultas, pero no lo consiguieron. Y los mosquitos se lanzaban sobre la gente y los animales. 19 De modo que los sacerdotes-magos le dijeron al faraón: “¡Es el dedo de Dios!”. Sin embargo, el corazón del faraón siguió siendo terco y él no les hizo caso, tal como había dicho Jehová.

Así como leemos, esa tercera plaga los dejo locos -como quien dice- a los sacerdotes practicantes de magia, que intentaron duplicar el milagro que hizo Jehová de convertir el polvo en mosquitos. Pero no pudieron, de hecho, dijeron “es el dedo o espíritu santo de dios”. Aunque no dijeron el nombre del dios verdadero, estos sacerdotes y magos reconocieron que ni ellos, ni el dios de la magia, ni el dios de la tierra, eran tan poderosos como Jehová.

¿Pero qué hay del faraón, reconocería esto también? ¿Haría caso a los sacerdotes?

Lamentablemente el corazón del faraón siguió siendo terco y no les hizo caso, ni a ellos, ni a Moisés, ni a Aarón. Y no solo eso, sino que no accedió a someterse a Jehová y siguió oponiéndose a él con terquedad y con orgullo.

Debido a ello Jehová se vio obligado a mandar una cuarta plaga. “Tábanos” que poblaron la tierra sin que el dios del aire o la diosa del cielo pudieran impedirlo, sin embargo, Jehová si pudo proteger a sus siervos, pues esta y las siguientes plagas afligieron solamente a los egipcios, no a los israelitas. No obstante, como la terquedad de faraón continuaba, Jehová mando una quinta plaga, “la muerte del ganado de los egipcios” y una sexta “una enfermedad que llenó de úlceras a los egipcios”, pues aun así el faraón siguió demostrando orgullo y terquedad y no dejaba salir a los israelitas.

Seguramente nos preguntamos, bueno después de 6 plagas, faraón seguía orgulloso y terco. ¿Porque no ejecuto Jehová directamente a este faraón?

Pues veamos la respuesta directamente en la biblia, leamos Éxodos 9:15, 16

El propio Jehová le dice al faraón… (LEER)

15 Yo ya habría podido extender mi mano para castigarte a ti y a tu pueblo con una enfermedad mortífera, y tú ya habrías desaparecido de la tierra. 16 Pero te he dejado vivir por esta razón: para demostrarte mi poder y para que se proclame mi nombre por toda la tierra.+ 17 ¿Sigues siendo tan arrogante con mi pueblo que te niegas a dejarlo salir?

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