ADMINISTRACION

Juan Carlos Monedero, profesor de la Universidad Complutense (Madrid) y considerado uno de los políticos valuartes de aquello propuesto por el presidente Chávez como Socialismo del Siglo XXI ha comentado (repetido, ya que lo dijo por el 2007) en tono de autocrítica que "debe haber un cuerpo de servidores públicos a la altura de la Venezuela Bolivariana". Tiene que ver con que todo el esfuerzo que puede realizarse para construir u obtener empresas públicas, se desperdicia cuando no hay gestores capaces de mantener o aumentar la eficiencia de las mismas. Comenta que en diez años de revolución, no se ha creado o formado dentro de la administración pública un cuerpo de gestores empresariales.

Tengo que decir, que Monedero tiene toda la razón. La calidad del sistema de administración pública en Venezuela, como en la mayoría de Latinoamérica deja mucho que desear. Esto ha sido reconocido a lo largo de muchísimos años, no sólo por académicos, sino por los mismos gobiernos en diversas ocasiones. La mayor ocasión fue en el año 2003 en la XIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, donde se respaldó la Carta Iberoamericana de la Función Pública, creada por el CLAD (Centro Latinoamericano de Administración para el desarrollo, organismo adscrito a la ONU), y que se ha complementado durante estos años con otra serie de cartas relacionadas con la calidad en la gestión y el buen gobierno. Esta carta especifica los principios rectores que garantizan las bases para la creación de un sistema profesional y eficaz da la función pública, sus políticas y mecanismos, como pieza clave para la gobernabilidad democrática, para el trabajo estable y la disminución de la corrupción, adaptable al modelo de desarrollo económico (neoliberal o socialista) de cada país.

En el modelo socialista de desarrollo que se está imponiendo en el país, es muchísimo más importante aun el papel de la administración pública, ya que el estado carga con una mayor parte de la carga productiva. Por eso hemos podido ver algunos fracasos muy estrepitosos en el manejo de empresas y organismos públicos: centrales azucareras, sembradíos de arroz, fábricas de tractores, vehículos, y un largo etcétera.

La verdad es que ningún gobierno, ni socialista ni neoliberal, podrá ser exitoso sin una administración pública 100% profesionalizada, independiente de la política y de los mandos, que promocione la excelencia y no la corrupción. La historia lo ha demostrado en cantidad de ocasiones y en muchos países y sistemas de gobiernos distintos. El gobierno, de manos del presidente, debe acelerar ya la modernización del estado y la profesionalización completa de la carrera administrativa, de lo contrario este problema seguirá pasando factura al gobierno y más importante, a todos los venezolanos. Es una carrera larga, pero para llegar a la meta, hay que comenzar al menos, a caminar

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