¿Quién dijo que las cosas que valen la pena se logran fácilmente?
Enviado por 14160817 • 10 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 2.008 Palabras (9 Páginas) • 228 Visitas
¿Quién dijo que las cosas que valen la pena se logran fácilmente?
“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.”
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Durante el transcurso de toda una vida, la existencia de cada individuo se ve regulada por los 2 grandes pilares de la convivencia en sociedad: los derechos y deberes. Dentro de todos los principios que estas categorías representan, sobresale una que posee el poder de cambiar notablemente la perspectiva sobre una persona, objeto, acción o situación: esta es la libertad de expresión.
El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE, 2014), define a la libertad de expresión como el “derecho a manifestar y difundir libremente el propio pensamiento”. Esto se refiere al concepto desde una perspectiva básica, destacando su objetivo principal, en otras palabras, a la comunicación propia de las ideas.
La libertad de expresión constituye un principio indeleble en la identidad del ser humano, es decir, lo define y le da el carácter necesario para hacer valer su opinión frente a un público determinado.
Al expresar una idea se generan diversas reacciones, estas pueden ser a favor del que la comunica o en contra del mismo. Sin embargo, la libertad de expresión radica en eso; es decir, la diferencia de opiniones enriquece la libertad de expresión al proporcionar diversos puntos de vista.
Lo anterior tiene como consecuencia, una valoración del comentario u opinión por el simple hecho de comunicarlo y hacer valer a este derecho; sin embargo, esto no condiciona la aceptación del mismo. Aquí, es donde radica el concepto de la libertad y respeto de la misma.
La importancia de este tipo de libertad es tal, que diversas organizaciones mundiales la incluyen entre los derechos fundamentales que todo ser humano debe gozar. La Organización de las Naciones Unidas la incluye en el artículo XIX de la Declaración Universal de los Derechos humanos
La democracia liberal es la base de este principio, sin ella la libertad de expresión no existe. Por lo tanto, es esencial que esta se desarrolle de una manera correcta en base a sus principios fundamentales, es decir, en base a la tolerancia y pluralidad de las ideas.
Por consiguiente, todos los ciudadanos de los países demócratas deben poseer el derecho a la libertad de expresión. No obstante, esto no siempre sucede, ya que en algunos casos esta se ve reprimida por el mismo gobierno.
La democracia en México comenzó su desarrollo desde aquellas elecciones de 1824, cuando Guadalupe Victoria resultó como el primer Presidente del país. En el caso de la libertad de expresión, esta tiene sus vestigios en el periódico La Gaceta de 1666, así como en las obras de diversos autores como Fernando de Lizardi e incluso en las leyes de Reforma con la Ley de la Prensa. Lamentablemente esta no era evidente ni palpable para el pueblo mexicano.
Por si fuera poco, con la llegada de Porfirio Díaz al poder y su ininterrumpida ocupación en el gobierno de México desde el 1 de diciembre de 1884 hasta su renuncia el 25 de mayo de 1911; la libertad de expresión se vio oprimida debido a la nula tolerancia de la opinión crítica por parte del gobierno Porfirista.
Durante esta etapa, varios personajes trataron de hacer eco sobre la precaria situación en que la libertad de expresión se encontraba. Desafortunadamente, estos personajes de la historia, tales como los hermanos Flores Magón, se veían fuertemente reprimidos en su derecho de ejercerla libremente.
No fue sino hasta la llegada del pensamiento innovador y progresista de Francisco I. Madero contenido en su libro La Sucesión Presidencial en 1910, que la situación opresiva que se desarrollaba en México comenzó a ver el camino hacia la libertad.
Este libro representa el origen de la libertad de expresión actual que México tiene. Debido a que el ex presidente destacaba el deseo del pueblo mexicano de poder ejercer su libertad de expresión, mediante el convoco de elecciones verdaderamente democráticas.
Definitivamente el documento que consolida la democracia y la libertad de expresión en México es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En ella quedaron y todavía se encuentran plasmados todos aquellos deseos, que a través de la libertad de expresión el pueblo exigía febrilmente desde el inicio de la Revolución Mexicana.
Al cabo de su redacción, actualmente se encuentra plasmado en esta Carta Magna (1917), el artículo 6º, el cual hace referencia a la libertad de expresión en México y citándolo textualmente dice:
“La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley.“
A partir de este momento, México empieza otra etapa, una etapa destinada a la preservación, mejora y ejercicio de esta libertad. O por lo menos eso se creía, ya que en la década de 1960, sucedió el primer ultraje hacia la libertad de expresión en México. Este acontecimiento fue la Matanza de Tlatelolco el día 2 de octubre de 1968 en la Plaza de Las Tres culturas en la Ciudad de México.
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