Tesoros septiembre
Enviado por Vida Cabrera • 17 de Enero de 2023 • Ensayo • 1.101 Palabras (5 Páginas) • 70 Visitas
¿Qué te llevaría a hacer un viaje en camello de 2000 km por el desierto? Difícil de imaginar, ¿verdad? Pues ahora, pongámoslo todavía más difícil. ¿Qué te llevaría a hacer este mismo viaje si fueras una persona muy importante, muy ocupada y acostumbrada a vivir rodeado de grandes lujos y comodidades? ¿Se te ocurre algún motivo? Debería ser uno de peso, ¿No es así?
En el registro Bíblico podremos encontrar la respuesta de alguien que hizo algo así. La Reina de Saba. Para ponernos en situación, esta Reina vivía en una zona de negocios inmensamente rica, el oro no solo era un adorno para el cuerpo, también se utilizaba en muebles, puertas, ventanas y hasta en paredes. ¿Serían los negocios lo que la llevó a hacer el viaje? Notad lo que dice 1 Reyes 10:1-3
La reina de Saba oyó hablar de la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová. Así que vino a ponerlo a prueba con preguntas difíciles. Llegó a Jerusalén con un séquito muy impresionante, con camellos que traían aceite balsámico, muchísimo oro y piedras preciosas. Se presentó ante Salomón y le dijo todo lo que ella tenía en la mente. Salomón le contestó todas sus preguntas. No hubo nada demasiado difícil para el rey. Pudo explicárselo todo.
Nada más lejos de la realidad, aunque la reina de Saba viajaba con posesiones materiales, lo que a ella le movió a hacer el viaje fue la fama de Salomón gracias al nombre de Jehová. No sabemos que escuchó sobre Salomón exactamente, pero es evidente que su principal objetivo era escuchar la sabiduría de Salomón e incluso quizás aprender algo acerca de su Dios, Jehová.
Sin duda, así lo hizo. Ella le expresó a Salomón todas sus preocupaciones y probablemente charlaran sobre temas realmente profundos que le preocupaban a esta Reina. ¿Cuál fue el resultado?
Dejemos que sea la Biblia quien nos responda. 1ª Reyes 10:4,5
Cuando la reina de Saba vio toda la sabiduría de Salomón, la casa que había construido,5los alimentos de su mesa, la manera como estaban sentados sus siervos, el servicio de los meseros y su atuendo, cuando vio a sus coperos y los sacrificios quemados que él ofrecía con regularidad en la casa de Jehová, ella se quedó sin aliento.
¿Habéis notado? La reina quedó sin aliento. Y es que, probablemente, la reina tuviera inquietudes que nadie supo resolver, quizás sobre la vida y la muerte, sobre los pecados y su perdón, sobre administrar riquezas o cualquier asunto de su estilo de vida, hasta que conoció a Salomón.
Ella vivía en una ciudad que, como comentábamos al principio era de negocios, por lo que personas de todos lados llegarían a ella y, sin embargo, nadie supo contestar sus preguntas. La sabiduría que Salomón había recibido de parte de Jehová Dios dejó a esta Reina perpleja, asombrada. Nunca había conocido a alguien tan sabio como él.
Tanto es así que llegó a decir lo que podemos leer en 1º de Reyes 10:6-8
Así que le dijo al rey: “Todo lo que escuché en mi país sobre tus logros y tu sabiduría era cierto. Pero yo no creí lo que decían hasta que vine y lo vi con mis propios ojos. Y la verdad es que no me habían contado ni la mitad. Tu sabiduría y tu riqueza superan por mucho lo que escuché. ¡Felices tus hombres y felices tus siervos, que están siempre contigo escuchando tu sabiduría!
Ella no dijo: “Qué bien se vive en esta casa, Salomón” o “Que buenas comidas sirven tus siervos”. No destacó la opulencia que habría en la casa del Rey más rico de la tierra, si no la sabiduría que había en la casa del que era también el rey más sabio de toda la tierra.
...