¿Se puede hacer justicia siendo intelectual?

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Ensayo

Santiago Betancur Sánchez

Miguel Ángel Muñoz Barbosa

Alejandro Bernal Flórez

Corporación universitaria minuto de dios NRC 6465: Ceplec

Diego Alfonso Landinez Guio Noviembre 19 – 21

¿Se puede hacer justicia siendo intelectual?

En una película llama Injustice en la cual nos llamó bastante la atención ya que este tiene varias referencias como por ejemplo el del libro de Sabato, a la hora de hablar de la justicia de los gobiernos y de más lo cual se me hace parecido a lo que paso en este comic, con el cual Superman por intentar hacer justicia en todo el mundo se complican más las cosas lo cual para mí también da a entrar como si el fuera un intelectual al caso de llegar a ser un Dios para determinar que se hace y que no lo cual como lo dice el libro que son intelectuales orgánicos los cuales al organizador de una nueva cultura, de un nuevo sistema legal que es lo que se muestra en esta película mayor mente, para mi está mal lo que se hace ya que no todo se puede cambiar o puede ser régimen de una sola persona tan drásticamente.

Los intelectuales del mundo en esta época se encuentran oprimidos por la autoridad, es decir el gobierno puesto que este tipo de personas manipula a la gente con mucha sabiduría para que ellos sean los que tomen la responsabilidad de manejar problemas y que se den a la tarea de pensar y dar conclusiones rápidas para ellos poder tomar protagonismo del pensamiento que dieron los intelectuales, pero en realidad la ferviente labor se debe a la gente pensante y reflexiva ya que, en su mente llena de pensamientos, ellos meditan y ven las posibilidades que hay en una decisión, ellos miran si realmente es o no es la respuesta correcta, a diferencia de la autoridad que son los que toman las riendas de todo y no tienen ese necesario pensar de un intelectual. “Si la especialización es una especie de presión instrumental general presente en todos los sistemas educativos hoy en vigor, la pericia y el culto del perito o experto avalado con el certificado correspondiente son presiones más particulares en el mundo de la posguerra”. (Said. (1996). p.85).

Hay que tener en cuenta que a un intelectual se le juzga bastante por estar matándose estudiando en una universidad, en libros y pensamientos y esto es lo que le incomoda a la sociedad actual, pues, las personas están tan corrompidas que creen que estas personas generan este tipo de pensares solo por dinero, pero no es así ellos solo están vagando en su mente lidiando con pensamientos y tratando de dar beneficio a la sociedad de manera en la que las vidas humanas no prevalezcan. El objetivo de la actividad del intelectual es hacer progresar la libertad y el conocimiento humanos. Esto sigue. siendo verdad. en mi opinión, a pesar de que hoy se repita a menudo aquello de que “las grandes narrativas de emancipación e ilustración”. (Said. (1996). p)

Muy pocos autores han alcanzado la talla moral e intelectual del profesor Said, cuya esencia va creciendo más y más con el paso del tiempo. Siendo respetado incluso por sus detractores, en este libro (seis magistrales conferencias del ciclo Reith, que inició, en 1948, Bertrand Russell) vemos como se analiza la importancia de una visión ética y la lucha contra la arbitrariedad de ese poder por parte de esos intelectuales de nuestro tiempo o época

Said parte de una idea clásica del intelectual como si fuera un francotirador, alguien que normaliza ser obligado a esa soledad de un juicio que es empujado por los medios de comunicación que manipulan la opinión pública. El intelectual, mantiene el profesor Said, debería encargarse de sacar a la luz esa manipulación. los intelectuales muchas veces vulnerables y suelen caer en la presión de ese poder y caen, en muchas ocasiones, en esa banalidad y su falta de sentido crítico. En una cómoda complicidad, la principal misión del intelectual debería ser, a ojos de Edward W. Said una persona comprometida con su tiempo a defender esa independencia de criterio. En esta posición, cuando es real, pueden llegar a vivir como marginados o, en el peor de los casos como piensa la vivencia de Said, como exiliados.

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