Título del Ensayo: “Relación con la comunidad o los padres y madres de familia”

Título del Ensayo: “Relación con la comunidad o los padres y madres de familia”

Relacionado con el Tema 4. Convivencia y participación en la escuela.

Introducción.

Se toma la problemática de la participación de los padres de familia hacia la educación de sus hijos, observando así el poco interés hacia las actividades con sus hijos, lo que cada ciclo escolar se incrementa alarmantemente y donde predomina el ausentismo de los padres en el proceso educativo; en sus comportamientos, en su formación y en el autoestima de sus hijos, así como en sus responsabilidades.

Debe reconocerse que en la actualidad, es preciso elevar el nivel de calidad de vida y por lo tanto surge la necesidad en los padres de familia, de trabajar más para obtener mayores ingresos y obtener así un mejor bienestar económico y promover así, una estabilidad social, por lo que es necesario que ambos trabajen en un estricto horario, provocando marginación y subrogación de las tareas educativas que realizan los hijos, pues no existe suficiente interés por el proceso que va transitando el menor en la escuela, siendo esto un grave problema, el cual se ha tomado de la realidad que se vive en la práctica docente, pues son los adultos quienes deben estar conscientes que son pieza angular del quehacer educativo.

Toda escuela que busque un impacto real entre el aprendizaje de los alumnos y la participación activa de padres y madres de familia deberá centrar sus esfuerzos en desarrollar un óptimo trabajo escolar y participativo, donde se inicie de las propuestas y motivaciones tanto de alumnos como de padres de familia; en donde todas las opiniones sean escuchadas y se valores los esfuerzos de cada integrante del trinomio educativo.

Desarrollo.

La educación es un proceso necesario para el desarrollo y aprendizaje de los seres humanos a fin de llevar al máximo nuestras potencialidades. Sin desconocer la existencia de otros espacios sociales, es un hecho que la familia y la escuela son ámbitos de experiencia formativa esenciales e insoslayables. El diálogo y la colaboración entre familia y escuela, entre padres y maestros, puede adquirir diversas formas y ha de reinventarse periódicamente para evitar caer en rutinas que desgasten la relación (Zorrilla, 2008).

No basta con el que los niños asistan a la escuela y cuenten con la alimentación necesaria para subsistir, es indispensable que los padres de familia se involucren en actividades deportivas, lúdicas y de recreación con sus hijos, pues para ellos ese tiempo implica un tiempo de calidad, un espacio privilegiado de padres e hijos, hay que recordar que “para las niñas y los niños jugar significa más que entretenerse o pasar el rato. Por medio del juego descubren sus gustos y habilidades; entienden sus actividades y emociones y las de los demás; empiezan a comprender que en la vida hay reglas; enfrentan temores”^[1] Pero esto no sucede al observarse padres ausentes, poco comprometidos o distantes del entorno escolar, creando con ello un desinterés en el educando, formándole hábitos que difícilmente podrá desarraigar en su desarrollo y por ende no lograr los objetivos para los cuales la educación está destinada.

Por si fuera poco, vivimos en una sociedad que responsabiliza a los abuelos, cuidadores, medios de comunicación y a los maestros de formar alumnos apáticos, sin aspiraciones, desmotivados, con pocas expectativas, desafiantes de la autoridad y con un bajo aprovechamiento escolar, cuando los verdaderos padres de familia permanecen ausentes o desligados del entorno y tarea escolar. Como lo señala Sylvia Schmelkes (1994), “los padres de familia contribuyen de diferentes formas y con diferentes intensidades para que el proceso educativo rinda los frutos que ellos esperan de la escuela. De ellos depende en gran medida, que los alumnos asistan a la escuela, lleguen puntuales, cuenten con lo necesario para poder aprender, reciban el apoyo extraescolar indispensable para el adecuado logro de los objetivos educativos”.

“La familia comunica un repertorio de valores, actitudes, conocimientos y habilidades. Es el grupo social encargado de educar a los nuevos seres para que sean capaces de convivir de manera ordenada y armónica en su entorno”^[2]

Es importante tomar en cuenta que la actitudes, la comunicación, el trabajo colaborativo, la organización, el compromiso, y la disposición, serán pieza clave para un proceso de mejoramiento continuo. Además, todo proceso de mejoramiento en equipo es un proceso de aprendizaje que va enriqueciendo a las personas que participan, a la vez que ellas enriquecen el proceso colectivo.

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