Tecnoadicciones

Tecnoadicciones

Los aparatos tecnológicos llegaron con innumerables ventajas en el día a día de las personas, ámbitos como la comunicación, el trabajo, estudios, se han visto claramente modificados. Gran parte de la población ya no puede imaginarse la vida sin los equipos tecnológicos, llegando a convertirse en un medio insustituible para llevar a cabo gran parte de nuestras actividades diarias. Pero no todos empleamos estos equipos de la misma manera ni con la misma facilidad, su uso varía con respecto a la edad y el fin por el cual lo usemos. Con lo mencionado, en el presente ensayo se hablará acerca de las adicciones tecnológicas o también llamadas tecnoadicciones.

La tecnología se convirtió para muchos en un elemento indispensable para vivir, por lo que se la puede considerar una extensión de nuestro cuerpo. Igual que los adictos con las drogas, no podemos dejar de “consumirla” constantemente. Un ejemplo de ello es cuando cualquier dispositivo electrónico nos da un indicio de que nos ha llegado un mensaje, no podemos resistir la tentación de leerlo inmediatamente.

Internet nos abre la puerta a un ámbito de conocimientos, debido a la facilidad y rapidez con la cual se puede acceder a su información, ésta se ha convertido en el nuevo médico para muchas personas, libros para muchos estudiantes o de manera rápida buscar respuestas a sus tareas, e incluso los niños, quienes nacen de la mano con la tecnología debido a que aprenden a usarlo a temprana edad.

En la mayoría de las ocasiones, aun cuando a nosotros, los docentes nos pueda preocupar el uso que los menores hacen de la tecnología, no nos encontramos realmente ante un trastorno adictivo. Para identificar esta adicción es necesario un proceso, identificar las primeras señales es fundamental, por ejemplo: cada vez necesita estar conectado durante más tiempo para sentirse satisfecho, se siente deprimido, nervioso o enfadado y sólo se le pasa cuando se conecta a internet, pasa mucho tiempo pensando en cuándo se podrá conectar de nuevo, no consigue controlar el tiempo o la frecuencia que pasa conectado, ha dejado quizás actividades u obligaciones por estar conectado, prefiere socializar por internet a relacionarse personalmente, miente en relación al tiempo y la frecuencia con la que se conecta.

En estos casos, lo primero que se debe hacer es hablar con nosotros, sus profesores y con alguno de sus compañeros, para confirmar nuestra percepción. Si esta se confirma, deberemos hablar con el alumno o alumna para transmitirle nuestra preocupación y saber si es consciente del problema y está dispuesto a dejarse ayudar, él podrá decidir si es él o nosotros quienes se lo contamos a sus padres. En cualquier caso, debemos mostrarnos firmes ante la necesidad de que sus padres conozcan el alcance del problema, para que  puedan ayudarlo, ya que son ellos los que podrán aconsejarle cómo organizar su tiempo libre e incluso facilitarle la posibilidad de recibir apoyo de un especialista.

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