Resumen Camino a Cristo.
Enviado por IRAIS YURIANA RODRÍGUEZ HUERTA • 15 de Septiembre de 2020 • Resumen • 1.036 Palabras (5 Páginas) • 1.566 Visitas
Resumen Camino a Cristo.
Este libro ha dejado en mí una gran huella, porque Dios en su inmenso amor y misericordia nos ofrece su gran amor de una forma tan dulce, muchas veces no imaginamos que nuestra vida depende de Cristo sin embargo, el en su gran amor nos da muchas bendiciones, en su ministerio trató siempre de mostrar compasión y misericordia a los enfermos que sanaba, y nos dio un claro ejemplo de cómo era la relación con su Padre, de tal forma que Jesús mismo dependía de su Padre y siempre en sus oraciones intercedía por un mundo que era dominado por el enemigo de Dios y a pesar de las tentaciones que el padeció nunca dejó de depender de su Padre, Jesús era el único mediador que el hombre tenía para comunicarse con Dios y él era un único salvador ante una humanidad perdida, después de que Dios todo lo había hecho para felicidad del hombre.
Podemos enderezar nuestra senda solamente arrepintiéndonos; “el arrepentimiento comprende la tristeza por el pecado y abandono del mismo”. No debe confundirse la tristeza bíblica con el lamentar los resultados. El Espíritu santo marca la diferencia entre los sentimientos y para poderlo recibir necesitamos acudir a Cristo tal cual somos. A medida que vallamos relacionándonos con Él sus mandamientos se harán vivos en nosotros. Podemos resistirnos, pero al contemplar un pequeño rayo de la gloria de Dios vemos cuan inmundos somos. Nosotros como hijos de Dios, no debemos excusarnos de los pecados de nuestros hermanos, sino ir delante de Dios y derramar nuestro ser delante de Él y ante las adversidades debemos reconocer nuestras faltas y recordar que Cristo murió por nosotros para darnos la salvación que Él nos ofrece.
Derramar nuestro ser a Dios, nos permite acercarnos a Dios incluso cuando le fallamos, Dios no necesita de nuestro favor, sin embargo, reconocer nuestros pecados y decir “Necesito Señor de ti, no soy digno de estar delante de tu presencia” nos transmite paz y tranquilidad a nuestra alma. Debemos entregar todo el corazón a Dios para que efectúe una transformación completa y en esto consiste la guerra contra nosotros mismos. Debemos abandonar todo aquello que nos separa de Él. El amor manifestado por nuestro Dios debe ser nuestro motivo de entrega. Cuando más tratamos de salir victoriosos ante el pecado, nos damos cuenta que en realidad no podemos luchar solos, sino que necesitamos de Dios para luchar y obtener paz que nos hará vencedores, creyendo que Dios nos perdonará y que nos dará un corazón transformado y agradezcamos porque lo hemos conocido.
Es posible que una persona no pueda definir el momento exacto de conversión, los cambios movidos por el Espíritu testifican del magnífico acontecimiento. Los cambios producidos no son movidos por deseos personales, es el Espíritu quien impulsa cada fibra del ser. Y que a través de esa transformación podamos ser luz para otras personas que no conocen del amor de Dios. A menudo caemos, pero no debemos desesperarnos, oremos con más fervor, desconfiemos de nuestra propia fuerza y aferrémonos al poder de Cristo. Cuanto más cerca estemos de Cristo más imperfectos nos veremos porque no puede haber amor profundo al Señor en un corazón que no conoce su propia maldad. En nuestro caminar cristiano, no podemos crecer en nuestra propia voluntad, sino que necesitamos de Dios para creer. Si contemplamos constantemente nuestra mirada en Cristo llegaremos a ser transformados en la misma semejanza, de gloria en gloria, la influencia regeneradora del Espíritu Santo renovara nuestro corazón. Todo lo que Cristo fue para sus primeros discípulos desea ser para nosotros hoy.
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