Los jóvenes y sus problemas de privacidad en el Internet
Enviado por Richard Antonio Acevedo Gutiérrez • 10 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 1.576 Palabras (7 Páginas) • 283 Visitas
Ensayo
Los jóvenes y sus problemas de privacidad
Richard Acevedo
¿Sabías que casi el 50% de la población mundial tiene conexión a Internet? Y, más aun, ¿sabías que casi el 76% de esas personas con conexión a internet poseen, al menos, una red social? Según un estudio realizado por Brandwatch (2016) en el mes de marzo del año 2016 “la población mundial era de 7,4 mil millones” teniendo en “Internet tiene 3,17 mil millones de usuarios” conectados y, más sorprendente aún que, de esa cantidad tan abismal de personas “hay 2,3 mil millones de usuarios activos en redes sociales”. Teniendo en cuenta de la utilidad del Internet y la presencia de las redes sociales en nuestras vidas no es de asustarse por la influencia que ha causado en nosotros, en cambio, lo que si debe de alarmar es la gran cantidad de personas que a diario sufre problemas de privacidad por introducir datos personales en la Internet. Por tanto, es necesario explicar que provoca la falta de privacidad en Internet y, sobretodo, en las redes sociales y cómo podemos mejorar para evitar ser afectados por nuestras acciones en la red.
Primeramente, hay que empezar hablando que es información personal y, por eso, un usuario en un portal web llamado Salvadordf (2017) expresa que los datos personales son aquellos que conocemos poco como “afiliación política, religión, género, orientación sexual, raza, color, historial médico, localización geográfica, lugar de nacimiento, educación, cumpleaños, edad” y, también, aquellos datos comunes que se forman desde nosotros y que ya conocemos a la perfección como “nombre, dirección, teléfono y números de tarjetas de identificación personal” y, como agregado y también cuestión importante, forman parte de nuestra información personal todo aquello relacionado a lo económico y social como “números de tarjetas de crédito, cuentas bancarias, situación económica, relaciones personales, intereses, actividades” y, aún más, podemos agregarle nuestro “historial de páginas web visitadas” y nuestra marca digital. En sí, todo aquellos datos que nos conforman como individuo, desde lo social y económico hasta nuestra identidad registral como personas.
En sí, existen diversos factores que provocan que nuestra privacidad se vea afectada por usuarios detractores o hackers que nos atacan buscando robar nuestra identidad con fines beneficios para ellos y daños hacia nuestra información. Principalmente, nuestro paso en las redes sociales suele tener una gran repercusión en la perdida de cualquier dato de nuestra persona que afecte nuestra integridad porque, como Cuevas (2011), “cada momento que pasamos en Internet estamos dejando rastro de lo que hacemos, estamos dejando una huella que va representando nuestra identidad en la red”. Este tipo de ‘huella’ pertenece mucho a las acciones que realizamos, como el hecho de que “si visitamos páginas de fotografía dejamos entrever nuestros gustos y aficiones” porque nuestro paso por cada página web implica un comportamiento que, al ser analizado por múltiples servidores especializados, determinan un comportamiento común pudiendo detectar nuestros intereses o, también, “si entramos a una red social y participamos, lo queramos o no, estamos dejando nuestra opinión sobre gran cantidad de aspectos” porque cada página abierta, reacción a publicaciones, comentarios o cualquier tipo de participación en la red demuestra un comportamiento propio del individuo que puede ser utilizado, por programadores, para bien (informes, estadísticas, entre otros) o para mal (inmiscuirte en las afinidades y reacciones de cada uno para conocerlo más y poder saber qué puntos puede, o no, atacar), siendo claro ejemplo de eso las publicaciones textuales en Facebook, el compartir una imagen en Instagram, las publicaciones cortas en Twitter, la forma de compartir momentos a través de fotos o videos en Snapchat o, incluso, el hecho de comentar un video en Youtube. Además, esta ‘huella’ pertenece también a nuestra información personal, ya no reacciones sino datos, que, conscientemente o inconscientemente, solemos publicar en las redes sociales y, como dice la Redacción TICbeat (2013) en su portal web, es una “información que damos acerca de nuestra vida diaria” y suele ser “mucha” y cada día aumenta más. Esto es significativo porque, generalmente, casi toda la información que solemos ingresar y hacer pública es nuestras redes sociales es real. Ejemplo claro de esto es el hecho de poner la fecha de cumpleaños, número telefónico, nombre completo e intereses propios en portales como Facebook que suele ser público en apartados como “Acerca de” o “Información sobre esta persona” donde aparece, tal y como decidimos compartir, todo aquello que hemos ingresado, tal vez, al registrarnos o al cambiar (y mejorar o actualizar) nuestra propia información por nuestro propio gusto, o, también, el hecho de subir una foto personal cada vez que creamos alguna cuenta en las redes sociales para que nos reconozcan, como una manera de identificarnos entre usuarios sean conocidos o desconocidos. Y, como punto importante también, la falta de privacidad suele ser consecuencia de un mal uso de software o páginas maliciosas (de esas que suelen pasarse por una página real y, detrás de todo, termina siendo piratería) ya que, como dice la Comisión Federal de Comercio (2015), estos son “programas indeseados que se instalan en su computadora, teléfono o aparato móvil” sin permiso alguno que se obtienen al descargar aplicaciones o programas de sitios web donde no hay protección alguna y todo el contenido suele ser falso o negativo pudiendo “monitorear y controlar su actividad en internet” logrando que las personas dedicadas a este tipo de delito cibernético puedan “robar información personal, enviar spam y cometer fraude” con toda esa información identificatoria, social y económica que publicamos, compartimos o dejamos expuesta.
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