Alvargonzales

Soy Miguel el hijo menor de Alvargonzàles, mi padre dueño de bastas tierras, se casó con mi madre un año después de conocerla. Desde pequeños mi padre puso a uno de mis hermanos a cultivar la huerta a el otro lo puso a cuidar las ovejas y a mí me mando a la Iglesia, pues mostraba una preferencia hacia mí a pesar de haber sido el último en nacer, esta preferencia de parte de mi padre hacia mi genero envidias por parte de mis hermanos. Cuando jugábamos a las escondidas yo era el mejor porque mis hermanos nunca podían encontrarme, con el pasar de los años me di cuento que no se tomaban la molestia de buscarme, a medida que pasaban los años mi padre demostraba cada vez más y más su preferencia hacia mí ya así mismo mis hermanos demostraban su envidia tanto así que ya no jugaban conmigo ni a las escondidas, ellos solían salir al pueblo en una de esas salidas conocieron a dos muchachas, que desposaron años después, las cuales trajeron cizaña a la familia pues se les notaba su interés por la herencia de mi padre. Debido a la discordia que generaron estas dos mujeres en la casa, decidí viajar a nuevos mundos llevándome conmigo la bendición de mi padre y mi respectiva herencia.

Durante los últimos años a pesar de la lejanía me he comunicado con mi familia por medio de cartas mi padre me dice que las tierras están como siempre, llenas de vida y abundancia, y que él y mi madre envejecen con el pasar de los años. Un día recibí una noticia que me destrozo el corazón mi padre había sido asesinado por un buhonero que andaba de paso mientras que mi padre dormía junto a una fuente, pocos meses después me entere que mi madre estaba enferma y a los pocos días muerta.

Esa fue la última noticia que recibí de mi familia, pasaban los días y mi intriga era mayor pues no había recibido ninguna noticia de mis hermanos, a medida que pasaba el tiempo se me venía a la cabeza cada vez más y más esta pregunta “¿Qué sería de mis hermanos? “. No podía soportarlo más la intriga no me dejaba dormir ni concentrarme en mis labores, así que decidí regresar a casa empaque mis cosas en una vieja maleta que me había regalado mi madre antes de irme de la casa la cual me traía el recuerdo de mi madre llorando al verme partir.

El viaje se me hizo eterno, no se porque talvez las ganas de ver a mis hermanos hacia que los días pasaran lentos, al momento de desembarcar note que era invierno así que decidí llevar un poco de leña a casa, después de conseguir la leña

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