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Análisis El Principito


Enviado por   •  18 de Mayo de 2014  •  2.288 Palabras (10 Páginas)  •  428 Visitas

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Saint-Exupéry escribió el Principito en Nueva York. Su redacción fue enmarcada en unos de los más feroces tiempos, la Segunda Guerra Mundial. Motivado por su redactor para escribir un libro destinado a un público infantil, Saint-Exupéry da vida al Principito.

Bajo nuestro punto de vista, el tema central de El Principito es la amistad. Sin duda podemos entrever dos subtemas derivados de las relaciones humanas. De un lado, Saint-Exupéry hace notar la incapacidad de los adultos para comprender la sencillez propia de los niños y niñas. De otro lado, nos habla de la infancia, con claras connotaciones a su propia experiencia.

El libro se inicia con una apelación a la comprensión por parte del personaje en su infancia. Para ello utiliza como vehículo de comunicación el dibujo. El dibujo de un elefante le sirve al personaje para detectar si una persona es comprometida o no. En función del resultado de su prueba encasilla a la persona en cuestión y responde de diferente manera ante ella. El dibujo es sin duda de vital importancia para el desarrollo del libro. Por consejo de los adultos abandona el dibujo cosa que le marca profundamente. De hecho, en el espacio de dos páginas se reitera en la idea. El dibujo, curiosamente rechazado por los adultos, se convierte en el detonante de su posterior relación con el principito. El autor asegura que el personaje hasta conocer al principito ha vivido prácticamente solo sin poder comunicar su riqueza interior. Saint-Exupéry en las primeras páginas nos confiesa su soledad puesta de manifiesto por la falta de comunicación. Las ansias de comunicación llevan al personaje a subir a una montaña para pedir algo de amistad, pero lo que encuentra es el propio eco. Posiblemente, es en este punto donde podemos entrever cierta mezcla entre realidad y ficción, entre personaje literario y autobiografía. En efecto, el tema del libro es el de la soledad vencida por la amistad.

Saint-Exúpery ha encontrado un remedio capaz de paliar la soledad:

• recurrir a la memoria

• evocar tiempos pasados

• recuerdos de su infancia

Gracias a estos recursos la permanencia de la infancia en el alma del autor se pudo producir el nacimiento del personaje.

Otro punto en común entre el autor y el personaje central es el hecho de proceder del mismo sitio. El escritor ha caído del cielo a consecuencia de un accidente aéreo, y el Principito viene de otro planeta.

Saint-Expéry hace una crítica a la superficialidad de los adultos. Afirma que nadie creyó a un astrónomo que observó la existencia de un asteroide por su indumentaria.

“... Tengo poderosas razones para creer que el planeta del cual venía el principito era el asteroide B 612. Este asteroide ha sido visto sólo una vez con el telescopio en 1909, por un astrónomo turco

Este astrónomo hizo una gran demostración de su descubrimiento en un congreso Internacional de Astronomía. Pero nadie le creyó a causa de su manera de vestir. Las personas mayores son así. Felizmente para la reputación del asteroide B 612, un dictador turco impuso a su pueblo, bajo pena de muerte, el vestido a la europea. Entonces el astrónomo volvió a dar cuenta de su descubrimiento en 1920 y como lucía un traje muy elegante, todo el mundo aceptó su demostración...”.

El autor continúa con una alusión a la forma tradicional de iniciar la redacción de un cuento: “Érase una vez...”. En esta crítica podemos intuir un cierto temor a una interpretación superficial.

Con el siguiente fragmento, el autor nos muestra otra de sus preocupaciones: el trabajo. Saint-Exupéry explicita lo que él entiende por trabajo bien hecho. Lo hace a partir de la tarea que supone mantener limpio el pequeño planeta de baobabs.

“...Es una cuestión de disciplina, me decía más tarde el principito. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta. Hay que dedicarse regularmente a arrancar los baobabs, cuando se les distingue de los rosales, a los cuales se parecen mucho cuando son pequeñitos. Es un trabajo muy fastidioso pero muy fácil...".

El texto adquiere en este punto su carácter más moralizante:

“Malas hierbas se han de extraer al principio, sino después cuesta más”

El autor continúa su exposición sobre el trabajo con un nuevo fragmento sobre la delicadeza y precisión que supone el cuidado de una rosa. Si bien es cierto, que la rosa cumple una extraordinaria función al embellecer el lugar, no es menos importante la responsabilidad y profesionalidad con la que el principito debe realizar su trabajo.

El amor al trabajo bien hecho, con honradez y responsabilidad es un “leitmotiv” en la vida de Saint-Exupéry. Ello no significa que no haya criticado la actividad sin contenidos ridiculizando la superficialidad. Nos referimos al episodio donde nos muestra el diálogo entre el principito y el geógrafo. El principito se lleva su gran decepción al saber que el geógrafo ignora la existencia o no de océanos en su propio planeta.

Con ocasión de la visita del principito al planeta habitado por un contable, ocupado en censar, Saint-Exupéry hace una crítica al exceso de trabajo.

En esencia, al igual que el avaro contador de dinero, se diría que el contador de estrellas es inmensamente rico, pero en realidad a nuestro entender es pobre. Cuando el principito se le acerca para conversar con él, el contador de estrellas lo rechaza diciéndole que no puede distraerse en menudeces ya que es una persona importante, aunque en realidad, su trabajo no tenga finalidad alguna. Es pues, una vida vacía que choca con la vida del Principito entregada al cuidado de la rosa y los volcanes que tanto lo necesitan.

Llegados al catorceavo capítulo, nos encontramos con uno de los pasajes más bellos de este libro. Nos referimos al capítulo donde el Principito conversa con el farolero. Su trabajo, el de encender y apagar la única farola de su planeta, no tiene sentido en si mismo, ya que las puestas de sol no duran más que medio segundo, pero sí, encierra una aspecto muy importante para el autor. El farolero se mantiene fiel a su trabajo por una orden recibida. Hablamos pues, de la honestidad en el cumplimiento del deber.

“...Al llegar al planeta, saludó con respeto al farolero: -Buenos días. Por qué apagas el farol?

-Es la consigna-contestó el farolero- Buenos días.

-Qué es la consigna?

-Apagar el farol. Buenas noches.

Y volvió a encenderlo.

-Pero, y ahora por qué acabas de encenderlo nuevamente?

-Es la consigna-respondió el farolero.

-No te comprendo-le dijo el principito.

-No es necesario comprender nada. La consigna es la consigna. Buenos días.-dijo el farolero, apagó el farol y secó

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