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La guerra en el México prehispánico


Enviado por   •  7 de Marzo de 2012  •  Trabajos  •  5.839 Palabras (24 Páginas)  •  650 Visitas

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La guerra

La guerra es una experiencia universal que comparten todos los países y todas las culturas.

"La guerra es el mayor conflicto de Estado, la base de la vida y la muerte, el Tao de la supervivencia y la extinción. Por lo tanto, es imperativo estudiarla profundamente".

.La guerra es "la continuación de la política por otros medios".

La noción de guerra está relacionada con términos como combate, batalla, lucha, pelea o enfrentamiento. Guerra se refiere, en su uso más habitual, a la lucha armada o conflicto bélico entre dos o más naciones o bandos. Esto implica el rompimiento de un estado de paz, que da paso a un enfrentamiento con todo tipo de armas y que suele generar un elevado número de muertes.

1.1 .-La guerra en el México prehispánico

La guerra en México, en la época prehispánica es un fenómeno muy complejo de características sociopolíticas, económicas y religiosas, junto con el sacrificio humano, la esclavitud y la tributación impuesta a los vencidos se oponen al concepto de un pueblo promotor de valores de bienestar y convivencia.

La expansión territorial convertía progresivamente al campesino agricultor en guerrero profesional, de productor de bienes se convertía en miembro de una élite militar que debía ser sostenida por medio del tributo. Cuando un pueblo era derrotado en la guerra tenía que pagar tributos al conquistador y debido a ello la guerra se convirtió en la principal fuente de riqueza de la sociedad azteca. Así los mexicas dependían del tributo impuesto a los vencidos de tal modo que Tenochtitlán vivía con holgura a costa de los pueblos conquistados.

La guerra en México, en la época prehispánica es un fenómeno muy complejo de características sociopolíticas, económicas y religiosas, junto con el sacrificio humano, la esclavitud y la tributación impuesta a los vencidos se oponen al concepto de un pueblo promotor de valores de bienestar y convivencia.

La expansión territorial convertía progresivamente al campesino agricultor en guerrero profesional, de productor de bienes se convertía en miembro de una élite militar que debía ser sostenida por medio del tributo. Cuando un pueblo era derrotado en la guerra tenía que pagar tributos al conquistador y debido a ello la guerra se convirtió en la principal fuente de riqueza de la sociedad azteca. Así los mexicas dependían del tributo impuesto a los vencidos de tal modo que Tenochtitlán vivía con holgura a costa de los pueblos conquistados.

La guerra sagrada era un deber cósmico y para hacerla existían reglas que se respetaban rigurosamente, para atacar una ciudad se necesitaba un casus belli y uno frecuente era la agresión que recibían los comerciantes durante sus viajes o la negativa a comerciar. Pero el conflicto no llegaba sino hasta después de agotar negociaciones laboriosas por medio de delegaciones, regalos y discursos.

Los aztecas se abstenían deliberadamente de las ventajas que proporciona la sorpresa. Se dejaba al adversario tiempo suficiente para preparar la defensa y hasta se le suministraban armas, aunque fuese de forma simbólica. Detrás de ello hay que percibir la idea de que la guerra era un juicio de los dioses. Los guerreros no trataban tanto de matar enemigos, sino de capturarlos, para sacrificarlos después.

La guerra entre los pueblos mesoamericanos tuvo diversas finalidades, como ampliar la fuerza económica y política por medio de la conquista territorios y sometimiento de sus habitantes para obtener tributos, así como para capturar prisioneros que serían sacrificados en honor a los dioses. Otra peculiaridad de la actividad guerrera fue la asociación de los acontecimientos de conquista con los ciclos astrales, particularmente el de Venus.

A nivel ritual, algunas costumbres religiosas, como el sacrificio de ciertos animales y más aún el sacrificio humano, se realizaron en casi todas partes como una forma de veneración y para tener protección y benevolencia de los dioses.

En el horizonte posclásico, fue de gran importancia, pues se convirtió en la base del poderío de grandes imperios como el mexica motivo por el cual se le clasifica como teocrático militarista. Para esta cultura el sacrifico humano, tuvo un significado especial, pues estaba ligado estrechamente con la vida y el movimiento de su mundo y el Universo, los cuales consideraban que debían ser renovados por medio del alimento sagrado de la sangre y los corazones de los seres humanos. En este sentido los mexica-tenochcas se sentían como el grupo escogido para proveer a los dioses de la comida divina y así poder sostener la existencia de todas las cosas. Esto llevó a la creciente necesidad de obtener cada vez más el alimento sagrado, por lo que desde los tiempos de Moctezuma se establecieron las guerras floridas, que se justificaron por su finalidad de obtener prisioneros para ofrecer sus corazones a los dioses.

La guerra prehispánica no se parece a la actual, aquélla iniciaba y terminaba con una negociación basada en el principio de que el vencedor favorecido por los dioses, tenía todos los derechos pero podía renunciar a ellos por medio de una compensación o tributo. A cambio la cuidad vencida conservaba sus instituciones, sus ritos, sus costumbres y su lengua. Esta concepción explica por qué la última guerra de Tenochtitlán terminó de una manera tan desastrosa para la civilización mexica. Españoles y mexicanos no hacían la misma guerra; en el campo de lo social y de lo moral, no pensaban en la guerra de la misma manera.

Todas las reglas tradicionales fueron violadas por los invasores, lejos de negociar antes del conflicto asesinaban por sorpresa y en lugar de hacer prisioneros mataban a todos los guerreros. Cuando estaba todo acabado, los dirigentes mexicanos no recibían la oferta del tributo que debían pagar. Ellos no concebían la aniquilación total.

1.2.-La guerra en el movimiento de la independencia.

La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España. La guerra por la independencia mexicana se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.

El movimiento independentista mexicano tiene como marco la Ilustración y las revoluciones liberales de la última parte del siglo XVIII. Por esa época la élite ilustrada

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