España es el tercer país de Europa en pobreza infantil

España es el tercer país de Europa en pobreza infantil

El capítulo español del estudio, realizado por la economista Sara Ayllon, revela que nuestro país presenta una de las tasas más altas de pobreza infantil de los países estudiados y de toda la UE. De hecho, España es el tercer país tanto en pobreza relativa como en ‘pobreza anclada’, en ambos casos, tan solo detrás de Rumanía y Grecia). (Párrafo 1)

La pobreza ‘anclada’ habría alcanzado en España a casi el 40% de la población infantil, con un aumento de 9 puntos porcentuales entre 2008 y 2014. Son datos que manifiestan la elevada pobreza severa entre los niños y el crecimiento de la inequidad. Y es que la pobreza infantil en España ha aumentado de manera notable, pero ha crecido especialmente -un 56%- en los hogares con niños más pobres, es decir, aquellos en los que viven cuatro personas (2 adultos y 2 niños) con menos de 700 euros al mes. (Párrafo 2)

España, además de estar en el número 27 del ranking de desarrollo humano de la ONU, es también el tercer país, junto con Letonia y Chipre, en el que más ha aumentado la diferencia entre la protección social a los mayores de 65 años y la que se proporciona a los niños. Es decir, durante la crisis se ha protegido de manera mucho más eficaz a los mayores que a los niños. (Párrafo 3)

Periódico español de pago “Corresponsables.”, lectura online, martes 18 de abril de 2017

“http://www.corresponsables.com/actualidad/internacional/espana-pobreza-infantil-tercer-pais-europa”

España posee una población de 46.468.102 habitantes, la moneda del País es el Euro, desde el año 2016 es la economía número 14 por volumen por PIB y destaca por presentar una tasa de desempleo alta. De acuerdo al PIB per cápita del 2016 éste fue de 24.000 euros, se encuentra en el ranking de países de PIB per cápita en el puesto 33.

Cuando hablamos de que en España hay una pobreza relativa, nos referimos a que el nivel de ingresos para satisfacer parte de las necesidades básicas se encuentra por debajo del 60% de la mediana de los ingresos de la población, es así como la pobreza se convierte en un indicador relativo que mide la desigualdad no midiendo así la pobreza absoluta sino más bien el de unas cuantas personas que tienen ingresos bajos. El umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona se situó en 8.011 euros y en hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años el umbral es de 16.823 euros.

Por otra parte, tenemos la pobreza severa que contempla estándares de vida como nutrición, salud vivienda que no pueden ser alcanzados y se encuentran por debajo del 30% de la mediana de los ingresos de la población. En este caso el umbral se encuentra en 332 euros mensuales para el hogar de una sola persona.

En cuanto a los índices de pobreza netamente infantil, es decir, desde los cero a los 17 años de edad, según datos extraídos de la página de la OCDE (OCDE, 2014), la pobreza infantil en España ha ido en aumento, llegando a finales del año 2013 a niveles de cerca del 24%, sin embargo en base a datos más actuales, se informa que en el año 2016, la pobreza para la misma porción de la población mostró un nivel cercano al 40%.

Por lo tanto, como se puede observar en el gráfico 1, el aumento de la pobreza infantil en España ha ido en aumento gradual, y al parecer aun no toca techo, debido a los últimos datos obtenidos de la página de la UNICEF, en que se menciona el porcentaje de pobreza infantil en el país.

Podemos ver en el gráfico número dos, que efectivamente la pobreza para los adultos mayores, es decir, sobre los 65 años de edad, ha disminuido, lo que concuerda con lo señalado en la noticia, que quiere decir que España, ha realizado una mayor inversión en políticas que permitan tener mayores garantías con respecto a los adultos mayores.

Durante la Crisis han sido protegidos eficazmente los ancianos más que los pequeños, según cita la Unicef de acuerdo a datos obtenidos de la Contabilidad Nacional de España que apuntan básicamente a la inversión y protección social de las familias esta se redujo a 11.500 millones de euros entre los años 2009 al 2015. Pero sin duda familias numerosas, monoparentales y adolescentes han sufrido de manera especial el impacto de la pobreza.

En relación a la política de respuesta a la crisis que ha sufrido España, la organización internacional le llama mucho la atención sobre “la capacidad que ha tenido para atajar la pobreza infantil” (UNICEF, 2016), esto dado a que las políticas de protección social son muy fragmentadas y poco orientadas a niños lo cual resulta poco equitativo, quizás esto se deba a que las ayudas están muy ligadas con las contribuciones a la seguridad social y muchas de las ayudas a familias conforman desgravaciones fiscales que no benefician a hogares con menos recursos. Con el fin de mejorar esta situación España propone poner entregar una bonificación por hijo a cargo, esto dado a discusiones y solicitudes del Comité Español de Unicef desde el año 2014.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el 9,9% de los trabajadores asalariados se encuentran en situación de pobreza siendo el porcentaje más elevado el caso de los independientes el cual llega al 25,5% (Organizacion Internacional del Trabajo, 2017)

Las reformas estructurales que se llevaron a cabo han permitido una estabilidad al sector bancario, mejorar la eficiencia de los mercados de productos, contribuir a la creación de empleo y promover el emprendimiento. Desde el 2013 al 2016 se han creado 1.2 millones de empleos en España.

España prueba que las reforman funcionan, esto se explica en que la economía ha crecido a una tasa del 2,6% en los últimos tres años y su expansión en los últimos dos ha sido de 3,2%. Pese a la desaceleración el crecimiento de las exportaciones a nivel mundial ha sido registrado como un sólido superávit. En el 2016 se puede señalar que las exportaciones españolas crecieron un 4,4% respecto al 2015 esto en comparación con Francia, Alemania, Italia y Países bajos.

Las reformas políticas pueden aplicarse en conjunto para impulsar un crecimiento en el largo plazo, aumentando la competitividad y la productividad, con el fin de crear empleos

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