LA VERDADERA PROFESIÓN, EL GENUINO COMUNICADOR SOCIAL.
Enviado por Kato17 • 10 de Mayo de 2016 • Trabajo • 992 Palabras (4 Páginas) • 293 Visitas
Katherine Toledo
IV Semestre
Comunicación Social-Periodismo
Escuelas de la Comunicación
Laura Legarda
Fundación Universitaria de Popayán
LA VERDADERA PROFESIÓN, EL GENUINO COMUNICADOR SOCIAL.
“No se trata de que los productores de contenido elaboren los mismos mensajes con otras herramientas. Trabajan en una sociedad distinta, la Sociedad de la Información, que cuenta con un panorama más amplio de medios –hay nuevos medios de la mano de Internet- y nuevas convenciones
Profesionales”.
Xosé López.
Leonardo Da Vinci, el hombre de todos los saberes, competente y capaz de aplicarse en cualquier área, dichoso por su trabajo y entusiasta por conocer, conocer del mundo y de todo lo que en él pueda existir, conocer al hombre, en todas sus formas y aptitudes, Da Vinci un hombre incontrolable, inquieto y audaz, analítico y creativo, así podemos describir al comunicador, un Da vinci en la postmodernidad, un ser completo y competente. Un comunicador puede y debe llegar a cumplir todo esto, ¿requisitos? Quizás sí, quizás no, pero esa es la naturaleza innata del verdadero comunicador social, es su esencia y su espíritu.
El genuino comunicador social es el profeta contemporáneo, quién interpreta para los demás y da voz al pueblo, ¡ah! Y el Aristóteles de la actualidad, un ser con una alta capacidad crítica y analítica. Además de todo esto es un ser revolucionario, capaz de transformar e innovar al país, no solo en lo social sino también en lo político, luchador por una democracia plena y justa. Se adapta a todo lo nuevo que llegue, se actualiza y acopla al nuevo mundo tecnológico.
Las nuevas tecnologías de la información llegaron para quedarse, llegaron para ser ya parte de esta sociedad, ya sea que las vean como cosa del demonio o como la mejor creación del mundo; estas tecnologías de la información a las que la sociedad ha tenido que incorporarse, ha generado una nueva revolución, un cambio, le ha dado al mundo un giro de 180 grados, lo ha envuelto en ese universo cibernético y fugaz.
La tecnología ha convertido al hombre en un ser globalizado, un ser del mundo, ese es el nuevo hombre tecnológico, ese que existe aquí y allá, que conoce de todo y nada a la vez, ese es el hombre de la nueva sociedad, de la sociedad de la información.
La sociedad de la información, es esa sociedad fragmentada, efímera y superficial, el punto de encuentro del hombre globalizado, su mundo utópico e intangible, una sociedad cargada de información, de datos, de conocimientos fugaces e inmediatos, esta sociedad que ha llevado al hombre a ser un ente pasivo, un ciudadano sin critica sumergido en el mundo del entretenimiento, en un mundo dromológico, como lo denominaría Paul Viril.
Esto podría ir más allá, más allá de lo malo, de lo visto como lo peor, como algo catastrófico, pues desde el punto de vista de autores como la del libro, La Red Es Nuestra, Mantengamos La Utopía “la Red de redes, ha inaugurado un territorio privilegiado de utopía. Pero también un espacio de relaciones y proyección de las capacidades humanas en el que aparecen nuevos derechos esenciales de la persona, nuevos conceptos éticos de la libertad y de la igualdad” ya que, estas nuevas tecnologías son vistas con medios más que como fines, se usan para expresar, para formar, para dar conocimiento y para compartir, no hay límites, no hay ataduras.
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