Hombres vacíos (Ensayo Reflexivo)

Hombres vacíos

Richard Acevedo Gutiérrez

En la actualidad, las personas no tienen valores y, comúnmente, actúan solo por instinto. Actualmente se ve como se ocasionan problemas solo por hacer un gesto o decir una palabra. Estamos en una sociedad caótica. Por esto, es importante hacer una reflexión acerca de todo aquello que vivimos y como mejorar para poder evitar tantos problemas y tener una sociedad más pacífica.

Significativamente, la cifra de homicidios aumenta cada día. Los problemas se desarrollan desde el hogar y no existe un día completo donde se pueda estar en paz, sin tener que discutir (o al menos enojarse) con alguien. Sumado a esto, todo aquello que se ve en el mundo (y no solo en nuestra sociedad) que hace interrogarse: ¿qué está sucediendo en el mundo?

Los valores, tan indispensables para la convivencia humana, se han perdido conforme el tiempo. Actualmente no se dice “lo lamento” si se hace algo mal y, más bien, se trata de discutir con la otra persona para afirmar que se tiene la razón sin siquiera ponerse a pensar sobre el error que se ha cometido. Decir “por favor” y “gracias” se considera pasado de moda y, más bien, se obliga a los demás a realizar aquellas tareas como si todo fuese merecido.

Muchos dirán que la culpa por esta sociedad descompuesta es el gobierno. Otros dirán que son las instituciones educativas que no enseñan valores verdaderos. Pero, la realidad de esto es que el tropiezo viene desde nuestras raíces: la familia.

Popularmente, se escucha decir “de tal palo, tal astilla” haciendo referencia a que el hijo siempre tiene la personalidad del padre. Desde ahí se ve lo importante que es la educación en casa. ¿Qué pasa si un niño, desde sus primeros años de conciencia, ve como su padre golpea a su madre? ¿O como la madre se va y los deja solo? No estarán aprendiendo buenas lecciones y, más bien, estará adecuado a repetir eso en un futuro. De ahí que tantos hogares disfuncionales creen (y no siempre es igual) malhechores, personas de mal vivir, con muchos antivalores y una personalidad decadente. Por esto, es necesario destacar (todas las veces que sea posible) que los primeros valores se cultivan en casa.

Por otra parte, está en las personas si quieren, realmente, ser personas vacías o personas llenas, humanitarias y de valores muy buenos. Muchas veces, los padres y la escuela pueden enseñar tanto, pero, el individuo termina siendo contrario a todo lo que aprendió. Debido a esto, es necesario razonar sobre todo aquello que se vive (que es malo, ciertamente) y sacar conclusiones propias. Seguramente se llegará a algo similar: Se vive en una sociedad mala.

En fin, la mejor manera de reformar esta sociedad está en nuestra moralidad individual. Es decir, la regeneración viene desde dentro, de lo que hagamos acada uno de nosotros. Si, nosotros mejoramos y todo aquello bueno que aprendemos (sea valores, actitudes, formas de vida), lo tratamos de transmitir a los demás (sobre todo a nuestros hijos) para que se aplique. Así ayudamos en dos vías: a nuestros semejantes (mejorando ahora) y a aquellos que vienen (con nuestro legado y la transmisión de nuestras convicciones positivas). Porque, recordemos: Nosotros hacemos la sociedad. Somos como nos hicieron y formaron nuestros padres, luego lo que hicimos en los años de formación. Allí está lo que se tiene y debemos hacer. Ser cambio desde nosotros, y compartirlo con los demás.

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