Vendrá la muerte
Enviado por Alejandro Melgoza • 16 de Mayo de 2017 • Trabajo • 444 Palabras (2 Páginas) • 104 Visitas
Vendrá la muerte y se llevará tus ojos, pues, ha escuchado eso rumores, en los que se relata de un mal que a los hombres aqueja: La vista es la cuna de muchas penas, da la facilidad del juicio, como un oráculo que cree verlo todo, saber el absoluto y ser la máxima. Y ellos van por la vida hablando de moralidades, juzgándose; a sus semejantes, a sus singulares, a ellos mismos. Los hace también sayones, en ocasiones exhortando a la muerte misma. Acabando con el mundo que tanto trabajo les costó construir a sus padres. En busca de la perfección, la que nunca, nadie podrá admirar.
Si logra tener tal adquisición, no le será fácil su trabajo, ella, como todos, creerá, saber que es lo mejor, y así, obrará según capricho.
Espero que vea en tus ojos -que son los míos- la misericordia que aquí no pude encontrar, he tomado la decisión, que me juzguen, y me tachen de cobarde, pero estoy justo a ti, mi amada, muerte, me sopesas y cubres con tu manto,
Hoy soy un condenado más de esta tierra, pronto seré uno menos, me sedo ante la muerte, y si serán mis ojos los que se ha de llevar, espero que con ellos vea todas las calamidades que aquí se llevan, hoy no puedo ver más la luz del sol, por ello me entrego a la oscuridad, donde ya no podré ver nada del dolor, ni siquiera el que dentro de mí resguardo.
No espero comprensión de mis amigos, ante los actos que hice, mucho menos por los que haré, solo espero verte a ti al final, a mi lado.
Mi intención no es ser negativo, pero mi tierra, o lo que queda de ella, me a marcado, por el contrario, anhelo que los que se quedan, tengan la bendición de ver la reivindicación de las naciones, que hoy arden en desgracias, cual infierno, ustedes, que son más pacientes, y mantienen un poco de fe, luchen porque yo me he rendido y me entregado a muerte ciegamente,
Estoy cansado de huir de aquellos viles, no obstante, decido no huir de mí. Así les relato mis momentos finales, ya puedo sentir el ardor dentro de mí, aunque no entiendo si es mi cólera, o el veneno que he ingerido, que hemos ingerido.
Gracias, pues me han acompañado en el final. Lotte, de verdad lo siento, pero te siento más a ti, en mi cama, tranquila, apacible y vestida de porte, me abrazas y comprendes, como yo, que aquí llega el final de nuestra historia. .
Verán mi cadáver mañana, junto al tuyo. Y hasta a mi pobre osamenta que la muerte a dejado vacía, juzgarán
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