La importancia de un entorno familiar pacífico
Enviado por luizlnj • 29 de Diciembre de 2016 • Ensayo • 2.031 Palabras (9 Páginas) • 323 Visitas
Enseñen a sus hijos a amar a Jehová
“Como flechas en la mano de un hombre poderoso, así son los hijos de la juventud.” (SALMO 127:4.)
EL ARQUERO se prepara para disparar. Coloca cuidadosamente la flecha en la cuerda y tensa el arco. A pesar del esfuerzo implicado, se toma su tiempo para apuntar y, por fin, suelta la flecha. ¿Dará esta en el blanco? Eso dependerá de varios factores, entre ellos la destreza del arquero, la acción del viento y el estado de la flecha.
2 El rey Salomón comparó los hijos a “flechas en la mano de un hombre poderoso” (Salmo 127:4). Veamos cómo puede aplicarse a los padres esta comparación. El arquero dispone de poco tiempo para dirigir sus flechas, pues si quiere dar en el blanco, debe soltarlas muy rápido. De igual modo, los padres disponen de un tiempo relativamente breve para cultivar en sus hijos amor sincero por Jehová. A sus ojos, los niños crecen en apenas unos cuantos años, y luego se van de casa (Mateo 19:5). ¿Alcanzarán estas “flechas” el objetivo deseado? En otras palabras, ¿continuarán los hijos amando y sirviendo a Dios cuando dejen el hogar? La respuesta dependerá de numerosos factores. Examinemos con más detalle tres de ellos: la destreza de los padres, el entorno familiar y la reacción de los hijos a la educación que reciban. Para empezar, veamos qué les corresponde hacer a los padres.
Sean un buen ejemplo
3 Jesús siempre puso en práctica lo que enseñaba, dejando así un buen ejemplo para los padres (Juan 13:15). No se puede decir lo mismo de los fariseos, a quienes Jesús condenó porque decían mucho pero no hacían nada (Mateo 23:3). Por tanto, los padres que quieren infundir en sus hijos amor por Jehová deben predicar con el ejemplo. Si sus palabras no concuerdan con sus obras, todo lo que digan será tan inútil como un arco sin cuerda (1 Juan 3:18).
4 El ejemplo que den los padres es importantísimo. Veamos por qué. ¿Cómo llegaron ellos a amar a Dios? Observando el ejemplo de Jesús. De igual modo, los hijos aprenderán a amar a Jehová imitando a sus padres. Recordemos que las compañías pueden tener dos efectos en el niño: o lo fortalecen, o “echan a perder [sus] hábitos útiles” (1 Corintios 15:33). Pues bien, durante buena parte de su vida —en especial durante sus primeros años—, los amigos más íntimos e influyentes del niño son sus padres. De ahí que estos deban preguntarse: “¿Soy una buena ‘compañía’ para mi hijo? ¿Lo motiva mi ejemplo a cultivar ‘hábitos útiles’? ¿Qué ejemplo le doy en cuestiones fundamentales como la oración y el estudio de la Biblia?”.
Oren con sus hijos
5 Los hijos pueden aprender mucho sobre Jehová escuchando las oraciones de sus padres. Por poner un caso: ¿qué aprenderán al verlos orando antes de cada sesión de estudio bíblico y dando gracias a Dios antes de cada comida? Probablemente concluirán que Jehová satisface nuestras necesidades —tanto espirituales como físicas—, y por eso merece que le demos las gracias. Se trata, sin duda, de lecciones muy valiosas (Santiago 1:17).
6 Ahora bien, los padres conseguirán todavía más si oran con sus hijos en otras ocasiones y mencionan asuntos específicos que interesen a los distintos miembros de la familia. Así, les enseñarán a ver a Jehová como parte de la familia y a comprender que se preocupa por cada uno de sus miembros (Efesios 6:18; 1 Pedro 5:6, 7). Cierto padre explica: “Oramos con nuestra hija desde el día en que nació. A medida que crecía, fuimos incluyendo cosas que tenían que ver directamente con ella, como el tema de las compañías. Hasta que se casó y se fue de casa, no pasó un solo día sin que oráramos juntos”. Padres, ¿oran también ustedes a diario con sus hijos? ¿Podrían ayudarles a ver a Jehová como un amigo que se preocupa por lo que necesitan emocionalmente, y no solo física y espiritualmente? (Filipenses 4:6, 7.)
7 Claro, para hacer oraciones más específicas, hay que saber lo que está pasando en la vida de los hijos. Fijémonos en lo que hacía un padre que tenía dos hijas: “Al acabar la semana, me planteaba estas preguntas: ‘¿Qué preocupaciones tuvieron mis hijas esta semana? ¿Qué cosas buenas les ocurrieron?’”. Padres, ¿por qué no se formulan esas mismas preguntas? Las respuestas podrían darles una idea de qué decir cuando oren con sus hijos. Al actuar así, estarán enseñándoles no solo a hablar con Jehová —el Oidor de la oración—, sino también a amarlo (Salmo 65:2).
Fomenten buenos hábitos de estudio
8 Algo que tiene una gran influencia en la relación de los hijos con Dios es la actitud de sus padres hacia el estudio de la Biblia. En nuestra relación con Jehová, como en cualquier otra, no basta con hablar; también hay que escuchar. Y una forma de escuchar a Dios es estudiando la Biblia con la ayuda de las publicaciones del “esclavo fiel” (Mateo 24:45-47; Proverbios 4:1, 2). Por eso, para que los hijos cultiven una amistad duradera con Jehová, es fundamental fomentar en ellos el hábito de estudiar su Palabra.
9 ¿Qué ayudará a los hijos a desarrollar buenos hábitos de estudio? Una vez más, no hay nada mejor que el ejemplo de sus progenitores. Padres, ¿los ven sus hijos leyendo y estudiando la Biblia con regularidad? Claro, es probable que ustedes estén muy ocupados criándolos y no sepan de dónde sacar tiempo para leer y estudiar. Sin embargo, pregúntense: “¿Me ven mis hijos pasando muchas horas delante del televisor?”. Si este fuera el caso, ¿no podrían dedicar parte de ese tiempo a su estudio personal y así darles un buen ejemplo?
10 Otra manera práctica de enseñar a los hijos a escuchar a Jehová es estudiando semanalmente la Biblia en familia (Isaías 30:21). Tal vez haya quien se pregunte para qué van a hacerlo si los hijos ya están asistiendo a todas las reuniones de la congregación. Pues bien, hay buenas razones para celebrar el estudio de familia. Para empezar, Jehová ha encomendado a los padres la importante tarea de instruir a sus hijos (Proverbios 1:8; Efesios 6:4). Y el estudio de familia les enseña que la adoración a Dios no se limita a actos públicos,
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