La intercesión,base para evangelizar al mundo
Enviado por erag77 • 21 de Febrero de 2016 • Apuntes • 1.165 Palabras (5 Páginas) • 162 Visitas
L A ORACIÓN es una práctica cristiana no muy deseada
y poco practicada dentro de nuestras iglesias. Parece
que no nos hemos dado cuenta que la oración es realmen-
te la columna vertebral del avance del evangelio.
La iglesia primitiva se inició en una reunión de ora-
ción. La Biblia nos declara en Hechos 2.1 que: «estaban
todos unánimes juntos». Los resultados de personas uni-
das en oración se han visto no sólo en tiempos bíblicos
sino también en nuestros días y a lo largo de la historia de
la iglesia. Al convenir unirnos en oración, debemos tener
la seguridad de que esta es una oración que tendrá res-
puesta; el mismo Señor Jesucristo dijo: «Si dos de voso-
tros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de
cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre
que está en los cielos» (Mt. 18.19).
La iglesia latinoamericana ha despertado a la visión
misionera, y es imprescindible reconocer que no podre-
mos ser la fuerza misionera que soñamos llegar a ser, al
menos que estemos cimentados, fortalecidos y arraiga-
dos en la oración. Recordemos las palabras del profeta
Zacarías: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi
Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos» (Zac. 4.6).
La obra misionera es la invasión al dominio que Sata-
nás tiene sobre las vidas que aún no han recibido a Jesu-
cristo como su Salvador, y no dudamos que la lucha será
más intensa para aquellos que han decidido hacer suyo el
reto de ir por todo el mundo y predicar el evangelio. Tam-
bién las iglesias que se han comprometido con el reto de
enviar misioneros experimentarán esta batalla espiritual,
pero no olvidemos que: «Mayor es el que está en noso-
tros que el que está en el mundo» (1 Jn. 4.4).
El plan de Dios y la intercesión
Es posible que usted se pregunte qué importancia tie-
ne la oración intercesora en las misiones.
El plan supremo de Dios es la redención del mundo.
Su deseo es que: «ninguno se pierda sino que todos pro-
cedan al arrepentimiento» (2 P. 3.9). «¿Y cómo oirán sin
haber quién les predique? ¿Y cómo predicarán si no fue-
ren enviados?» (Ro. 10.14-15). ¿Quién es el que recluta y
envía obreros, sino el dueño de la mies? El mismo dijo:
«Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su
mies» (Mt. 9.38).
La salvación del mundo es obra de Dios, a través de
Jesucristo, por medio de su Espíritu Santo,
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