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Seminario de lectura y de integración curricular de contenidos


Enviado por   •  23 de Abril de 2023  •  Trabajo  •  2.471 Palabras (10 Páginas)  •  120 Visitas

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Epistemología / Licenciatura Educación Especial UNSL / FCH 2019

SEMINARIO DE LECTURA Y DE INTEGRACIÓN CURRICULAR DE CONTENIDOS

Equipo Docente: Liliana Guzmán – Soraya Garay – Fernando Vargas

Bibliografía:

- Agamben, G. Infancia e historia. Destrucción de la experiencia y origen de la historia, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2007. Ensayos I y II, pp. 7-37

- Pérez de Lara, N. La capacidad de ser sujeto. Más allá de las técnicas en Educación Especial, Barcelona: Laertes, 1998, Cap. II.

- Skliar, C.-Téllez, M. Conmover la educación, Buenos Aires, Novedades Educativas, 2008, capítulo 1.

- Varela, J. Categorías espacio-temporales y socialización escolar: del individualismo al narcisismo.

Tareas para realizar en Grupo:

1. Identifique en el texto de Agamben las características del concepto de “experiencia”, y aborde el análisis que Agamben realiza del mismo respecto del concepto de Infancia.

2. En el texto de Nuria Pérez de Lara, identifique:

a) ¿qué describe como técnicas médicas y psicopedagógicas, y cómo confluyen?

b) ¿qué ofrece la autora como prácticas de cuidado y ética, en el campo de la Educación Especial? 

3. Identifique 3 modos de comprender o interpretar el concepto de Sujeto, según las perspectivas de los autores. 

4. Describa cuáles son las categorías espacio-temporales de la escuela, y de qué modo Julia Varela advierte la tensión entre individuales y narcisismo.

5. De los textos desarrollados, elabore una Conclusión grupal que permita reflexionar qué aportes presentan los textos para la Educación Especial. 

Fecha de Entrega: 29/4, extensión máxima de 3 carillas.

Exposición Oral de estos contenidos, de manera libre y grupal, en 15 minutos de Coloquio el día 29/4.

2. a) De acuerdo a lo planteado por Nuria Pérez de Lara, Medicina y Pedagogía han confluido de forma permanente en el marco de una relación que ha ido adoptando diversas formas a lo largo del tiempo, en una búsqueda permanente de ésta ultima de cierta sanción de cientificidad que, al no encontrarla en sí misma, la acaba hallando a la sombra de otros saberes ubicados en un rango superior: la Medicina y la Psicología.

Marcada por esa intersección médico-pedagógica, la Educación Especial se ha visto dividida, casi desde sus comienzos, en dos tipos de abordaje: el técnico (fundamentado en la realidad del saber científico, objetivo) y el práctico (fundamentado en la realidad de la experiencia, subjetiva). Sin embargo, la mencionada sanción de cientificidad devino en el detrimento del valor de las prácticas y la experiencia educativa como la fuente más específica y universal de conocimiento pedagógico. De este modo, dicho conocimiento se ha ido configurando en relación a otras disciplinas de rango científico superior, a la vez que se ha ido alejando de su relación con las prácticas cotidianas escolares, transformándose en un saber técnico de asesoramiento y dirección.

“(…) la relación médico-psicopedagógica y sus distintos ordenamientos en las prácticas educativas, está en el origen de la separación en escuelas especiales de la llamada infancia anormal” (Pérez de Lara, 1998, p.47). La autora afirma además que quienes defienden dicha separación y la necesidad de un sistema paralelo para la Educación Especial pertenecen siempre a ámbitos disciplinares científico-técnicos, médicos, psicológicos o médico-psicopedagógicos. Es por ello que sostiene que son principalmente médicos y psicólogos los verdaderos promotores de la Educación Especial segregada.

b) En relación a las prácticas de cuidado y ética en Educación Especial, la autora ofrece una perspectiva a través de la cual se entiende que la intersección médico-pedagógica y psicopedagógica, responden a la razón técnica propia de un saber humano androcéntrico (visión del mundo y de las relaciones sociales centrada en el punto de vista masculino) propiedad de un sujeto humano, desvinculado y objetivo, y propiciada por una organización jerárquica patriarcal.

Desde esta perspectiva, Madame Guérin sería, junto a Víctor, objeto de la mirada del saber técnico: el cuidado y el tratamiento educativo quedaban claramente separados, sexuados, pasando el tratamiento a ocupar el lugar primordial en la relación educativa.

3. En su texto, la autora menciona particularmente a Itard y a Decroly, ambos representantes de la Medicina, quienes durante los siglos XIX y XX hacen aportes a partir de los cuales nace la Educación Especial, de la mano de la Medicina y como acción complementaria de la misma. Sus trabajos marcan el inicio científico de la Educación Especial.

De este modo, podemos identificar un modo particular de comprender o interpretar el concepto de Sujeto, desde un enfoque científico, pero desde un punto de vista médico-rehabilitador. De acuerdo a este enfoque, el problema está en las personas con discapacidad, que no pueden realizar actividades consideradas “normales”. Se considera que la discapacidad puede ser “curada” por medio de la rehabilitación y se brinda un cuidado asistencial, proteccionista y aislante de la sociedad, que refuerza la imagen de amenaza social y de peligro que de estas personas se tiene, tal como puede evidenciarse en la organización de la infancia anormal y el escalonamiento de escuelas especiales que plantea Décroly, que ubica a los “absolutamente inútiles o los peligrosos o quienes presenten enfermedad física grave o incurable” en los asilos (cuyo fin principal seria que aprendieran a prescindir de todo cuidado ajeno), donde no llegarían sino tras haber recibido en establecimientos especiales un tratamiento a través de “todos los procedimientos médico pedagógicos de probada eficacia”.

De lo anterior se desprende una concepción de Sujeto liberado de toda necesidad de cuidado de los demás: “Ante todo el tratamiento técnico, luego sólo el cuidado, pero, sobre todo, aprender a prescindir de él” (Pérez de Lara, 1998, p.59). A modo de reflexión, la autora plantea que a partir de dichas concepciones organizativas de la Educación Especial, se llegó a la conciencia de que la vida había sido anulada en los establecimientos educativos ante la realidad de la ausencia total de cuidados, y no sólo de tratamientos. Y que tal vez, por esta concepción de Sujeto liberado de toda necesidad de cuidado de los demás, no tardaría tampoco en pensarse en la idea de su muerte.

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