La idea de es escribir una novela

La idea de es escribir una novela

 Había empezado a germinar en mi corazón y minar mi cabeza solo pensaba en eso “será mi solución a todos estos conflictos y crisis: económicas, emocionales, existenciales etcétera”. Un libro crecía en mis extrañas, como un cigoto, como un tumor. Me invadía, si, cada célula a punto de morir, cada trombo cuagulado entres mis venas, cada bronquiolo estropeado por el alqutran y los otros millones de cancergenos. Estaba en todo. En mí. Yo era suyo. No había escogido para que lo materializara; la voluntad del libro venia de no se donde a subyugar a la mia… Mi voluntad cede… y lo hace encantada.

Exmpero la poca conciencia que tengo, y el sentido común casi inesxistente que aun me queda. Ambos recelos, me indican que no debo confiar en una voluntad que se impone a la mia; me recuerda las consecuencias de  haber actuado asi, en angustias ocasionales… pero ahora era un libro, ¡una novela! Y eso, eso lo cambiaria todo. Aunque fuese para empeorarlo y de ser asi seria suficiente… puede, incluso que me dé por satisfecho.

Igual, ya estaba perdido, jodido, quebrado y enfermo. ¿Qué perdería? ¿una vida, tiempo, dinero, familia, algo? NADA.

Yo era un cero a la izquierda como cualquier otro; mi vida, no valia mas que la del tipo que recoge la mierda de aquel perro, el anciano que lo ve, o el niño que juega alrededor de ellos, es mas. Ni siquiera mas que la del perro… Pero no tenia que serlo siempre; yo estaba preñado con un libro, ellos no. Podía darle otro valor a mi vida, si aun se podía… Creo que nunca es tarde para eso. Al menos, me siento a tiempo.

Escribir una novela, otra, esta, la definitiva, podría ser mi ultima oportunidad de expiación, de comprender las cosas y contarlas tal y como yo las vela: probablemente, muy lejos de lo que en realidad son, pero… ¿y eso que? Despues de todo, yo solo era un libro poseído por otro, con ayuda del cual escribiría otro… ese… este, el “ya no mas”, el “hasta aquí” si, y por fin dejar este vicio inoportuno y egoísta de andar escrbiendo TODO. Con este debo decir todo lo que ya dije, lo que he dicho y lo que no me atrevería a decir.

No puedo callarme nada, NO. ¡Imposible!. Esta vez, sin trucos, sin trampas. Si callo algo puede que no termine con todo esto es una vez por todas.

Esta novela es mi ultima oportunidad de intentarlo y con algo de suerte, reporar algunas cosas… la mayoría irreparable, pero pienso, si me atrevo a escribir esta novela: LA NOVELA. A la larga, podre atreverme a cualquier otra cosa; un golpe de estado, un suicidio colectivo, sacrificar un bebe algún dios pagano, irme por la poligamia o inclusi en el peor de los casos fracasar otras veces mas y volverlo a intentar de nuevo: en el amor, en el trabajo, la familia, la sociedad, la vida, esta. Despues de todo tendría derecho; habre cambiado al mundo cuando haya dado a la luz, esta novela.

Probablemente, la ultima si es que logro conseguirlo ¿Qué? Sacarme todo esto y ponerlo en mas hojas a la mirada de todos los curiosos que este dispuesto a contemplase a si mismo, leyendo en sus líneas un reflejo de su vida, la angustia el hastio, los deseos, la impotencia y los terrores del mundo en que vino a parar: el mejor de los peores. Seguramente algún ereloo finalmente decorado de un mundo suprior de donde fuimos expulsados y exiliados aquí, a la tierra; a pagar nuestras faltas. Todos nacemos con un sentimiento de nostalgia de una vida que ya vivimos en una tierra que ya pisamos y nos  ha sido arrebatada, al menos de la memoria… y eso hace parte de nuestro suplico… el olvido del paraíso perdido y finalmente, el olvido nuestro, esa es la pena, ¡esa es nuestra vida! La distancia mas corta entre dos puntos, una línea curva entre el sueño intrauterino y el sueño de la muerte, el ultimo. Si escribo esto, puede que mi trayectoria de un punto a otro sea recordada, con odio, o con amor pero no olvidada… al menos, enseguida. Quiero ser una herida mas en el flanco o el seno de la historia, si bien u no voy a pulular por siempre… Me encargare que mi enfermiza empresa deje cicatriz mas repulsiva, y encarnada de todas. Y eso… ¡ eso es lo que sera esta novela!.

“escucha bien lo que te digo: dirige hacia otras tus pasos y no hacia adelante… dirige hacia otras tus pasos y no hacia adelante…”



No existe nada mas difícil que descifrar y establecer cual es el inicia de una historia ¿Dónde comienza un relato? ¿En que eslabón de cadena invisibles forjadas en casualidades mas o menos siniestras, inicia propiamente dicho los acontecimientos? ¿Se cuenta la historia del hombre desde que era un bicho raro, medio anfibio saliendo del océano paleolítico? ¿O el de toda vida desde que era una partícula unicelular? ¿La historia de américa cuando aún estaba adherida al pangea? ¿Se cuenta la historia de como un hombre se hace hombre y un hombre, nombre… en el momento que nace, es bautizado o desde el primer instante en el que respondía a su llamado o el dia que su nombre se convierte en una sentencia de muerte?

El viejo juan de dios decía “un hombre es hombre cuando descubre que ha sido traído al mundo para darle significado a un nombre”  puede que tuviese razón o pueda que nó. En todo caso, me resulta menos tedioso iniciar esta historia, teniendo su premisa encuentra.

Todo comenzó así… el día que supe lo que significaba mi nombre el deber que propendía llevarlo, fue cuando mi hermano llego ese día al baño diciendo asustado:

“Carlitos, Carlitos… vete de aquí, vete, vete vinieron unos manes armados buscándote, la vecina me llamo, al parecer llegaron allá al lado buscándote… ¡oye! ¡Deben ser eso los que están tocando la reja” acero niquelado volteando suavemente varillas varillas de hiero, que por eco de la angustia resuenan en toda la casa. Cierro la llave, el agua y la espuma hace un espiral entorno al desagüe “¿Qué decías?”.  

¡que te largues Carlos Andrés que te van a matar! Vienen por ti ¡lárgate! No se que hayas hechos esta vez… pero es serio ¡vete, vete sigo sin aterrarme, me envuelvo la cintura con la toalla y salgo. El rechinar de las bisagras armonizan sin querer el cañón de un revolver que enmudeces el espacio con una explosión en seco.

“¡estás ahí perro! Ya sabemos donde vives, sal  y da la cara… ¿no eres macho?” alguien gritaba desde la terraza. Voz ronca, amenazante. Como la del diablo si le hicieran una laringoscopia.

El piso frio, el corazón a mil, la mirada ala altura de la garganta, el pecho tan sofocado como para calentar el suelo en pocos instantes.

Las vibraciones del paniquiado cuerpo de mi hermano, me llegaban a través de las baldosas. Lívidos ambos, no decimos ni una palabra; explosión en seco nuevamente, esta vez la seguía un coro de cristales cayendo en el suelo. Era la opera de la muerte.

“¡sal de esa monda! Cachón infeliz, no eres tan macho ah, ¿disque el putas, no?” era como un tenor con cáncer de garganta o alguna callosidad extraña. Era el mismo energúmeno. Continuábamos en silencio, nos mirábamos fijamente, nos sabíamos muertos ya y seria mi culpa… bueno al parecer… mi hermano me miraba con ese miedo rencoroso de quien reclama por su vida, finalizada involuntariamente por una inmerecida muerte. Tenia razón de hacerlo.

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