LA BRUJERÍA, PECADO Y LA IGLESIA CATÓLICA

LA BRUJERÍA, PECADO Y LA IGLESIA CATÓLICA.

Brujería. La palabra en sí, provoca cierto sentimiento extraño. Cuando se piensa en brujería, normalmente visualizamos una mujer vieja, fea y grotesca, alguien que podría preparar pociones en un caldero o alguien que lanza hechizos con una varita. Los medios nos muestran que estas brujas pueden hablar con animales, particularmente con gatos. También se asocian con el diablo, siendo estos seres malvados que roban niños y matan a otros, pero ¿Qué son las brujas para la religión?

En siglos pasados, los acusados ​​de brujería eran considerados los seres más despreciables de la humanidad. Había diferentes tipos de brujas y diferentes formas de operar. Cualquiera que fuera la razón, la iglesia católica consideraba que las brujas, o los acusados ​​de brujería, eran pecadores. Para detener este tipo de pecado y otras formas del mismo, se llevó a cabo la Inquisición de la iglesia católica. Mirando la historia, es fácil ver cómo entonces la fe de la Iglesia y la razón de su pensamiento iban juntas.

Si bien sería asombroso tener tales seres capaces de realizar dichas hazañas mágicas, estos son en gran parte rumores falsos creados por la iglesia católica para promover el cristianismo y castigar a aquellos que han conservado estas creencias y que están en desacuerdo con la iglesia.

La creencia en las brujas no fue común hasta 1498, cuando el Papa Inocencio VIII, emitió una declaración afirmando que las brujas realmente existían. Una vez aprobada esta declaración, provocó una histeria masiva y el enfurecimiento de muchos, dando lugar a las enormes cazas de brujas que tuvieron lugar entre los siglos XVI y XVIII. Muchos han sido perseguidos simplemente por su falta de devoción a la fe cristiana, y la iglesia se encargó de capturar a tantas personas como pudo.

Es difícil entender cómo la brujería se convirtió en una práctica malvada cuando fue ampliamente aceptada en todo el mundo, considerando que en un principio solo se encargaba de hacer prácticas tales como preparación de medicinas, curación de enfermedades o crecimiento en la economía, fue solo con el surgimiento de la iglesia católica que las brujas se asociaron rápidamente con la magia negra y el diablo, lo que resultó en juicios masivos. En la edad media, existía la creencia popular de que los demonios vagaban por la tierra, dejando atrás enfermedades y devastación. La iglesia se sintió amenazada por las ideologías de la brujería y decidió combinar la antigua religión pagana con la del satanismo. De esta manera, pudieron ganarse el favor de las masas aprovechando el miedo del público al diablo y usándolo para perseguir a los que no seguían la fe católica.

Hay un interés particular en comprender cómo las iglesias construyen y practican la concepción de la brujería como pecado. Veremos cómo se desarrolló este elemento a partir de referencias textuales bíblicas.

“A la hechicera, no la dejarás que viva.”

Éxodo 22:18

Como se ha señalado en muchas ocasiones, es necesaria una buena comprensión de los símbolos y significados bíblicos para comprender muchas creencias o rituales. Las iglesias, se basan en la escritura de la Biblia, que se considera su texto sagrado. En muchos grupos, la interpretación afirma ser literal. Cabe señalar que la Biblia no considera que la brujería y la magia sean falsas como tales. Por el contrario, afirma que las prácticas de la brujería existen, pero son un pecado grave que el creyente debe evitar.

Dentro de la religión, el pecado aparta al creyente de la salvación divina. Los actos de adivinación y hechicería son considerados como un pecado, ya que van contra dos de los diez mandamientos escritos en Éxodo (20: 1-17), "no adorarás a falsos dioses" y "no adorarás falsos ídolos". En el caso del primero, se estima que en la brujería cree que puede sustituir a Dios y, en el segundo, que los rituales implican el uso de imágenes o figuras (Douglas, 2006). A su vez, en Éxodo (22: 18), se señala: "A la hechicera, no le dejarás que viva". Pero en cualquier caso al ser considerada la brujería y derivados como pecado, para la iglesia la condena es contundente.

La caza de brujas comenzó en el siglo XVI y se prolongó hasta el siglo XVIII. Esta persecución solo tuvo lugar en países católicos y protestantes. No solo fueron aprobados por las iglesias, sino que toda la locura fue causada por las iglesias; quienes dieron todo su apoyo a la causa. Si bien la persecución de las brujas afectó a todo tipo de personas, el objetivo principal de muchos fueron las mujeres mayores que eran pobres y generalmente se consideraban como forasteras por su sociedad. Las mujeres fueron capturadas con mucha más frecuencia, porque se creía que eran más propensas a servir a Satanás y ser brujas. Si bien algunos hombres fueron arrestados y castigados, la gran mayoría fueron mujeres.

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