PASTORAL FUNDAMENTAL GAUDIUM ET SPES
Enviado por didier30582 • 23 de Octubre de 2019 • Trabajo • 2.199 Palabras (9 Páginas) • 271 Visitas
UNIVERSIDAD CATOLICA
ANSELMO LLORENTE Y LAFUENTE
PASTORAL FUNDAMENTAL
GAUDIUM ET SPES
NOMBRE DEL DOCENTE
Pbro. JUAN CARLOS BATISTA CASTILLO
NOMBRE DEL ESTUDIANTE
ARGENIS BRICEÑO ESPINOZA
SEDE NICOYA
MARZO, 2018
Introducción
En el presente trabajo tratara sobre la constitución pastoral “Gaudium et Spes”, que hace su enfoque ante las necesidades del hombre en la tierra, sobre los gozos y esperanza de los hijos de Dios, donde la Iglesia clama por el respeto y la igualdad de los derechos del hombre, y promulga el bien común para lograr una ciudadanía más humana en el amor de Dios donde reine la paz y el buen convivir como creaturas del Señor.
Objetivo general
Analizar el mensaje que se nos transmite a través de esta conferencia pastoral “Gaudium et Spes”, y así poner en práctica lo que en esta conferencia se nos plantea, y hacer reflexionar a todas las demás personas del compromiso propio del hombre en la Tierra.
GAUDIUM ET SPES
Sobre La Iglesia En El Mundo Actual
En esta constitución se viene a tratar a cerca de los gozos y esperanzas de los hombres, de todas las tristezas e injusticias que el hombre vive en el mundo, y a su vez, la esperanza de un cambio tan esperado por el género humano con la ayuda de nuestro Creador, en esta misión de la Iglesia por velar por la igualdad de felicidad humana, siendo verdaderamente nuestra propia misión.
Dignidad de la persona humana:
El hombre quien fue hecho a imagen y semejanza de Dios tal como se nos relata en la Santa Biblia, goza de poder ser centro de los bienes de la tierra entregados por el Señor, así mismo el hombre cuenta con el libre albedrío entregada por El, y con la capacidad de reconocer y amar a su creador. Pero el hombre, siendo una persona de bien por su naturaleza divina, por otro lado, es tentado por el mal, el corazón del hombre por naturaleza humana, esta inclinada al pecado, pero se encuentra en esa constante lucha de no caer en él; el hombre, en su condición corporal, siendo parte del universo material, debe de honrar su cuerpo que es verdadero Templo de Dios.
Ante la dignidad de la inteligencia, verdad y sabiduría, el hombre tiene todo el derecho de sentirse por encima del mundo material, Dios le ha dado la capacidad de gobernar a lo material, pero muchas personas por su débil naturaleza humana mortal, caen en la esclavitud de este mundo. Por otro lado, la conciencia de nuestros actos morales como verdadero sagrario del hombre, que será la que al final nos juzgará de nuestros actos, es ese precioso regalo del señor, misma donde habita El, es la conciencia que habita en lo más profundo del ser y donde resuena la voz de Cristo que discierne entre lo malo y lo bueno y que en mucha de las ocasiones es ignorado por el sordo corazón del hombre. El hombre, ser mortal por causa del primer modelo humano, que tiene su salvación gracias a Cristo que venció la muerte, tiene su total libertad de escoger el camino correcto que lo lleve a la salvación de la vida eterna.
La creatura humana desde su nacimiento está invitada a ser partícipe de constante comunicación con su Creador, la falta de esta comunicación y la negación a Dios, conlleva al ser a romper los lazos con El, y de aquí el ateísmo presente en la Tierra, que la Iglesia con dolor y firmeza denuncia todo acto en contra de Dios realizado por el ser humano. Cristo es por excelencia el hombre nuevo, el nuevo Adán, quien vino a la tierra para renovar la imagen antigua del hombre y a salvarnos del pecado por medio de su muerte, sin duda es a este modelo que el hombre debe seguir, el ser humano debe de ser fiel a sus pasos y así poder alcanzar el agrado a Dios y su propia Salvación.
La comunidad humana: La relación de los hombres siempre ha de estar enlazada con el amor al prójimo, tal y como se nos da en la Ley divina, Dios ha creado al hombre como un ser social, una creatura incapaz de vivir a solas; he aquí la importancia de la promoción del bien común, para que con la práctica del bien por igual, el ser humano pueda convivir como verdadero cristiano, y la sociedad sea una sociedad justa, de amor y paz.
La actividad humana en el mundo: el hombre quien fue hecho a imagen y semejanza de su Creador, se le ha concebido la libertad de manipular la tierra, con la finalidad de hacer el mundo un lugar justo, poniendo en práctica el bien común, para lograr así mejores condiciones de vida en la humanidad, la actividad del hombre en el mundo es una tarea de mucha importancia que Dios ha concebido al ser humano, es el mismo hombre el que tiene el control de su futuro, con los mismos avances de las ciencias, el hombre en muchos de los casos atenta con acabar con su propia raza, así mismo, Dios en su amor la creatura humana, le ha enseñado una nueva tierra, donde el corazón del hombre se saciara de paz amor y justicia eterna.
Misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo: La participación de la Iglesia en el Mundo es crucial, la Iglesia que nace del eterno amor de Dios y fundada por Cristo en los apóstoles, y la seguimos conformando todos nosotros en la actualidad, y es Ella misma la que junto a los hombres tiene la misión escatológica de presentarnos el camino correcto hacia la Salvación eterna que Dios nos tiene preparado a todo aquel que es fiel y seguidor de los pasos de Cristo. La Iglesia procura brindar su ayuda a la sociedad humana, vela por una fraterna unión de la familia humana cristiana, y que, de esta manera, contribuya en una sociedad de sana socialización civil como económica. Por otro lado, el concilio le recalca al hombre que es habitante temporal de este mundo, el cumplir fielmente las tareas temporales en el mundo guiado por Espíritu, y señala el acto erróneo del hombre que incumple con su deber en la tierra, descuidando este deber, pareciéndole menos importante por ser “temporal”. Finalmente, el fin último de la Iglesia es el de guiar a la humanidad a la luz del evangelio, a alcanzar el tan anhelado sacramento de la salvación.
Dignidad del matrimonio y la familia en el mundo actual: evidentemente para lograr prosperidad de la comunidad familiar y conyugal, el bienestar de la persona y la sociedad cristiana debe estar presente, sin embargo, la epidemia del divorcio y las “relaciones libres”, conllevan a oscurecer la dignidad de esta institución. La institución del matrimonio está llamada a permanecer en plena unión, procrear y a educar, es necesario que el matrimonio conyugal sepa que marido y mujer no se define simplemente en dos personas, sino en una solo carne; Jesús ha derramado abundante bendición sobre el amor conyugal, que brota de la fuente divina de la caridad, la cual está hecha a semejanza de su unión de amor con la Iglesia. Es de esta manera, que el matrimonio familiar, es verdadera imagen de la alianza de amor entre Cristo y la Iglesia. Los hijos son sin dudas el mejor regalo que surge del matrimonio, contribuyendo al bien de los propios padres, por ende, padre y madre tiene esa linda tarea de educar a sus hijos dignamente, pue Dios ha confiado al hombre la relevante misión de conservar la vida humana. Finalmente, la unión conyugal cristiana, ha de permanecer unida en el amor de Cristo, para que, de esta manera, pueda ser testigo del amor que el Señor ha revelado con su muerte y resurrección.
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