ADICCION AL CIGARRO
Enviado por elany • 19 de Agosto de 2013 • 1.456 Palabras (6 Páginas) • 457 Visitas
LA ADICCION AL CIGARRO EN LA OBRA “SOLO PARA FUMADORES”, DE JULIO RAMON RIVEYRO
Una de los vicios más comunes en la sociedad vine a ser, entre tantos, el consume del cigarrillo. Vicio que aun después de tantos intentos por erradicarlo siguen prevaleciendo, a tal medida en los últimos tiempos se ha incrementado la publicidad en contra del cigarro.
Según la CDC el consumo del tabaco sigue siendo la causa principal de muerte, enfermedad y discapacidad prevenibles en los Estados Unidos. Del 19.3% de los adultos estadounidenses que fuman, casi la mitad morirá en forma prematura por causas relacionadas al tabaquismo.
El tabaco es una de las drogas más consumida por los escolares constituyendo, por tanto, uno de los problemas prioritarios de Salud Pública en la pre adolescencia y adolescencia. (Marlatt.1983.). En la práctica, el consumo entre los jóvenes sigue siendo muy elevado y la incorporación a este hábito se produce entre los 12 y los 14 años.
Las adicciones son un problema en el campo de la salud pública, que requieren de acciones amplias y coordinadas en las que deben de estar incluidos los esfuerzos de todos los sectores de la sociedad al respecto el Sector Salud emprende acciones, por medio del Consejo Nacional Contra las Adicciones (CONADIC), con programas nacionales, a los cuales se conjugan muchas propuestas e ideas que emprenden infinidad de agrupaciones y organismos nacionales como internacionales (SSA/CONADIC. 2000). Sin embargo, los tiempos y las condiciones en las que se presenta el abordaje y la atención para disminuir los índices de adicción no parecen reflejar el esfuerzo y la atención de agrupaciones y organismos, que entre sus actividades está el implementar estrategias y actividades contra el tabaquismo en beneficio de la población.
El tabaco encierra en sí un placer, casi irremplazable, el que muy bien señala y describe Ribeyro, un escritor peruano certeramente recomendado por la ensayista Vivian Abenshushan, un escritor que literalmente se fuma sus libros.
Ya en el tópico a exponer, el autor nos dice que “lo encendí muy asustado, a la sombra de una morera y después de echar unas cuantas pitadas me sentí tan mal que estuve vomitando toda la tare y me jure no repetir la experiencia” (pág. 1). Como vemos esta fue una de sus primeras experiencias con el tabaco (cigarrillo), que al parecer no fue muy grata, ya que experimentó ciertas molestias.
Poco tiempo después de sus primeras experiencias con el tabaco se ve reflejado a un Ribeyro que poco a poco iba cediéndole paso al vicio “cuando no tenía cigarrillos ni plata para comprarlos se los robaba a mi hermano” “al subir de precio los Chesterfield se volatizaron de mis manos y fueron remplazados por los incas, negros y nacionales.” (pág. 2)
“cuando ingrese a la facultad de derecho conseguí un trabajo por horas donde un abogado y pude disponer así de los medios necesarios para asegurar mi consumo de tabaco” (pág. 2) nos damos cuenta que el consumo de cigarrillos acompaña al autor en el transcurso de su vida, sin darse cuenta en el gran problema que lleva este vicio; este mal social se va apoderando de Ribeyro.
La gran mayoría de adictos a este vicio, nunca tomo conciencia del agujero profundo a donde van, un agujero que en la mayoría de veces no hay salida. Se vuelve un hábito casi irremplazable para uno, como lo demuestra el siguiente párrafo: “el fumar se había ido enhebrando con casi todas las ocupaciones de mi vida. Fumaba no solo cuando preparaba un examen sino cuando veía una película, cuando jugaba ajedrez, cuando abordaba a una guapa, cuando me paseaba solo por el malecón, cuando tenía un problema, cuando lo resolvía” (pág. 2)
Una persona que ha caído en un cuadro de vicio, tiende siempre de justificar el uso del cigarrillo.” Los escritores han sido y seguirán siendo grandes fumadores.” (Pág. 3). Aquí observamos justificar el uso del cigarro por el simple hecho de ser un escritor, justificación que viene a ser una falacia, ya que hay grandes escritores que nunca han probado una pitada de humo.
“ocurrió una día no pude ya comprar ni cigarrillos franceses -y en consecuencia leer mis cartas- , y tuve que cometer un acto vil: vender mis libros” (pág. 4).la adicción evoluciona a tal punto que uno comete actos que nunca pensó hacer. Vemos a un Ribeyro solo en un país lejano al
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