Ensayo acerca de la Doctrina Social de la Iglesia Católica

Doctrina Social de la Iglesia                            Página |

Ensayo sobre la Doctrina Social de la Iglesia y la coyuntura en Bolivia

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Pablo Sebastian Antelo Burgos.

Noviembre 2019.

Universidad Católica Boliviana “San Pablo”.

Pastoral Universitaria.

Doctrina Social de la Iglesia.

Trabajo Final de la Materia de Doctrina Social de la Iglesia – Ensayo

Ensayo: Importancia de la Doctrina Social de la Iglesia y su relación con la coyuntura en Bolivia

¿Para qué existe la Iglesia en el mundo? Esta pregunta, que quizás muchos de nosotros nos hemos hecho (o incluso aún nos hacemos, como en mi caso) en algún momento de nuestras vidas, sobre todo durante nuestra adolescencia, esta etapa tan complicada y llena de interrogantes antes de dar el gran salto a la adultez, pero esta pregunta también desgastaba el pensamiento y el corazón de aquellos hombres y mujeres que, durante el siglo XIX, sufrían prácticamente una situación de esclavitud en sus vidas por la situación de pobreza y explotación de la clase obrera que se tenía en ese entonces. La Iglesia, por su parte, en esa época parecía estar situada estratégicamente en un comodísimo lugar, desde donde pedía al pueblo que sufría, que tenga una esperanza utópica y quizás hasta ingenua, mientras ella se ubicaba muy diplomáticamente en el poder político y del Estado, quizás buscando soberanía y privilegios.

Un claro ejemplo de cómo era la relación Iglesia-Estado-pueblo en esa época lo pudimos observar en la película “Daens” (que trata sobre un cura que defiende los derechos de trabajadores oprimidos en plena segunda revolución industrial en Bélgica, y que está basada en hechos reales) donde se puede ver el escenario de explotación que la burguesía industrial lleva a cabo sobre las familias obreras de la ciudad, y cómo la Iglesia Católica defendía a los burgueses y no así a los pobres.

Sin embargo, a finales del siglo XIX, la relación entre la sociedad y el catolicismo ya no sería la misma de antes. Un proceso de reflexión se estaba dando, en donde la Iglesia recordaría y retomaría el que siempre fue su verdadero lugar en el mundo. Esto se logró, en gran parte gracias al pontificado del Papa León XIII, quien determinó que la Iglesia debe estar del lado de la justicia y la caridad, de los que sufren, de los que lloran, de los pobres, de aquellos que necesitan la defensa de su dignidad e integridad como personas.

Esta Doctrina Social de la Iglesia que, como dijimos, nace con el Papa León XIII y busca una postura de la Iglesia, fundamental, ante las situaciones y problemáticas sociales del mundo, que proponga métodos que generen una viva enseñanza del ser cristiano en todos los aspectos de la vida.

Entre estos métodos que la Iglesia propone, se deja vislumbrar la idea de que, cada quien ayude con lo que tiene al otro, donde se entiende al hombre como un ser social por su misma naturaleza, oponiéndose a todas las formas de individualismo social, político o económico, logrando que el hombre como un ser inteligente y libre, descubra que solo de él depende elegir lo más conveniente para lo que él considere su “bienestar”.

De esto se trata el principio de Solidaridad, que habíamos visto en clase, de la colaboración y ayuda mutua entre las personas, que se deben promover y alentar entre ellas, para así llegar a otro de los principios visto en clase, que es el principio del Bien Común.

Con esto, el hombre y, en especial el hombre cristiano, comprendió que su vida cristiana y su compromiso social debe ser llevado a una actuación eficiente (desde el punto de vista de la carrera que estudio) del aspecto social, poseyendo principios de reflexión, pero así también contar con criterios de juicio y acción, cuya principal finalidad es la de iluminar, partiendo de la fe y de la tradición de la Iglesia, las situaciones que se presentan en el día a día en la sociedad en que vivimos, sobre todo en estos momentos que estamos viviendo como país, donde se ofende la dignidad de la persona humana, con chantajes, calumnias, amenazas, no permitiendo la libre circulación, etc.

Algunos podrían decir que entonces es hasta una obligación de la Iglesia resolver los problemas sociales. Pero la verdad, es que no lo es. Esta es una misión general de los hombres, y en particular de los gobernantes que tienen el dinero y redactan las leyes, por eso la importancia de la responsabilidad que nosotros como hombres tenemos para elegirlos a ellos. A los gobernantes les compete conseguir una repartición justa de los bienes, de mantener satisfechos a todos los sectores de la sociedad en general, ya que, mal que mal, su obligación es trabajar para nosotros, y no en viceversa. De todos modos, la Iglesia resuelve muchos problemas sociales por caridad, pero no es su obligación, Cristo no vino a la tierra para resolver dificultades económicas, sino para liberarnos de nuestros pecados.

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