Reflexión Dios hasta aquí ha sido propicio con mi vida y la de mi familia

Reflexión

Dios hasta aquí ha sido propicio con mi vida y la de mi familia. Nunca he estado ajena de pruebas ni pesares, pero mayores han sido las benevolencias que Dios ha otorgado a mi vida. No soy capaz de contar las veces en las que Dios me ha mostrado su amor y si cuando era pequeña dudé, eso hoy ni siquiera es una opción. Día a día veo sus promesas cumplidas y el trabajo que hace en silencio me sorprende.

Buscar una iglesia, se hizo un anhelo constante, pero incluso en ello pedí la dirección de Dios. También buscaba conocer las diferentes formas en que el pueblo de Dios le alaba y buscaba y eso me llevó a conocerles y por ello estoy agradecida.

En la reflexión de hoy, quiero invitarles a servir a Dios y a perseverar en fe y obra en el ministerio porque con Cristo, somos parte del mismo cuerpo como bien lo dice Efesios 5:29-30

A fin de honrar y agradar a nuestro dios se hace necesario ofrecernos por entero a Él a través de nuestra alabanza y obras. Confesar y demostrar nuestro amor y gratitud es a lo que somos llamados (Hebreos 13:15-16). Y esto por una simple razón, tenemos un propósito y no ganado por nuestros méritos, sino por gracia desde antes de haber nacido (2ª Timoteo 1:9).  Es entonces, necesario vivir en pos de este propósito, con benignidad y misericordia hacia nuestro prójimo (Efesios 4:32), teniendo por seguro que hemos ganado a batalla de la fe y que seremos dignos de obtener la anhelada corona de justicia, del Rey de Justicia (2ª Timoteo 4:8)

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