Enseñar a tener ideas maravillosas
Enviado por Pauli.Mecchia • 18 de Octubre de 2022 • Resumen • 527 Palabras (3 Páginas) • 37 Visitas
¿Quién dijo que la escuela tiene no puede ser un espacio para innovar y para aprender a pensar por nosotros mismos? ¿Quién dijo que la escuela no puede ser un espacio para tener ideas maravillosas? ¿Qué tendrá que ver la ciencia con las ideas maravillosas?
La ciencia tiene mucho que ver, porque el espíritu científico tiene, por un lado, un componente de búsqueda, de curiosidad, de exploración permanente, y por el otro lado, tiene un componente más analítico, más lógico, más de pensamiento sistemático. Cuando esos dos componentes se juntan, esas dos mitades se encuentran, se produce la magia y ahí el terreno se vuelve fértil para que surjan las ideas maravillosas.
La escuela debe ser un espacio para aprender pensamiento crítico, aprender a innovar. Se sabe que es lo hay que hacer, en todos los programas de estudio, aparece que la escuela tiene que fomentar el hábito de la curiosidad, la capacidad de hacerse preguntas, que tiene que haber situaciones donde haya debates de ideas, etc. Sin embargo, todavía cuando nos asomamos por la ventana vemos que eso no se da.
Para empapar de espíritu científico en las aulas, para hacer ciencia con los chicos, para que haya investigaciones en el aula, preguntas, discusiones, no hace falta hablar en difícil. Tampoco hace falta un laboratorio demasiado sofisticado, todo lo contrario. Hace falta pensar lo que venimos haciendo y lo que venimos haciendo bien y darle una vuelta de tuerca, estratégica.
Cuando se hace un planteo, en donde hay distintos pensamientos u opiniones, la respuesta deja de ser tan importante, lo importante es cuales argumentos tengo yo para contarle a otro, para defender lo que yo pienso y además, qué argumentos tienen esos otros que piensan distinto a mí.
Hay que trabajar con la incertidumbre ya que hay cosas que todavía no sabemos, como hacen los científicos. Para responder las preguntas que tenemos, no alcanza con lo que ya sabemos. Hay que seguir buscando, aprendiendo, estudiando.
Cuando se trabaja ciencia con los alumnos, muchos de ellos se empiezan a animar a hacer sus propias investigaciones, a preguntarse cosas y tratar de responderlas.
Lo importante no es la respuesta, sino el camino mental de poder imaginarnos cómo responder a las cosas que nos dan intriga, las cosas que queremos saber.
Para que la ciencia se de en las aulas hacen falta condiciones indispensables. La primera es tener docentes que puedan enseñar de este modo, como cualquier cambio educativo. Pero a los docentes hay que ayudarlos a enseñar de ese modo. Hay que transformar el modo en el que los maestros están aprendiendo. La segunda condición, es generar espacios de trabajo conjunto en las escuelas, de pensar duro, donde los maestros y profesores puedan imaginarse alternativas para lo que vienen haciendo, probarlas, ensayarlas, volver a traerlas, discutirlas con colegas, ver que harían distinto la próxima vez. Como si fuera un verdadero laboratorio de la práctica, donde la clase empieza a ser algo donde también se pueda innovar.
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