Lírica de posguerra
Enviado por Decathlon2017 • 9 de Abril de 2017 • Apuntes • 1.794 Palabras (8 Páginas) • 156 Visitas
LÍRICA DE POSGUERRA
Tras una época que ha venido a llamarse como la segunda Edad de Oro de la Poesía española y que coincidía con el periodo anterior a la guerra con la presencia de la Generación del 27, a partir de 1939 el panorama poético español sufrirá importantes variaciones. La dificultad de clasificación de tan amplio periodo se pone de manifiesto al comprobar tan abundante producción poética, las diferentes tendencias que surgen y se entrecruzan, etc.
Destaca de este periodo la poesía de Miguel Hernández.
La vida y la obra serán trágicamente truncadas por las secuelas de la guerra.
Tras los primeros tanteos de sus poemas adolescentes, sentirá la necesidad de llevar a cabo una rigurosa disciplina poética. Fruto de dicha disciplina será su primera obra: Perito en Lunas (1934)
Su plenitud poética de Miguel llegará con El rayo que no cesa (1936), con su gran tríptico temático: la vida, el amor y la muerte. Símbolos como el cuchillo, la pena, el rayo que se clava incesantemente en el corazón con oscuros presagios de muerte… pondrán de manifiesto ese vitalismo trágico que presidiría toda su poesía.
Con la llegada de la Guerra, Miguel Hernández, somete su fuerza creadora a los fines más inmediatos. Destacamos Viento del pueblo (1937), con el que se inicia una etapa de poesía comprometida, y El hombre acecha, en la que ya aparece el dolor por la tragedia de la guerra.
Finalmente en la cárcel compone la mayor parte del Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941), donde depura de nuevo la expresión, inspirándose en la lírica popular. Otra vez nos habla del amor, pero desde la lejanía de la cárcel por su esposa y su hijo. Destacamos: Nanas de la cebolla. La trayectoria poética de Miguel Hernández abrió el camino de la poesía de posguerra.
Tras la guerra muchos poetas partieron al exilio. Habría que distinguir, dos grupos:
- Poetas de la generación del 14: como León Felipe, Juan Ramón Jiménez.
- Poetas de la generación del 27: Lorca había muerto, de los demás todos menos tres (Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Gerardo Diego) se exiliaron.
Junto a ellos figuran poetas que apenas habían iniciado su obra antes de la guerra. Destacan: Gil Albert, Quiroga Plá…
La temática de estos autores será el tema de la patria perdida. Luego cederán el paso a la nostalgia, a los recuerdos, a la evocación de las lejanas tierras españolas, al ansia de volver. En cuanto al estilo cada poeta recibe influjos diversos y siguen caminos muy variados.
Después de la guerra, nuestra poesía había iniciado un proceso de rehumanización tras 1927.Hay una general preocupación por el hombre como tema poético, lo que dará lugar tanto a la expresión de problemas existenciales como a una visión del hombre inmerso en los problemas sociales.
Durante la década de los años 40 y principio de los 50 a poetas más o menos coetáneos de Miguel Hernández, que se suelen agrupar bajo el rótulo de Generación del 36.Las primeras líneas líricas de la posguerra española se articulan en torno a cuatro revistas literarias:
- POESÍA ARRAIGADA: Garcilaso será la primera revista literaria de la posguerra. En ella escriben autores de línea clásica a imitación de Garcilaso. Se habla de poesía arraigada y se llaman garcilasista a estos autores que opinan que el mundo está bien hecho. Destacaremos a José García Nieto, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, y fundamentalmente, Luis Rosales serán los máximos exponentes de esta poesía, en general, optimista y triunfante, aunque también manifiesta dolor y tristeza, expresados con serenidad y mesura. Los temas fundamentales serán el amor, el paisaje y el sentimiento religioso.
- POESÍA DESARRAIGADA: La revista Espadaña. Recoge una poesía rehumanizada, desarraigada, donde las tristes circunstancias del hombre constituyen el principal tema poético. Las formas son más
- libres, menos clásicas, los poemas son más broncos y el estilo más sencillo. Destacamos a Gabriel Celaya y Blas de Otero. La poesía desarraigada parte del convencimiento de que “el mundo es un caos y una angustia, y la poesía una frenética búsqueda de ordenación y de ancla”. Es ésta una poesía existencial. Surge entonces una poesía que podemos llamar espiritualista, antecedente de la poesía social: se revela ante Dios para buscar una respuesta. El segundo paso será volver los ojos y convertirse en la voz de la mayoría. Se renuncia al esteticismo.
- Blas de Otero es el poeta más importante de la poesía desarraigada. Su obra se divide en dos etapas claramente diferenciadas:
- Ángel fieramente humano (1950) y Redoble de conciencia (1951). Se trata de obras donde el poeta se rebela angustiosamente ante Dios.
- Pido la paz y la palabra (1955), Que trata de España (1959) y En castellano (1960). La palabra alcanza valor estético y ético, y sirve para denunciar y comunicar los horrores del hombre, la estupidez de un presente que lo condena al dolor y al sufrimiento.
- EL GRUPO CÁNTICO: Con la revista Cántico, cuyo principal representante es Pablo García Baena. Es la revista de la poesía pura. Estos poemas están muy influidos por el intimismo y refinamiento de Cernuda. El amor es el tema fundamental.
- EL POSTISMO: El último de los ismos y se inicia con la revista Postismo. Su fundador es el gaditano Carlos Edmundo de Ory. El postismo reivindica la libertad creadora y lo lúdico. Los autores de este grupo encarnan el primer surrealismo de posguerra.
En torno a los últimos años de la década de los cuarenta comienza a surgir en España una poesía denominada social con la que asistimos a una evolución del yo al nosotros. En 1955 se publican Cantos iberos de Gabriel Celaya, y Pido la paz y la palabra de Blas de Otero. En ambas obras los poetas han superado su etapa anterior de angustia existencial para situar los problemas humanos en un marco social. La poesía, por tanto, debe tomar partido ante los problemas del mundo que le rodea.
En cuanto a la temática hay que destacar el tema de España con un enfoque más político. Dentro de la preocupación general por España y del propósito de un realismo crítico, se sitúan temas concretos como la injusticia social, la alienación, el mundo del trabajo, etc. Los poetas se dirigen “a la mayoría”, expresan su voluntad de llegar a l pueblo. Tal pretensión conduce al empleo de un lenguaje claro.
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