TEOLOGÍA PATRÍSTICA Importancia: Credo – Teología Sabia

Historia de la Iglesia – Ensayo Patrística

Angela Marcela Gómez

4 de Junio de 2015

TEOLOGÍA PATRÍSTICA

Introducción

El inicio de la teología patrística habla de los denominados padres apostólicos y los padres apologistas. En la teología patrística se refleja la unidad y las particularidades culturales del imperio como espacio en que la patrística se desarrolla. Se buscaba darle un significado al concepto entendido por padre de la iglesia, ya que no todo cristiano creyente era considerado padre, sino que se le atribuyeron cuatro características claves para referirse a este tipo de denominados: 1. Debía tener una antigüedad en el cristianismo determinada; 2. Se tenía encuentra su ortodoxia en la enseñanza; 3. Debía tener una aprobación explícita o implícita de la iglesia y una de las características más importantes y por las que más se destacó los padres de la iglesia era por su santidad de vida, debía estar viviendo lo que predicaba y anunciaba dentro de su entorno.

Dentro de todo este entorno se presentaron diferentes discrepancias en cuanto al concepto teológico lo que también llevó a una diferenciación entre la evolución teológica de Oriente y de Occidente. Es por esto que dentro del presente ensayo se busca clarificar conceptos y definir ciertos aspectos dentro de la teología patrística teniendo en cuenta la relación del cristianismo con el concepto teológico de la época.

Desarrollo:

La Iglesia Cristiana y su relación con el concepto teológico de la época

Características Básicas

Las fuentes que se tenían en cuenta por parte de los padres de la iglesia estaban basadas en una estrecha familiaridad con la Biblia, de esta manera se puede caracterizar la Biblia como la primera raíz de la teología patrística. En ella podemos encontrar las reflexiones que se hacen de las maravillas de Dios y el cumplimento de las promesas en el plan de salvación de nuestro Dios. Pero no solo se limita al Antiguo Testamento (AT) sino también hace un aporte considerable al tener las explicaciones en el Nuevo Testamento (NT) del cumplimiento de la venida de Cristo como redentor y afirmar que en el AT se encontraban profecías acerca del Cristo que vinieron a ser cumplidas por el Señor Jesús.

Otra de las raíces que fueron tomadas en cuenta fueron el pensamiento patrístico helenístico en donde esta época se desarrolla en un entorno donde le clima natural es la cuestión de la salvación. Y aunque el término del Gnosis viene a ser de vital relevancia, en la época no se trataba en este punto de un pensamiento netamente conceptual sino que venía acompañado de un contexto que busca la perfección integral del hombre, dentro de este concepto, el espíritu aún tenía un papel bastante relevante en donde se tenían en cuenta el don de la gracia y de la purificación. Además un aporte bastante interesante y con el cual me encuentro completamente de acuerdo es que la teología se veía como una verdadera gnosis explicada por que la sabiduría misma es un fruto del Espíritu Santo y que adicional a esto, esta sabiduría además de hacer al hombre docto también lo haga un hombre piadoso, lo que claramente no fue un rasgo característico en los posteriores dirigentes de la fe cristiana dentro del imperio romano y los imperios predecesores hasta la actualidad.

Importancia: Credo – Teología Sabia

La teología Patrística tiene una representación histórica bastante fuerte en la vida de la iglesia. De aquí que con los aportes de los padres de la Iglesia se implementó un credo en donde se pudiera expresar en palabras humanas la fe propia y se llevaron a cabo los grandes aportes de concilios doctrinales para contrarrestar el surgimiento de herejías. Estos concilios se vieron obligados a determinar y precisar las claves fundamentales de la fe: los dogmas trinitarios y cristológicos, tuvieron que inventarse una lengua universal con la que referirse siempre que iban a hablar de su fe.

La iglesia todavía no se había relacionado con la cultura, el poder y la filosofía, este fue en que vio enmarcada su juventud en involucrase más allá de lo que había venido haciendo en la antigüedad. Un aspecto clave dentro de este tiempo fue que la iglesia ya no solo contaba con judíos convertidos sino que se extendió el cristianismo a los gentiles quienes venían con costumbres paganas que de cierta manera llevaron a la iglesia a la necesidad de crear una teología llamada a convertirse en una “comprensión de la fe”, científica porque ya estaban involucrados temas comprobación, pero al mismo tiempo destinada a servir a la “presentación de la fe” y al “cumplimiento vital de la fe”. En resumidas palabras, lo que se quería era que la Palabra quería ser transmitida de un modo actual puesto que para ellos el eje central de sus apuntes se encontraban estaban ligados estrechamente con la Escritura.

De estas discrepancias surgió el tema de la exposición de un credo universal que pudiera ser claro en cuanto a la unidad de Dios pero personificado en tres personas distintas como lo son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La teología del cristianismo se basa en un monoteísmo y en primera instancia busca explicar a estas tres personas mediante una representación correcta de misión y generación, en donde la idea de misión se ve enfocada en la idea de una subordinación del “enviado” a “quien lo envió”. En otras palabras se explica la misión y la generación como el envío del Logos al mundo y su generación en el seno del Padre. Esto en primera medida para explicar el Padre y el Hijo, para el Espíritu divino se hace la misma posición en donde hubo una misión por parte del pneuma divino para que se diera la generación de la encarnación de Cristo, que luego lleva a que el pneuma de Dios se encuentre en todo y en todos. Finalmente se llega a la conclusión de una formula dogmática en donde: en el Dios único hay tres personas y una sola naturaleza o esencia.

En resumen la idea se concreta así: “Al mismo tiempo, esta fe confiesa que al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo les corresponde una peculiaridad irreductible. Esta consiste en que el Padre engendra al Hijo y, por eso, el Hijo no es la misma persona que el Padre; y el Padre no es la misma que el Hijo; finalmente, el Espíritu Santo es tanto Espíritu del Padre como del Hijo; y, como éstos, él pertenece también a la unidad del Dios trinitario.”^[1]En estos momentos los padres de la iglesia no estaban tan interesados en hacer doctrina sino en contrarrestar los pensamientos heréticos que en la actualidad estaban viviendo.

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