Bioética en nutrición.

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Introducción

La bioética, surge de la necesidad de defender el valor y dignidad de las personas, motivada por el maltrato a seres humanos en el marco médico. Trata de suministrar la respuesta para los nuevos dilemas éticos derivados del aumento del conocimiento científico y tecnológico. Al ser una rama de la ética, y evaluar críticamente conductas humanas respecto a la vida y el ambiente, está regulada por una serie de principios éticos cardinales.1

Estos principios éticos básicos son el respeto a la autonomía, la cual reconoce que el individuo es capaz de decidir sus metas y actuar deliberadamente, tomando en cuenta y respetando las opiniones de las demás personas evitando obstruir sus acciones, de modo que estas no sean perjudiciales para otros; la beneficencia, implica buscar un incremento al máximo de los beneficios y por tanto reducir al mínimo los riesgos, por medio de un servicio profesional competente, responsable y adecuado; y la justicia, esta significa dar una participación igual, de acuerdo a las necesidades, esfuerzos y méritos, así como repartir los beneficios y riesgos equivalentemente.2

La relación entre médico y paciente influye en el curso de una enfermedad y la eficacia del tratamiento, si esta relación no se genera adecuadamente, no se lograran los objetivos de la práctica médica, como lo son el prevenir, aliviar, curar sanar y no hacer daño.3 La relación nutriólogo paciente, es muy diferente a la que establece el médico con su paciente. De hecho, a la práctica acaba siendo más parecida a la de un psicólogo con su paciente. 6

Los nutriólogos, al formar parte del equipo de salud, debemos regir nuestras acciones y relaciones con nuestros pacientes en base a estos principios éticos cardinales, así como a otros tantos más valores primordiales para mantener una buena relación con los pacientes en el día a día de nuestros labores, brindando un impulso y motivación, convirtiéndonos incluso en un líder, generando una confianza en el paciente, para que este se apegue al régimen alimenticio de manera eficaz, sintiéndose seguro de que obtendrá los resultados que desea sin que se ponga en riesgo su salud mental y fisica.3

Como nutriólogo frente al paciente debemos atenderlo con vocación de servicio, buscando por sobretodo el bienestar del paciente, y de ser necesario también relacionarnos de este modo con sus familiares, debe ser una relación empática, ligada al sentido del deber, comprensiva, comunicativa, orientativa, respetuosa, de alta calidad, segura, solidaria y comprometida con el tratamiento y los resultados esperados.3 

Requiere ser una relación recíproca, en la que ambos terminen beneficiados, un acto en conjunto, en donde nuestro paciente y nosotros, como nutriólogos, vayamos de la mano en el tratamiento para lograr una mayor eficacia en la obtención de resultados, siendo estos totalmente satisfactorios para nuestro paciente, y generando incluso una enseñanza y crecimiento personal para ambos.4

Desarrollo        

Como nutriólogos, debemos desarrollar una serie de capacidades como lo son el ser sensibles, considerando a nuestro paciente no como un caso clínico, si no como una persona, debemos ser hábiles y adaptar nuestros conocimientos a las diferentes situaciones dentro de nuestra vida profesional, así como siempre realizar nuestras acciones con una vocación de servicio plena, buscando siempre beneficiar a nuestro paciente y de ser el caso a la comunidad en general, debemos ante todo amar nuestra profesión.5

Para ser capaces de respetar  los principios bioéticos de nuestros pacientes, es necesario que llevemos a cabo nuestras acciones con una actitud positiva y manteniéndonos actualizados respecto a los avances dentro de nuestra profesión, tomando siempre en cuenta que es una tarea en conjunto, cuyo objeto principal es la búsqueda y protección de la salud, tanto a nivel individual como comunitario. 5

Debemos regirnos por un código de ética interno que nos permita tomar las mejores decisiones, apoyar a nuestros pacientes y brindarles a estos una seguridad y confianza tal que les permita a ellos con nuestro apoyo resolver sus conflictos psico-alimentarios.5

Como nutriólogos necesitamos establecer un vínculo con nuestro paciente para que de este modo, las decisiones que tomemos sean en conjunto con este, permitiéndole así opinar sobre lo que nosotros le proponemos hacer, y las metas que queremos lograr, es decir tomar en consideración sus sugerencias, sin que estas obstruyan nuestros objetivos.

Debemos ser humanitarios, comprometidos, empáticos, profesionales, brindar todo nuestro apoyo para el mejoramiento y cuidado de la salud, prevenir enfermedades y garantizar el mejoramiento de las costumbres alimentarias de nuestros pacientes. Nuestros pacientes deben sentirse seguros de que nuestra prioridad son ellos y su salud, así como de que todos nuestros métodos buscaran garantizar su bienestar.

Es necesario ser honestos en todo momento, regirnos por nuestros valores morales, sin que estos obstruyan nuestro trabajo, al igual que ser empáticos con nuestros pacientes, aprender a escucharlos y lograr tener una relación profesional ante todo para asegurar su bienestar y el nuestro, logrando superar cualquier problema que se pueda generar durante la práctica de nuestra profesión.

Es importante que en situaciones, como las que se presentan en la nutrición deportiva, en la cual muchas veces el paciente necesita bajar más de su peso adecuado o subir más de lo debido puesto que así es requerido para su competencia o deporte, el nutriólogo sea capaz de discernir si es conveniente o no, así como a sincerarse con su paciente y decirle las consecuencias o efectos que tendría esta situación pero sin dejar de lado que el paciente es autónomo, y por tanto la decisión final siempre la tendrá el.

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