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Modelos De Desarrollo


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  2.118 Palabras (9 Páginas)  •  167 Visitas

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El afán del ser humano por dar una explicación satisfactoria a su entorno, y todo lo que éste a su vez es, pone a prueba su capacidad de razonar y definir cómo superar los retos que día a día la complejidad del mundo y su propia visión le imponen por su condición de ser racional y quien constituye la realidad. Ante la incapacidad de poder definir el “sentido de la vida”; dada la relatividad de la palabra y su significado difuso a raíz del carácter individualista que posee, el punto de partida para determinar un acuerdo común (del “sentido de la vida”) y su significado como tal, será la denominación que socialmente se haya pactado para permitir la comunicación entre individuos.

Este sentido comúnmente se le ha atribuido en base a mejores condiciones de vida por parte de un grupo social, quienes necesariamente para lograr esta meta han de sobreponerse a otro grupo con menores condiciones económicas (lo cual significa la imposición del significado del mundo que el grupo dominante posee), que a su vez dependen del control y construcción del conocimiento.

La reflexión que cada sujeto realiza de los distintos escenarios a través de los cuales se circunscribe un modelo específico de desarrollo, nos lleva a plantear una crítica hacia la auto-organización de determinado sistema y cómo las interacciones con el entorno logran la implementación de una marco conceptual restringido ante la sociedad. La información que se brinda y las palabras utilizadas por estos emisores dan una idea de la situación que se vive en determinado lugar o caso, sin que necesariamente (y cómo debería ser) se le dé el correcto uso e interpretación; siendo más preciso con un análisis que permita la comprensión total del hecho. Es indudable la polarización que existe de los medios educativos política, económica y socialmente, por lo tanto es vital examinar la función que los receptores le damos al marco conceptual en el que circulamos para sacar nuestras conclusiones y reflexiones acerca de la construcción del conocimiento: de cómo observamos la sociedad y el mundo basados en expresiones que en la mayoría de casos carecen de sentido y justificaciones.

Sin duda alguna la búsqueda del conocimiento ha conllevado al sujeto a relacionarse instintivamente con la naturaleza, y a adoptar una vida que depende en gran medida del ámbito natural para su supervivencia, recurriendo siempre a la explicación de la ciencia desde sus inicios como aquella que proveía al sujeto de una verdad, que intentaba revelarle la lógica de los fenómenos observables y aunque no más importante, pero a su vez altamente destacado; el comprenderse a sí mismo como organismo constituyente de la realidad. Entendiéndose en un primer momento que el hombre era quien debía controlar y manejar las leyes naturales, se le daba el dominio absoluto sobre lo que éste pudiera abarcar físicamente, y bajo el impulso de la creatividad humana modificarlo de acuerdo lo que él creía conveniente, reconociendo su papel de “hombre” como representante de Dios en la tierra, y este Dios como centro del universo, creador y padre (Teocentrismo y antropocentrismo).

Una vez planteado el papel del hombre como aquel que busca el conocimiento, no sólo teórico sino a su vez práctico, se ve limitado en un campo epistemológico en el cual las ciencias han estado fundadas por conocimientos acordados como verdad. En el proceso de desarrollo y planificación de estudio que al que se refiere Adolfo Izquierdo (1999) “para el abordaje de tal campo se requiere distinguir tres modalidades a través de las cuales se manifiesta particularmente la relación objeto-sujeto” se hace una distinción de sujetos que permite asociarlo ya sea a una objetividad enajenante (sujeto absoluto) o variantes de una subjetividad antropocéntrica (Sujeto relativo, sujeto reflexivo). En la objetividad enajenante el esquema dentro del cual se encuentra el sujeto es lo esencial, pues el sujeto es hombre y el objeto no siempre cumple esta característica, incluyendo que al ser absoluta lo noción de tiempo, esta tiene principio y fin. A comparación, la subjetividad antropocéntrica es el proceso de desarrollo y planificación de estudio que refiere una subjetividad epistemológica, el esquema dentro del cual se encuentra el objeto es lo esencial, donde el sujeto es hombre y el objeto puede serlo también, condicionando a un sujeto no humano. Las nociones de tiempo y espacio son relativas, pues tienen principio pero no fin.

Para entender el contexto en el que se encuentran el objeto y sujeto de la epistemología, es necesario mencionar el tiempo y el espacio: Tiempo y espacio pueden ser absolutos o relativos a su vez . Cuando son absolutos, estos dos elementos (Tiempo y espacio) se refieren a cosas que tienen inicio y fin: relaciones en las que el objeto y el sujeto también son absolutos, por lo tanto el sujeto no se ve afectado en su relación con el objeto. En el caso del tiempo y espacio relativos, hacen referencia a la relación de un objeto y sujeto, que tiene comienzo pero no fin debido a la subjetividad del contexto de su relación misma.

Retomando el tema de las teorías, con la razón moderna se comprenderá la ruptura que se tenía en el antropocentrismo y así mismo el fin de este. La ruptura entre objeto y sujeto como unidades distintas, permite centrarse ahora en la interacción de estas; y que caracteriza el campo relacional entre objeto y sujeto en vez de hacerlo por separado, determinado por Adolfo Izquierdo (1999) como “dualidad epistémica”. La dualidad a la que se refiere Izquierdo nos permite situarnos ahora, en la separación o rompimiento entre objeto y sujeto como unidades separadas/distintas para centrarnos en la interacción de estas.

De esta manera la ciencia busca dar explicaciones a los cuestionamientos y reflexiones hechas por el hombre que podría ser definido como “Problema del conocimiento”. Cuando se hace una observación de objeto y/o sujeto la omnijetividad es entendida como “la forma de mirarse” pues se asume que el sujeto no es ajeno a la realidad en la que el objeto se encuentra, sino que este se ve afectado por el objeto por consiguiente debe verse como un estado de correlación. La dualidad existente entre ciencia y omnijetividad (en el que se reconoce la conciencia en el proceso de entendimiento del universo) permite comprender y creer que existe una nueva forma de entendimiento de la concepción de mundo. La ciencia debe estar estructurada desde una nueva perspectiva: la que tiene en cuenta el poder de la mente humana y los fenómenos del mundo objetivo, permitiendo así el entendimiento de la materia (en su estado subatómico) como un ente constituido

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