Origen de las religiones mas grandes del mundo

UNIVERSIDAD SAN FRANCISCO DE QUITO

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COLEGIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

COMPOSICIÓN II

ABIGAIL ZAMBRANO

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Religiones más grandes del mundo.

Friedich Nietzsche- ¿Es el hombre un fallo de Dios, o Dios un fallo del hombre? El hombre tiene y siempre ha tenido la necesidad de creer en algo superior, pero ¿cómo llegaron las religiones más grandes del mundo a ser lo que son hoy en día? El Hinduismo, Budismo, Judaísmo, Cristianismo e Islamismo son las más practicadas en el presente; sin embargo, han ido variando desde que surgieron en algún momento de la historia de la humanidad. Las similitudes sobre el origen de las cinco religiones más grandes del mundo es un tema relevante y que genera un de debate universal.

El nacimiento de las religiones tiene sus bases en el miedo a lo desconocido y por lo tanto inexplicable. Al inicio, los hombres pusieron a manera de Dios supremo al sol, pues él, arrebataba las tinieblas de las cuales el hombre no se podía liberar, lo que le hacía ser vulnerable. Tiempo después, con el descubrimiento del fuego, este pasó a ser su nuevo símbolo de veneración, al igual que fueron venerados todos aquellos objetos que no tenían explicación ante los ojos primitivos del homo sapiens. Pero conforme el hombre se iba desarrollando y evolucionando, sus teorías sobre una identidad superior, se vieron en constante cambio, de esta manera surgieron los credos en varios dioses (politeístas), y luego en una sola deidad (monoteístas). Crearon creencias más complejas basadas en doctrinas, ritos y cultos, que dieron origen a las costumbres y estas llevaron a la creación de diferentes religiones tanto en oriente como en occidente.

        La religión más antigua del mundo es el hinduismo, la misma que surgió cuando los pueblos arios invadieron India (Oriente) y llevaron consigo sus diferentes dioses. Los hinduistas veneran a diferentes grupos de deidades y credos que no siempre se relacionan entre sí; sin embargo, el denominador común entre los hindúes es que todos creen en la ley eterna o   Dharma que pese a no ser de origen humano es valido para explicar el inicio de la vida. Su trilogía más popular es la conformada por: Shiva (destructor), Vishnú (conservador) y Brahma (creador). Con la ayuda de lo divino, el ser humano puede alcanzar su iluminación que consiste en encontrar paz, amor y felicidad con el universo, a través de esta, se puede llegar al Samsara que es el ciclo eterno de vida, es decir, la creencia de alcanzar varias vidas después de la muerte. Esta religión no tiene un fundador específico, pues se cree que es el resultado de la unión de varias creencias primitivas. Al transcurrir el tiempo, el hinduismo llega a influir de gran manera sobre el budismo, originado también en la India.

        El budismo no sólo comparte con el hinduismo el lugar en el que se formaron, se trata de una influencia profunda de prácticas que van desde la creencia del karma, hasta la reencarnación, con una serie de creencias adaptadas que la han llevado a alcanzar una extensión increíble convirtiéndola en la religión más extensa de Asia. El Karma como concepto adaptado del hinduismo, no sólo es considerado importante en la vida ya que además condiciona a los fallecidos en el espacio temporal entre la vida y la reencarnación. El budismo trata al mundo y al yo como una ilusión, considerando sólo a la conciencia como real. En contraste con el hinduismo, esta plantea como objetivo alcanzar la iluminación buscando la paz interior y niega tajantemente la existencia de un Dios todopoderoso, atribuyendo la creación de lo conocido a fuerzas motrices poco explicables denominadas Dharmas. Su fundador Siddharta Gautama (Buda) no es considerado una deidad, sino como un modelo a seguir. Nació en una familia noble y de basto poder económico, sin embargo, pese a la comodidad, su concepto de vida se vio afectado por el sufrimiento humano, lo que lo llevó a integrarse a la orden de los ascetas, pero tras muchos años  y al ver que su búsqueda no era exitosa, decide renunciar a todo y buscar en el silencio y la quietud la forma de liberarse de los problemas de la vida y la muerte. De esta manera logró encontrar su paz interior (iluminación), tras la cual, inició su ministerio. A la edad de 80 años, falleció y debido a que no dispuso un sucesor, la doctrina tomó diferentes rumbos creando diversas escuelas y variantes; pese a ello, para las distintas adaptaciones del budismo, la meditación forma un eje central de sus creencias, según el Kadampa, la meditación transporta al ser humano a estados espirituales cada vez más elevados, permitiendo conseguir la sabiduría perfecta o estado de Buda.

 Otra religión que tiene su origen en Oriente es el Judaísmo, que además de ser la religión monoteísta más antigua, es la base de aquellas religiones consideradas de Occidente. Esta religión fue fundada en Canaán, tierra prometida hacia dónde se dirigió su fundador Abraham con su descendencia y su pueblo, después de abandonar los cultos idolatras de su tribu al iniciar con la concepción de la idea de un único Dios omnipotente y verdadero. Recogieron sus creencias en el Torá, texto plasmado en papiros que está basado en los cinco libros escritos por Moisés (Pentateuco). Según el Antiguo Testamento, los Diez Mandamientos fueron confiados por Dios a Moisés en el Sinaí para ayudar a su pueblo a cumplir la ley divina en señal de su alianza con quiénes se denominarían el pueblo elegido. En cuanto a la percepción del cielo e infierno, cómo características recurrentes en las religiones que surgen de esta, el judaísmo no hace más que negarlas, ya que para esta religión no existe la creencia en el más allá y se orienta más a la vida terrenal, consagrado en un código de conducta al que los creyentes adaptan su vida enfocada en lo apropiado (Kosher) y en el cumplimiento de la ley judía o Halaja con el fin de esperar al Mesías, la salvación y el juicio final en el que la justicia toma protagonismo ya que supone para los justos una liberación de sus padecimientos y para los ateos una prolongación de su letargo. La espera del Mesías se vincula además históricamente cómo el anhelo de la salvación de Israel de la persecución y desprecio, transformándose en el pueblo sagrado de Dios.

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