“No sabemos cómo las cosas son. Sólo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos. Vivimos en mundos interpretativos.”

EL Hombre Como Ser Lingüístico: Observando la “realidad”.

Arantxa Rivera Velasco.

Partiré teniendo como fundamento principal, la ontología del lenguaje, la cual tiene como principio:

“No sabemos cómo las cosas son. Sólo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos. Vivimos en mundos interpretativos.”

A partir de este principio es que la ontología del lenguaje abandona toda pretensión de conocer la realidad, no la niega, sino que niega la capacidad de poder adquirir a ella tal y como es, pasando a enfocarse en el observador y a lo observado, por ejemplo: ¿Cómo el sujeto está viendo las cosas?, ¿Cómo está interpretando lo que ve y escucha? , ¿De qué manera repercute o influencia esta visión del mundo al sujeto, así como a su percepción de la realidad y acciones?...

Cuando hablamos del observador nos referimos a la coherencia, y armonía de los 3 principales y naturales dominios del ser humano: la emocionalidad, el lenguaje y la corporalidad, los tres están correlacionados, lo que significa que la aplicación de uno de estos dominios, repercute directamente a los otros, teniendo claro que el observador se constituye de la emoción que está sintiendo, más el cuerpo que tiene disponible en el momento para accionar y la(s) conversaciones internas o externas que surgen.

 Sin embargo nos enfocaremos por ahora en el lenguaje, ya que este es el que le da la interpretación y el sentido significativo a la emocionalidad y al cuerpo, y así a nuestra propia realidad.

El observador actúa en base al sentido que le da al hecho.

Para comprender esto pondré un ejemplo: tenemos a dos sujetos, que están saliendo de la escuela, los dos van caminando hasta su casa, cuando comienza a llover y se mojan, (hasta aquí podemos ver como el hecho es que llueve y se mojan) uno de los sujetos decide reírse y tomar la responsabilidad de que no previó que iba a llover y adquiere el aprendizaje de traer un paraguas para la próxima, en cambio el otro sujeto se enoja y culpa a la lluvia por retrasar su llegada a su casa, perdiendo cualquier posibilidad de aprendizaje.

 Con este ejemplo podemos ver como el observador de cada sujeto fue diferente, aun cuando el hecho fue el mismo cada uno lo vivió de manera distinta, y actuaron en base al sentido que le dieron a este, partiendo de ahí su emocionalidad y en el que haya o no un nuevo aprendizaje.

Ahora desde este ejemplo yéndonos un poco más allá de lo aparente, también podemos observar como los hechos nos muestran como suceden las cosas, y nuestras conversaciones internas son las que hacen la interpretación ya que tratan de explicar el hecho, de la cual va a depender nuestras acciones y el área de oportunidad de estas.

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