Predica el cedro derribado

El cedro derribado

Ezequiel 31

Nos muestra la historia de un cedro, un árbol frondoso que creció muy alto cuyas raíces habían absorbido el agua de lo profundo, alimentado por el milagro de Dios sobre la naturaleza.

Ningún otro árbol podía compararse con él gracias a la voluntad de Dios, creció tanto que llegaba a las nubes tanto como su orgullo y Dios lo entregó en manos violentas terminando cortado, tirado en las montañas habitado por los animales del bosque marchitándose para que ningún otro árbol creciera de esa manera y para que nadie estuviera a su lado.

(Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu.

Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios. PROVERBIOS 16:19)

Dios nos habla del orgullo de sus siervos, de su iglesia, Dios Padre cuida de nosotros, nos alimenta, fortalece instruye para que seamos fuertes y bien cimentados con raíces grandes para que los vientos no nos derriben porque somos su creación, su obra no para enorgullecernos sino para servicio de otros, para el bien común de la Iglesia como miembros de un pueblo, no para ser tropiezo a nadie, la iglesia está llamada a expandirse, a crecer no en cantidad no en templos grandes ni majestuosos sino en espíritu, en unidad con aquellos que necesitan.

Seamos parte de esa Iglesia que Dios dejó seamos parte del Cuerpo de Cristo, miembros de su amada esposa, pero miembros a su imagen en busca dia a día de ser un verdadero testimonio no de un nombre sino de un Cristo que dio la vida por todos.

Seremos como el Cedro que fue derribado, ¿a qué árbol podemos compararnos?

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