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Desafiando el positivismo: Filosofías de la mente y las ciencias


Enviado por   •  24 de Abril de 2016  •  Apuntes  •  2.519 Palabras (11 Páginas)  •  311 Visitas

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La Psicología de la Gestalt en la cultura Alemana, 1980-1967

Holismo y búsqueda de objetividad

Mitchell G. Ash

Desafiando el positivismo: Filosofías de la mente y las ciencias

Los problemas dentro de la academia de filosofía alemana era tan solo una parte de un conflicto ideológico y cultural aún más grande, que no estaba limitado a un solo país. Un escritor contemporáneo habló de una “reacción ideológica contra la ciencia”, mientras que historiadores intelectuales se han referido a ello como una “revuelta contra el positivismo”. Tales ideas pueden llevar a dicotomías entre la ciencia y la anti ciencia, o posiciones modernas y anti modernas.

En cuanto a la filosofía de la mente        ,  fue un tiempo marcado por intentos de descubrir un punto medio entre idealismo y positivismo. Los principales representantes en Estados Unidos fueron William James y John Dewey y en el Continente fueron Henri Bergson, Dilthey y Edmund Husserl con sus investigaciones Lógicas. Todos estos escritores se opusieron a las ideas de Mach y Avenarius descritas en el capítulo anterior.  Bergson, Dilthey y James se preocuparon del desafío que la tecnología le planteaba a los valores tradicionales y dudaron de la capacidad de la ciencia  para ofrecer suficiente certeza y servir por ende como un compás cultural. Aún así, Bergson y James utilizaron el término “empirismo” para describir sus métodos y estuvieron suficientemente fascinados por las ciencias naturales como para presentar sus alternativas como programas de investigación.

La filosofía de James y Dewey castigó a las teorías políticas de democracia social y progresismo. Estos  pensadores le prestaron mucha atención a la psicología empírica, por lo que David Lindfield se refiere a su trabajo como una “transformación del positivismo”, mientras que James Kloppenberg habla  de una “teoría radical de conocimiento”  que “hizo posible nuevas formas de pensar.”

Los desafíos a los discursos y concepciones científicas de la mente provinieron tanto de adentro como de afuera de la comunidad de psicólogos experimentadores.  En Alemania, la comunidad se encontraba aún atada a la filosofía tanto institucional como intelectualmente, por lo que el conflicto era hallar una posición en un espacio epistémico común.  Estos debates proporcionaron desafíos intelectuales y recursos conceptuales a los fundadores de la teoría de la Gestalt.  Debido a estar posicionados en un intermedio entre la filosofía y las ciencias naturales en su disciplina, estaban conscientes de los ataques por parte de los filósofos. Aceptaban sus críticas e incluso adoptaron algunas de sus terminologías, sin embargo NO concluyeron que una ciencia natural de la mente fuese imposible.

Filosofías de la Mente como procesos: Bergson y James

A partir de argumentos diferentes a los de Mach, el filósofo francés Henri Bergson llegó a conclusiones similares respecto al carácter convencional de la práctica científica y su incompatibilidad con la experiencia vivida. La publicación de los trabajos de Bergson, que fueron traducidos al alemán entre 1908 y 1912 , fueron parte del retorno de la metafísica propagada por Rudolf Eucken y Alemanes Neo Kantianos del sudoeste, como Wilhelm Windelband. Kohler y Kofka le enseñaron a Bergson en sus seminarios más tempranos. Tomaron nota de su crítica hacia la piscología del asociacionismo y a su llamado a orientar las categorías de la psicología a la experiencia vivida, sin embargo se refirieron a  ello como un ejemplo de lo que deseaban evitar.

En su “Ensayo sobre la data inmediata de consciencia” (1899), Bergson argumentó que la experiencia vista como una sucesión de estados separados es una abstracción de la consciencia vivida, al igual que el tiempo medido por relojes. Ambos son fundamentalmente espaciales. La conciencia vivida, por otra parte, es un continuo espacio temporal, como “una organización íntima de elementos, cada cual siendo representativo de los otros y ni distinguido ni aislado por el pensamiento abstracto.”

Según Bergson, La piscología del asociacionismo es un claro ejemplo de las dificultades que implica aplicar la ciencia del espacio a la mente.

Por ejemplo, podemos describir el movimiento de un objeto en el espacio postulando un número infinito de puntos de referencia  a través de los cuales se dice que se mueve el objeto. Sin embargo, éstos “no son parte del movimiento, sino solo supuestos puntos de detención. La realidad móvil no se halla en ninguno de estos puntos, más bien pasa por ellos.”

En vez de rechazar la metafísica como lo hizo Mach, Bergson propuso una división intelectual de la labor. Los científicos podían retener sus métodos analíticos, mientras que los metafísicos se adscribirían a un “verdadero empirismo” que buscaría por intuición mantenerse “lo más cercano posible al original.”La reducción de la Metafísica llevada a cabo por Bergson puede ser vista como una importante concesión al positivismo.

Kohler y Koffka también aprendieron de los Principios de Psicología (1890) de William James. En este trabajo, James desafió el asociacionismo en términos similares a aquellos usados por Bergson, condenando a la concepción de la conciencia como una sucesión de ideas constantes. En las palabras de James, esta mirada sacrifica “el continuo fluir de la corriente mental”, reemplazándolo por “un atomismo” para el cual no había ningún soporte introspectivo. Consideraba este atomismo una “falacia de los psicólogos”, una confusión de pensamiento.

James planteaba un concepto dinámico de la conciencia, siendo ésta una corriente que fluye continuamente para la cual existía una buena evidencia introspectiva, lo cual era totalmente diferente a la “masa de sensaciones” de Mach.

Tal como Bergson, James recurrió a factores no intelectuales para explicar la unidad de la corriente mental. Ambos autores concordaron en que solo captamos una parte del fluir de la corriente en un momento dado y que los intereses prácticos actúan como un principio de selección.  Considerando la importancia de la atención dirigida por el interés, James aceptó la metáfora Darwiniana de la selección como el principio gobernante del orden en la experiencia.

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