Colombia es un país contradictorio: Algunos problemas frente al término Narco-Tráfico
Enviado por SebastianM_15 • 22 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 3.770 Palabras (16 Páginas) • 143 Visitas
INTRODUCCIÓN:
En el contexto latinoamericano Colombia es un país contradictorio: tiene la guerrilla más antigua, no solo de Latinoamérica, sino del mundo, surgió antes de la revolución cubana “Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” FARC. Colombia también tiene una mafia de su propio género, es una mafia que tiene vocación de poder político. La violencia por la que ha atravesado el país, ha tenido un largo recorrido histórico, hace parte desde una violencia recurrente que se remonta a las guerras civiles, la violencia liberal de 1930, la violencia de los cincuenta (1945-1965), el surgimiento y la consolidación del movimiento guerrillero (1960-1970), la bonanza marimbera de los setenta, el refinamiento y comercio de la cocaína, el paramilitarismo de los ochenta, hasta llegar al actual narco-paramilitarismo. Tantos procesos han venido acumulando un recuerdo de odios y contradicciones no resueltas, que le traen complejos acelerantes al momento actual, en el cual el Estado se tiene que hacer respetar su puesto entre varias fuerzas en conflicto que le disputan su hegemonía: guerrilla, mafia, derecha (para-militar), narco (para-militarismo) y diversas formas de delincuencia común.
ALGUNOS PROBLEMAS FRENTE AL TÉRMINO NARCO-TRÁFICO:
La información sobre la producción, comercio y consumo y utilidades derivadas de las “drogas ilegales” es un secreto, y aquella información está muy contaminada por los intereses norteamericanos y por la DEA. Los informes que hacen los organismos oficiales y los periodistas, los hacen sin juicio de inventario.
El término narco-tráfico esconde una intencionalidad política, económica y cultural imperialista y pro-norteamericana; puesto que además de no ser narcóticos ni la marihuana, ni la cocaína, la definición no involucra a los consumidores ni a los lavadores de dólares en Norteamérica, de éste modo pretenden darle una calificación latinoamericana y racista a la producción, comercialización y consumo de psicotrópicos.
El término cartel hace un tipo de referencia a la asociación de empresas, grupos políticos o sindicatos para llevar a efecto un bien común, o para fijar un precio, lo cual supone falsas creencias hacia los compradores y banqueros norteamericanos, y no únicamente unos grupos sobre dimensionados de latinoamericanos, como lo muestran las informaciones pro-norteamericanas.
El consumo y la producción de la marihuana y la cocaína tienen una larga historia; el fenómeno que hoy se nos presenta cambia el rumbo de los intereses geopolíticos del consumismo, del que han hecho eco sin ninguna información crítica de los medios de comunicación y sectores de la sociedad del Estado, se vio profundamente dinamizado a partir de las décadas de los setenta y de los ochenta, donde los EE.UU. se convirtieron en los mayores consumidores de marihuana y cocaína. La creciente terrorífica y la criminalización de las sustancias psicotrópicas, muestra no sólo el grado de manipulación y la desinformación que reinan alrededor de los dos productos, sino la visión geopolítica de enemigo exterior, tan importante para que el imperio cómo lo son los intereses.
La manera cómo se ha combatido a los productores y comercializadores de dichas sustancias, muestra el grado de independencia de estos gobiernos y la importancia a los intereses norteamericanos, el daño moral a los intereses nacionales, de la terrorificación y criminalización con consecuencias funestas para el aparato de justicia, la corrupción y el deterioro de las instituciones gubernamentales y militares, lo mismo de los altos costos económicos, sociales y políticos de la mal llamada guerra contra la droga, y duplica el costo sobre los sectores más pobres del pueblo colombiano.
Sobre la marihuana y la cocaína se ha tenido un manto de humo que pretende cegar todos los juicios sobre la producción, en particular cuándo la marihuana está en manos de los latinoamericanos, ocultado el papel que desempeñan las mafias norteamericanas en el negocio, el papel de la banca internacional en el lavado de dólares, el rol de los productores de insumos químicos, fabricantes de armas; el decir, desconociendo las caras más jugosas del negocio internacional de drogas.
La clásica versión en que la mafia se ha entendido ha sido como una sociedad con unas normas y leyes e ideología, que se transmite de padres a hijos, es una hermandad para el crimen al margen de la ley. Tiene una actitud general frente al Estado y frente al ordenamiento jurídico. La mafia tiene una tendencia a formarse en sociedades en las cuales ellos las defiendan del crimen inorganizado, y los ciudadanos llegar a considerar que el Estado y las autoridades son poco eficientes.
Aun cuando en la Guajira, como se verá posteriormente, había las condiciones favorables un desarrollo de una mafia en torno a la marihuana, como en el control de la distribución, en manos de los americanos como el carácter efímero del negocio (menos de 10 años), solamente posibilitó el surgimiento de los marimberos y los capos, los cuales asumieron actitudes y actuaciones que los asimilarían a ciertos comportamientos de mafia, mostraron una incapacidad para construir un poder paralelo al Estado. Además de gastar gran parte de su capital, sin lograr construir el núcleo de una “familia” o una “organización” alrededor del negocio de la marihuana, el decaimiento del negocio fue al trasladar sus cultivos a USA.
Todo lo contrario mostraría el negocio y las organizaciones configuradas en torno a la producción y la comercialización de cocaína, a través de la construcción de redes para el transporte de pasta, en sus propias redes de transporte y distribución en los Estados Unidos. Es en este sentido en el que puede hablarse de una verdadera mafia, con un estilo propio, se muestra muy diferente de la mafia siciliana y de algunas organizaciones norteamericanas del crimen entre otras cosas por su carácter abierto y “democrático”.
La mafia colombiana no es, pues, un movimiento social puro; es más bien una confluencia de múltiples fuerzas y tendencias que giran en torno a las aspiraciones individuales de algunos de sus miembros por su vitalidad, tenacidad, necesidad, arrojo o coyuntura social o política. Es más una mezcla de la frustración de las clases medias marcada por aspectos delictivos de algunos individuos; no presenta una organización plenamente jerarquizada, pues muchos de sus miembros funcionan apenas como apéndices o asociados (o desde fuera se les asocia como tales), y múltiples grupos menores y subgrupos se mueven al margen de los grandes grupos de Medellín, Cali, Bogotá, o la Costa. De todas maneras sus integrantes se reconocen por su porte, extracción de clase, vestimenta, sus gustos, sus bienes y objetos de uso, su jerga y actuación
...