Recomposición identitaria
Enviado por Nicolás Ramírez Roquefort • 23 de Abril de 2019 • Documentos de Investigación • 1.106 Palabras (5 Páginas) • 146 Visitas
Recomposición identitaria
Por Nicolás Ramírez Roquefort
Cada persona crece en un ambiente determinado, que por consecuencia, le entrega patrones de conducta y de identidad que parecieran estar previamente estipulados, sin embargo, esto es un equívoco, ya que el ser humano es un ente que se encuentra en constante cambio y tiene la posibilidad de definirse frecuentemente en la medida que su actuar y su autopercepción lo permitan.
No obstante, se torna difícil analizar y evaluar la propia realidad cuando se está tan arraigado a ella, por tanto, se vuelve complejo identificar y cambiar ciertos elementos. Tanto territorio como género y clase social son aspectos fundamentales en nuestra identidad, siendo el primero el de más relevancia ya que determina a los que siguen, sin embargo, no somos capaces de percibirlo en la medida que sigamos unidos a él. Por ello, es preciso afirmar que cuando una persona sale de su propio territorio puede ver en perspectiva su propia realidad, y por ende, desaprender conductas previamente adquiridas.
En primera instancia, es imperioso aclarar que el individuo a lo largo de su vida se enfrenta a distintas etapas de socialización acorde su desarrollo, siendo la primera una de las más influyentes debido a que en ella se adquiere y se vive la base de nuestra identidad, como se expone a continuación:
“la socialización primaria es aquella que tiene lugar en el entorno familiar más cercano en los primeros años de vida, cuando se produce la adquisición de los elementos básicos de la identidad de género; rasgos que serán reforzados o, quizás, cuestionados, en momentos posteriores del aprendizaje social”
(Espinar, E. p: 2:2009 citó a López, I. 2003)
Particularmente, puedo ver esto reflejado en mi propia vida, ya que nací y me críe en una localidad rural de la región del Maule, en la que los roles de género están fuertemente relacionados con la clase social y determinados por el discurso patriarcal, tal como ocurre en muchos lugares de similares características de nuestro país.
Esto parecía inmutable, estando establecido incluso antes de que cada familia se constituya como tal, denotando el machismo de las relaciones en el matrimonio para luego reproducirlas por medio de los hijos. Marta Lamas (2007) “sostiene que nuestra percepción está condicionada, "filtrada", por la cultura que habitamos, por las creencias que nos han transmitido en nuestro círculo familiar y social sobre lo que les toca a las mujeres y lo que les toca a los hombres”.
De este modo, crecí viendo como mi abuela pasaba toda su vida criando niños y estando en la cocina, mientras que el hombre debía ser atendido porque de él provenía la fuente de ingreso y el sostén de la familia. Se fomentaba un modelo fuertemente heteronormado, sin permitirse otras alternativas, reduciendo así, por ejemplo, a los homosexuales a una tercera categoría renegada y menoscabada.
No es contradicción pensar que todo lo que se nos enseña es lo que debería ser. Yo era parte de este patrón que se sigue reproduciendo de generación en generación de un modo totalmente normalizado, pero dejé de serlo en el momento que tuve la oportunidad de salir de mi territorio original, con ello, pude analizarlo desde otra perspectiva y de la mano de las nuevas experiencias que empezaron a rodearme.
Para mí salir de Lontué produjo disonancia entre las cosas aprendidas y las nuevas prácticas sociales diferentes a las que se desenvuelve gente en el pueblo. En ese momento comenzó el proceso de desaprender, las conductas aprendidas desde la niñez: conocer otras realidades donde los individuos rompen con los tradicionalismos sienta las bases para analizar mi propia construcción como individuo siendo consciente de los procesos que inciden en la cotidianidad lo que se manifiesta en la identidad personal.
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