La industria del videojuego a través del marxismo

Introducción

El videojuego, relacionado con lo infantil casi desde sus inicios, es percibido por sus “consumidores” como algo puro, algo fuera de la política y de los horrores del mundo actual; un medio de escape a mundos alternos, totalmente lúdicos y llenos de fantasía, donde las personas pueden encontrar alivio y nada más. Sin embargo, a lo largo de este semestre, hemos aprendido a ver las cosas desde una perspectiva materialista, por lo que tenemos que reconocer que los videojuegos no surgen de la nada, sino que existen sistemas, con personas y medios de producción involucrados, que los producen. Este sistema se llama “la industria del videojuego” y es posible que contenga un par de problemas.

      En este ensayo se realizará un análisis sobre el funcionamiento general de la industria del videojuego, así como de sus afectaciones particulares que tiene sobre sus trabajadores. Para ello, se recurrirá a las ideas expuestas por Thomas Piketty en su libro El Capital en el Siglo XXI, pues sus aportaciones sobre la distribución de la riqueza y la problemática de la riqueza heredada se relaciona fuertemente con la tendencia a la creación monopolios y con la economía rentista que permea tanto esta industria. Por último, para referirnos a lo particular, se usarán conceptos de la teoría marxista, así como conceptos sacados de la visión propuesta por Georg Simmel acerca de la vida moderna, para detallar lo decadente que puede ser la vida de los trabajadores, específicamente la de los desarrolladores de videojuegos.

Sobre el sesgo de la economía

En su video The Problem with the Game Industry, Philosophy Tube (2019) explica la existencia de una tendencia hacia la creación de monopolios dentro de la industria del videojuego, poniendo como ejemplo claro a Epic Games (creadora de videojuegos como Fornite). Ésta recientemente lanzó su propia tienda digital de videojuegos y, para atraer a más clientes, una de sus tácticas fue pagar enormes cantidades de dinero a distribuidoras de videojuegos para que pusieran sus productos exclusivamente en su tienda; logrando así, como Philosophy Tube explica, la evitación de competencia, o, en otras palabras, la creación de un monopolio.

     De acuerdo a Piketty (2013, como se citó en Lobato, 2014), la distribución de la riqueza reposa solamente en unos cuantos afortunados, en parte porque son ellos los únicos que heredan una cantidad de dinero y de bienes considerables que luego pueden usar para generar todavía más. Aunado a ello, también explica que conforme vas escalando las clases sociales, se le da más importancia no a lo que produces, sino a lo que tienes (es decir, una economía rentista), por lo que la balanza se inclina de una manera más acentuada hacia aquellos que desde un inicio ya tenían bastante bajo su ala.

    Se podría decir, entonces, que la problemática planteada por Piketty guarda estrecha relación con la tendencia hacia la creación de monopolios en la industria del videojuego. Nuevamente, Philosophy Tube (2019), explica que la economía rentista, es decir, aquella que valora más poseer productos que crearlos, permea dentro de la industria del videojuego. Por lo que, si se aplica lo propuesto por Piketty, se puede ver que sus ideas tienen validez. Epic Games es el ejemplo claro que demuestra que si eres dueño de un videojuego tan popular como lo es Fornite, tienes una vasta cantidad de oportunidades para generar más ganancias que cualquier otra compañía más pequeña; incluso llegando a crear monopolios sin repercusión alguna, como ya hemos explicado.

La dura vida del desarrollador de videojuegos     

     Ahora bien, el problema no termina ahí. Se ha hablado acerca de los beneficios que obtienen los dueños de los videojuegos populares, pero no se ha hablado de los beneficios que obtienen las personas que hacen esos juegos populares, pues es una historia totalmente diferente. Dayoscript, en su video La realidad del videojuego (2019) se encarga de entrevistar a gente que trabaja como desarrolladores de videojuegos dentro de la industria, iluminando, de esta manera, lo estresante,  agotador y decadente de dicha profesión. Se podría decir, entonces, que hay una oposición clara entre aquellos que son dueños del producto y aquellos que se encargan de crear el producto.

     Tomando conceptos de la teoría marxista (Zayas, 2020) podemos entender de mejor manera el porqué de estas diferencias. En primera instancia, tenemos a la dialéctica, es decir, la oposición o contradicción de dos fuerzas, en este caso la de los dueños del videojuego y la de los desarrolladores del videojuego. Aquí encontramos que los dueños son quienes se llevan la mayor ganancia y quienes pueden tomar el producto para generar todavía más; por otro lado tenemos a los desarrolladores que, como plantea Dayoscript (2019), son quienes se llevan una ganancia ínfima en comparación y que además padecen de pésimas condiciones laborales.

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