Tribulaciones de María

Como se ha manifestado, el relato presenta como tema central las tribulaciones de María, quien sufre en la casa de doña Gertrudis y en el cuarto del hermano de Felipe Santos. Esto se puede apreciar a través del acoso por parte de Raúl y luego por Felipe santos, su protector. Debido al primero, es que María huye, trasladándose luego al cuarto donde espera la llegada del último, quien después culminará acosándola.

Los sentimientos expresados por la protagonista durante el desarrollo de la historia sufre una evolución compleja que siempre retorna al que lo habrá de aquejar constantemente: la angustia y el miedo. Frente al primer acoso y la huida, María siente alivio “Cuando María quedó sola en el cuarto, una vez que hubo partido Justa, sintió un extraño sentimiento de libertad” (Ribeyro, 2009:101), que luego, irá tranformándose en una sensación de libertad cuando estaba en el cuarto. Al cuestionamiento de su futuro, vuelve la constante angustia-miedo “El incidente no tenía mayor importancia, pero María se sintió inquieta, como si la seguridad de su refugio hubiera sufrido ya una primera violación” (2009:106), “La aventura la tenía transtornada” (2009:107). Cuando se arregla y predice su futuro, adopta la esperanza con algo de alegría “Esta sola promesa hizo su vida más llevadera” (2009:106); y finalmente, cuando llega el protector y siente su asedio, regresa la angustia-miedo “En pocos minutos, sin embargo, su optimismo había decaído” (2009:107), “La espera sobre todo le producía una desazón creciente”(2009:109).

Los sentimientos expresados por la protagonista durante el desarrollo de la historia sufre una evolución compleja que siempre retorna al que lo habrá de aquejar constantemente: la angustia y el miedo. Frente al primer acoso y la huida, María siente alivio “Cuando María quedó sola en el cuarto, una vez que hubo partido Justa, sintió un extraño sentimiento de libertad” (Ribeyro, 2009:101), que luego, irá tranformándose en una sensación de libertad cuando estaba en el cuarto. Al cuestionamiento de su futuro, vuelve la constante angustia-miedo “El incidente no tenía mayor importancia, pero María se sintió inquieta, como si la seguridad de su refugio hubiera sufrido ya una primera violación” (2009:106), “La aventura la tenía transtornada” (2009:107). Cuando se arregla y predice su futuro, adopta la esperanza con algo de alegría “Esta sola promesa hizo su vida más llevadera” (2009:106); y finalmente, cuando llega el protector y siente su asedio, regresa la angustia-miedo “En pocos minutos, sin embargo, su optimismo había decaído” (2009:107), “La espera sobre todo le producía una desazón creciente”(2009:109).

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