Filosofía y Epistemología de la Educación

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Alumno: Arq. Omar Alejandro Pineda Cruz

Matricula: 127208

Grupo: E114

Materia: Filosofía y Epistemología de la Educación

Asesor: Dra. Conchita Mar Martínez Cedano

Actividad de Aprendizaje 1: Postura Epistemológica Personal

Ciudad y fecha: Puebla, Puebla a 11 de Enero de 2020

Convicción Epistemológica “El conocimiento basado en la experiencia, el reconocimiento de los objetos que nos rodean y su aplicación en la enseñanza”.

Introducción: El objetivo general del siguiente trabajo está orientado a analizar a profundidad las diferentes perspectivas epistemológicas en torno a la teoría del conocimiento, señalando aquellas posturas con las que se encuentre mayor afinidad y ayuden a generar una convicción epistemológica individual.

Finalmente se explicara cual es la importancia de dicha convicción epistemológica en el marco teórico de la enseñanza y las técnicas de aprendizaje actual.

¿Cómo conoce el ser humano? Postura epistemológica según el medio utilizado para llegar al conocimiento.

Una postura epistemológica es una opinión filosófica con respecto a un problema específico; es decir, el origen del conocimiento. A lo largo de la historia de la filosofía el hombre ha adoptado diferentes posturas para explicar este origen y  los medios por los cuales el individuo alcanza dicho conocimiento, es así que surgen dos teorías, opuestas en conceptos, para dar una misma respuesta a la pregunta anterior: el racionalismo  que percibe el conocimiento por medio de la razón y el empirismo a su vez en base a la experiencia.

Por un lado, el Racionalismo en su finalidad de búsqueda del conocimiento, pone todo el peso del conocimiento humano en la razón y fundamenta que existe una superioridad del pensamiento por sobre los sentidos. Descartes lo explica en dos afirmaciones: “…en primer lugar, que nuestro conocimiento acerca de la realidad puede ser construido deductivamente a partir de ciertas ideas y principios evidentes; en segundo lugar, que estas ideas y principios son innatos al entendimiento, que éste los posee en sí mismo al margen de toda experiencia sensible”. (O. Hamelin, 1949, El sistema de Descartes, pág. 18.)

Y por el otro lado el empirismo sostiene que es la experiencia sensible la única fuente de nuestros conocimientos, es decir el conjunto de sensaciones y percepciones que tenemos del mundo exterior. El filósofo Hume sostiene que “Todos los materiales del pensar se derivan de nuestras sensaciones externas o internas. Sólo la mezcla y composición de éstas pertenece al espíritu y a la voluntad”. (E, Aster, Locke y Hume, sec II, pág. 19)

Con la comprensión de los conceptos explicados anteriormente, en lo particular la idea de que debe existir un conocimiento innato independiente de la experiencia, me resulta difícil de comprender, no únicamente porque la creación de ideas y conceptos congénitos es algo en lo que no he sido participe, sino también porque  yo como Arquitecto de formación estoy familiarizado en mayor medida a reconocer un objeto demostrando su existencia y su posibilidad en base a los sentidos. Ha sido esta experiencia la que ha contribuido sensiblemente a mi conocimiento y reconocimiento del objeto y es a partir de este reconocimiento del entorno y el contexto que yo he podido generar nuevo conocimiento.

Es entonces que guiándome del argumento anterior puedo diferir, de forma absoluta, con la postura racionalista de generar conocimiento excluyendo a los sentidos y experiencias, haciéndome esto de tendencia empirista.

Y aunque no excluyo la tesis de que puedan existan conocimientos sin razón a duda y verídicos universalmente sin la necesidad de una experimentación a base de los sentidos, como por ejemplo las matemáticas, no sería ético de mi parte tomar esta postura como verdad absoluta siendo egresado y profesor de una academia con bases experimentales, donde el reconocimiento a base de los sentidos son la metodología a seguir.

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