Religión, cultura y valores

Trabajo: El jugador: un proceso de vértigo

La novela “El jugador”, nos abre un sinfín de cuestiones donde cada uno intentamos resolver en nosotros mismos y darle una explicación o tal vez una respuesta a los sucesos que podemos leer en ella. Tristemente, muchos de los pasajes que hemos leído en esta novela son el vivo reflejo de lo que hoy en día rodea a nuestra sociedad.

Tal vez sea la sensación de falta de protagonismo en algún ámbito de la vida de una persona, la que lleva a ésta a refugiarse en el éxtasis de una simple alegría por ganar algo de manera sencilla y sin tener que sudar para conseguirlo.

En el caso de la abuela, sumergida en el desasosiego de ver su fortuna esfumarse podemos ver como solo parece tener vida su cuerpo. Su mente se quedó en las primeras veces donde la fortuna estaba de su lado y a la misma vez en ese mismo momento, donde parecía no tener escapatoria y solo podía continuar por el mismo camino que le estaba llevando al precipicio. Alexei así lo comenta “es igual que si se deslizara en trineo desde lo alto de una montaña cubierta de nieve”, y lleva razón en esta especie de paralelismo puesto que así es como se siente una persona que se obsesiona con el resultado, sin darle importancia a cuanto pueda perder por el camino o a las consecuencias que sus actos le vayan a condenar en un futuro. La persona que monta en trineo y se precipita por la pendiente sabe que una vez que inicie el recorrido va a llegar hasta el final de la cuesta y que su velocidad va a aumentar a medida que pasen los segundos; pues bien, el jugador y en este caso la abuela, toma la decisión de iniciar el recorrido, y a medida que avanza el juego pierde la noción del tiempo, ella solo busca encontrarle la respuesta a la que la empujó a comenzar, pero se va dando cuenta de que cada vez la deuda es mayor, al igual que el que se monta en el trineo y nota aumentar la velocidad.

 Podemos observar como la anciana muestra una actitud cambiante a medida que pasa el tiempo. Al principio todo es divertido, pero se va transformando en tristeza.  Notamos como se va alejando de la vida creativa, y con ello a su destrucción personal. Vemos el sentimiento de vacío que rodea a la abuela y como se empodera el vértigo espiritual de su ser. También podemos ver la prepotencia de Potapych, consciente de lo que allí todo ocurre e incapaz de enderezar aquella torpe situación.

El poder succionante del juego del azar lleva a Alexei a darse cuenta de la esclavitud en la que vive y de la que no depende de él el hecho se haberse adentrado en ella.

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