A Ti Maestro

«Con frecuencia me he rebajado yo para elevar al rango de amigo a tipos indeseables. Y llego a tomar cariño a seres que me consta que no me estiman. Y amparo al que sé que es traidor y que va a difamarme a mis espaldas. Me consta que, quien no transige con todo esto, se ve obligado a vivir perpetuamente solo.» Enrique Jardiel Poncela.

A TI MAESTRO QUE ME FORJASTE Y TAMBIÉN A TI, QUE HOY IGNORAS A TUS ALUMNOS

Hace poco, alguien me preguntó si recordaba el nombre de alguno de mis maestros y para su sorpresa, le pude citar al 70 por ciento de las personas que participaron en mi formación académica; al ver su asombro pregunté: tú no? No, la verdad es que no los recuerdo, dijo sin inmutarse.

Respondí: Mira, para mí, los profesores que tuve fueron importantes, pues no sólo compartieron sus conocimientos, sino, los de vida, sus experiencias, me formaron carácter y disciplina, fomentaron en mí el eclecticismo, la lectura, el gusto por la buena música y el bien decir y a desechar lo fatuo e insulso.

Me sacaron de la caverna de platón, reiterando lo que Hess dijera: el que quiere nacer, tiene que romper un mundo, me enseñaron los ecos de Benedetti “… por eso ahora me puedes preguntar y sobre todo puedo yo responder: uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere… “

A ellos no les preocupaba ser evaluados o no, pues su conocimiento era cierto; ni se armaban su huelgas a modo para trabajar unos días y cobrar meses enteros, a costa del detrimento cognitivo de sus alumnos. Cómo no recordarles, si fueron mentores, guías, psicólogos, padres, en resumen: eran profesores, que no, remedos de ellos.

Nos enseñaron a tener convicción, sueños, metas y miedos, con ellos aprendí que “… es mejor llorar que traicionar, que es mejor llorar que traicionarse…”

Profesores, como Machado, vuelvan la vista atrás y vean la senda que nunca han de volver a pisar sus alumnos y en consecuencia, las carencias que les dejan vivirán por siempre en ellos y por esa gibas de ignorancia, sus nombres no los recordarán y menos aún sus enseñanzas.

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