99 Min En El Cielo

Análisis del cortometraje 99 min en el Cielor

Nos muestra una recopilación de testimonios con su cámara que prácticamente da la vuelta al mundo en busca del pensamiento y sentir de los individuos y que entre ellos nos muestra una gran diversidad de pensar y de cultura muy significativo.

Una constante a lo largo del cortometraje es sin duda “Dios es amor” y cada cual de los ponentes de sus ideas relativo a esto manifiesta en el fondo y en una forma genérica de todos que Dios es algo que trasciende cualquier tentativa de explicación, a juicio personal es un ideal. En torno a esto la pregunta más que buscar una respuesta, se va orientando más bien con crear un espacio de reflexión para cada uno de nosotros, con el único fin de saber ¿que simboliza o significa la existencia de un Dios en mí? Y por lo tanto en ¿Qué significa o simboliza en mi cultura, sociedad, familia etc.?

La piedra angular de esta situación es la voluntad, la voluntad que deben tener las personas independientemente de su creencia religiosa de convivencia en verdadera sociedad ya que sin esta, difícilmente podrían superarse situaciones que requieren de mucha comprensión.

Sin embargo en la época en la que vivimos se da una migración tanto legal como ilegal como nunca antes se había visto en la historia de la humanidad, lo que recrudece el problema, ya que es muy común que los emigrantes, principalmente los ilegales, se choquen contra una barrera cultural al llegar al nuevo país, volviéndose comunidades muy cerradas y en muchos casos muy estrictos con su religión. Esto se debe a que la religión es un fenómeno aglutinante y que da a las personas una identidad y confianza tanto en sí mismas como en el grupo al que pertenecen; aspectos muy necesarios para estas personas al encontrarse con una cultura totalmente diferente.

De igual manera deberían fomentarse los estudios interculturales e interreligiosos, y que estos lleguen a todas las comunidades; es decir; las comunidades deben integrarse alrededor de actividades que no sean necesariamente religiosas y que les permitan a los sujetos no solo entender sino comprender a las otras comunidades y su idiosincrasia así como crear lazos de amistad con personas de diferentes culturas.

El problema básico radica en que el hombre actúa de una manera agresiva y mezquina ante lo desconocido y diferente, sin embargo si se quiere vivir en verdaderas sociedades y además culturalmente ricas y diversas se debe fomentar y premiar actitudes como la tolerancia y la solidaridad y cambiar la premisa de “captar a más seguidores, para salvarlos del castigo eterno”, en otras palabras sería mejor que cada persona acepte una religión basado no en un fanatismo conductual, sino de asumir precisamente aquello en lo que tiende a representar Dios, el amor, es decir vivir en el amor.

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