Resumen Polítila y educación Paulo Freire
Enviado por ladaiuvi22 • 17 de Mayo de 2018 • Resumen • 6.989 Palabras (28 Páginas) • 420 Visitas
POLÍTICA Y EDUCACIÓN Paulo Freire
LA ALFABETIZACIÓN COMO ELEMENTO DE FORMACIÓN DE LA CIUDADANÍA
Ciudadanía tiene que ver con la condición de ciudadano, es decir con el uso de los derechos y el derecho a tener deberes de ciudadano.
Para Freire es preciso indagar sobre los límites que incluye la práctica de la alfabetización (capaz de generar en los alfabetizados la asunción a la ciudadanía) como los obstáculos a enfrentar. No hay práctica que no tenga límites.
La práctica y su eficacia dependen únicamente del sujeto y de su voluntad. Por otro lado el espontaneísmo es irresponsable, implica la anulación del intelectual como organizador de espacios (no interviene y se cruza de brazos).
La comprensión de los límites requiere indiscutiblemente la claridad política de los educadores en relación con su proyecto. Es preciso asumir la politicidad de la práctica.
Freire dice que no puede pensarse como progresista si entiende el espacio de la escuela como algo medio neutro, que tiene poco o casi nada que ver con la lucha de clases, donde los alumnos son vistos sólo como aprendices de ciertos objetos de conocimiento.
La comprensión crítica de los límites de la práctica tiene que ver con el problema del poder, que es de clase, y por eso tiene que ver con la cuestión del conflicto de las clases. Comprender el nivel de lucha de una sociedad es indispensable para la demarcación de los espacios, contenidos de la educación y por lo tanto de los límites de la práctica político-educativa.
Una misma comprensión de la práctica educativa, una misma metodología de trabajo no operan necesariamente en forma idéntica en contextos diferentes. La intervención es histórica, es cultural, es política.
Sin intervención del educador, intervención democrática, no hay educación progresista. La intervención se da en la relación que establece con los educandos en el contexto mayor en que los educandos viven su cotidianidad, donde se crea un conocimiento hecho de pura experiencia. La actividad docente de la escuela no puede negar la importancia de la cotidianidad.
Hablamos de sus límites porque, aún sin ser la palanca de la transformación profunda de la sociedad, la educación puede hacer algo en el sentido de esa transformación.
El educador y la educadora progresistas tienen que generar en sí mismos la virtud o la cualidad del valor, de luchar por sus salarios menos inmorales y por condiciones menos desfavorables para el cumplimiento de su tarea.
Algunos de los obstáculos con que nos enfrentamos en la práctica educativa y acerca de los cuales debemos estar alertas:
*La distancia demasiado grande entre el discurso del educador y su práctica, su incoherencia. El educador dice de sí mismo que es progresista y tiene una práctica retrógrada, autoritaria, en la que trata a los educandos como meros pacientes de su sabiduría. En realidad, su práctica autoritaria es su discurso verdadero.
*No menos perjudicial para la práctica progresista es la dicotomía entre práctica y teoría. En realidad, lo que debemos buscar es la unidad dialéctica, contradictoria; entre ambas.
*Un educador progresista que no sea sensible al lenguaje popular no puede comunicarse con los educandos, pierde eficiencia.
Retrata del respeto y la comprensión por un lenguaje diferente. Las clases populares; al aprenderlo, deben tener en él un instrumento más para luchar contra la dominación.
La formación intelectual del educador lo lleva a pensar a partir de lo abstracto dicotomizado de lo concreto. Su formación lo lleva a describir el concepto de objeto y no descubrirlo desde el análisis de la propia experiencia.
Uno de los obstáculos a nuestra práctica es que vamos a las áreas populares con nuestros esquemas teóricos montados y no nos preocupamos por lo que saben ya las personas y como lo saben. No nos interesa saber lo que conocen del mundo, su lenguaje acerca de este.
Nos interesa, por el contrario, que conozcan lo que nosotros conocemos y del modo como lo conocemos. Y cuando nos comportamos así, práctica o teóricamente, somos autoritarios.
DEL DERECHO A CRITICAR-DEL DEBER DE NO MENTIR AL CRITICAR
Para Freire el derecho y el deber, al criticar, no faltar a la verdad es un imperativo ético, es lo más importante en el proceso de aprendizaje de nuestra democracia.
Es preciso aceptar la crítica seria, fundada, que recibimos, por un lado, como esencial para el avance de la práctica y de la reflexión teórica, y por el otro, para el crecimiento necesario del sujeto criticado.
El derecho a la práctica de criticar exige de quien lo asume el cumplimiento minucioso de ciertos deberes que, sino son observados, restan validez y eficacia a la crítica. Deberes en relación con el autor que criticamos y deberes en relación con los lectores de nuestro texto crítico. Y en el fondo también deberes con nosotros mismos.
No se debe mentir acerca de lo que se critica, ni mentir a los lectores, ni a nosotros mismos. Podemos equivocarnos, podemos errar. Mentir, nunca.
Otro deber es el de procurar conocer el objeto de nuestra crítica. No es ético criticar lo que no conocemos.
Los profesores no enseñan únicamente los contenidos. A través de la enseñanza de éstos enseñan a pensar críticamente, si son progresistas, y por eso mismo para ellos enseñar no es depositar paquetes en la conciencia vacía de los educandos.
EDUCACIÓN Y PARTICIPACIÓN COMUNITARIA
La práctica educativa es una dimensión necesaria de la práctica social, igual que la practica productiva, las religiosa, etc.
La práctica educativa es un fenómeno típico de la existencia, y por lo mismo un fenómeno exclusivamente humano, y también por eso es histórico.
Este ser social e histórico que somos nosotros, mujeres y hombres, tenía necesariamente que entregarse a la experiencia de enseñar y de aprender.
Toda práctica educativa implica:
a) Presencia de sujetos. El sujeto que enseñando aprende y el sujeto que aprendiendo enseña.
b) Objetos de conocimiento que han de ser enseñados por el profesor (educador) y aprendidos por los alumnos (educandos).
c) Objetivos hacia los cuales se orienta la práctica educativa.
Ante la imposibilidad de ser neutra, la práctica educativa plantea al educador el imperativo de decidir y romper y optar tareas de sujeto participante y no de objeto manipulado.
d) Métodos, técnicas de enseñanza, materiales didácticos que deben estar en coherencia con los objetivos.
Algunos que se proclaman progresistas suelen:
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