Henry ford. HISTORIA DE LA COMPAÑÍA

HISTORIA DE LA COMPAÑÍA

Henry Ford nació en Dearborn, Michigan en 1863,  hijo de un granjero irlandés y de madre holandesa, mostró un gran talento como inventor desde niño creando y modificando máquinas para el trabajo en la granja.

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Decidió con 16 años hacer caso omiso a su padre y se marchó a Detroit donde encontró trabajo como aprendiz de mecánica. Fue ascendiendo en ese ámbito hasta el punto de convertirse en el ingeniero jefe de Edison Illuminating Company

A la temprana edad de 24 se casó con Clara Bryant, a la cual llamaba “la creyente” ya que creía en él y le apoyaba en todo.

A finales del siglo XIX, cuando ya empezaban a aparecer los primeros automóviles, Ford ya había creado algún diseño de motores de combustión interna. En 1893 realizó su primera prueba exitosa con un motor en su cocina.

Pasó años intentando construir un automóvil durante los fines de semana y por las noches. Era tal su obsesión que sus vecinos le apodaron “el loco Henry”. Fue el 4 de junio de 1896 a las 2 de la madrugada cuando por fin el loco Henry hizo un agujero en la pared de su garaje con un automóvil con el cual se le vería conduciendo por las calles de Detroit los meses posteriores.

Ese mismo año, Ford tuvo el placer de conocer a su ídolo Tomas A. Edison en una reunión de empleados de la compañía. Este le animó a seguir adelante con el automóvil y le aconsejó no tratar de crear uno movido por electricidad.

Ford acabó por vender su prototipo por 200 dólares y pasó 3 años estudiando la nueva industria automotriz. La producción de automóviles en Estados Unidos era mínima ya que los americanos preferían importarlos de otros países.

Henry aceptó  un cargo de directivo en otra compañía, la Detroit Automobile Company, por lo que dimitió de Edison Illuminating Company. Esta empresa fracasó y los inversionistas decidieron expulsarle. Esta compañía se reorganizaría más tarde como Cadillac Motor Car Company.

INICIOS

 Pero Ford no se dio por vencido. En esta época los automóviles se daban a conocer por medio de las carreras, por lo que Ford decidió utilizar su experiencia para mejorar un par de coches de carreras, uno de los cuales compitió contra otro fabricado por Alexander Winton, el mayor fabricante de automóviles en Ohio. La carrera la ganó Ford por lo que llamó la atención de un comerciante de carbón, Alexander Malcomson, el cual aceptó apoyar a Ford en un nuevo negocio. Formaron así, junto a otros doce inversionistas, Ford Motors Company, en 1903. Capitalizada en 100,000 dólares, empezó realmente con 28,000 dólares.

La mayoría de los componentes necesarios para la fabricación de sus automóviles las compraban a otras compañías en lugar de fabricarlas ellos, lo cual era bastante normal por aquel entonces. Después, los grupos de mecánicos montaban los automóviles uno a uno juntando las piezas en estaciones de trabajo. A lo largo de 1903, Ford y sus 125 trabajadores fabricaron alrededor de 1,700 automóviles divididos en tres modelos diferentes. Tenían un precio un poco alto en comparación con la competencia dejando un gran margen para los accionistas.

Debido a que el otro principal accionista Malcomson decidió formar otra compañía de fabricación de coches la cual fracasó, Ford le compró gran parte de las acciones lo que le sitúo como accionista mayoritario.

Ford aprovechó el poder que le concedía su nuevo puesto para reducir su fabricación debido a que estaba en contra de la tendencia que estaba adoptando la compañía de producir modelos cada vez más caros. Esto coincidió con la crisis de 1907, por lo que esta decisión salvó probablemente a la compañía. Ford estaba convencido de que los altos precios acabarían tarde o temprano frenando la expansión del mercado por lo que en 1906, creó el modelo N, el cual era más económico y con menor margen de utilidades. No tuvo mucho éxito pero finalmente Ford diseñó el automóvil de sus sueños, el modelo T.

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“Fabricaré un automóvil para el gran público”. Fue así como Ford introdujo un concepto revolucionario para la época. El automóvil había sido un símbolo claro de una posición social alta, fabricado por artesanos; pero Ford tenía la visión de fabricar automóviles como si se trataran de un producto. Ford era uno de esos empresarios excéntricos y visionarios que se fían más de su propio instinto que de los negocios bien planificados. Más tarde el economista John Kenneth dijo: “Si hay alguna certeza sobre qué es un hombre de negocios, Ford ciertamente no lo era”

Durante la estación de invierno de 1906 Ford separó en secreto un área de 17 metros cuadrados de su fábrica de la avenida piquette en Detroit. Con alguna ayuda, pasó dos años diseñando y planificando el modelo T. Empezaron estudiando y analizando los posibles materiales a emplear en su construcción. Durante una carrera de coches en Florida, Ford observó un coche francés y se dio cuenta de que utilizaba acero más ligero para algunos de sus componentes. La aleación que observó no se fabricaba en Estados Unidos cuyo acero más fuerte aguantaba unas 60.000 libras de resistencia a la presión mientras que el acero de vanadio, más ligero, soportaba unas 170,000 libras de resistencia. Se trajo a un metalúrgico de otro país y monto una acería por lo que los años siguientes el modelo T fue el único fabricado en Estados Unidos y con estas características lo que lo hacía casi irrompible.

Finalmente surgió un automóvil que cambiaría el mundo para siempre. Costaba 825 dólares y pesaba alrededor de 545 kilos, potencia de 20 caballos impulsados por 4 cilindros, de fácil manejo y con una transmisión de dos velocidades controladas con el pie.

El primer año se vendieron más de 10,000 unidades, un nuevo récord para un modelo de automóvil. Las ventas del Modelo T aumentaron gracias a promociones que iban desde la “Clínica Ford” en Nueva York, en el cual mecánicos de corbatín negro enseñaban el auto, hasta rodeos con el Modelo T, en los que unos vaqueros enlazaban vacas desde el coche.

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